Según pudimos saber, existe un
inquietante rumor que está circulado por los pasillos de la Casa Rosada a partir
del resultado de las elecciones presidenciales del 28 de
octubre. Esta preocupación es en referencia a
las posibilidades reales que tiene la primera dama de enfrentarse a una crisis
económico-social no bien asuma la presidencia.
Una de las principales causas
sería la inflación proyectada de no menos del 45% anual para el año 2008, que
podría ser aún más alta si se calculan los inminentes aumentos de electricidad,
gas, telefonía celular y fija, combustibles, transportes y alimentos.
Esto, con el agravante de una
crisis energética que se prevé tendrá su pico más elevado en los meses de verano
que, para colmo, se pronostica serán de temperaturas muy elevadas.
Este incremento en las tarifas
produciría un deterioro significativo en los salarios de aquellos que perciben
entre $500 y $1500 mensuales. No sólo por el inevitable efecto inflacionario,
sino que además, la Primera Dama y Miguel Peirano pretenden un dólar mínimo de
$3,40 con un techo de $3,50 para poder engrosar la recaudación por
exportaciones.
Ya, en este mismo sitio,
habíamos anticipado en el artículo “La herencia de Cristina”, que la primera
dama debería
afrontar, en caso de asumir, serios inconvenientes tales como la crisis energética y la inflación,
que lamentablemente, en este caso van de la mano, haciendo un cóctel explosivo.
Esto, seguramente, repercutirá
en otro de los problemas latentes que son los constantes conflictos gremiales.
En consecuencia, “los amigos sindicalistas” deberán enfrentar a la flamante
presidenta o “negociar” algún mísero aumento que por supuesto no cubrirá ni la
cuarta parte del efecto inflacionario.
Otra preocupación importante es
el efecto recesivo que seguramente causarán estos “ajustes” tarifarios y su
consecuente repercusión inflacionaria. Las PyMes seguramente serán las que más
sufrirán esta serie de medidas, ya que deberán absorber los aumentos en las
tarifas, aumentos salariales y la posible baja en las ventas producto del lógico
deterioro del poder adquisitivo.
Para colmo de males, el precio
del barril de crudo parece no encontrar techo, y ese es otro motivo de desvelo
de Cristina Fernández y sus colaboradores.
Parece ser que el “paquete”
conformado por ajustes, inflación, posibles conflictos gremiales y una
consecuente recesión que deben afrontar para el próximo año, son el real motivo
del bajo perfil que comenzaron a mostrar los Kirchner después de la victoria
obtenida.
No nos olvidemos que además, de
no poder solucionar rápidamente estos conflictos en el primer semestre, podría
comenzar a subir el índice de desocupación.
Por ahora, lo único claro en la
mente de Cristina es seguir aferrada a una fuerte recaudación sostenida,
fundamentalmente, en las retenciones.
En cuanto al principal problema
que hoy preocupa a los argentinos, la inseguridad, todavía no se habló una sola
palabra.
Todos estos puntos son los que
pueden generar un conflicto social si no se atienden rápida y eficazmente.
Los problemas ya están
planteados, Cristina y quienes la acompañan están preocupados... esperemos que
encuentren la solución antes de que se conviertan en realidad.
Pablo Dócimo