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Juego, efedrina y espías

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LA GUERRA DE SERVINI Y KIRCHNER (Y LA DENUNCIA DE TRIBUNA)
LA GUERRA DE SERVINI Y KIRCHNER (Y LA DENUNCIA DE TRIBUNA)

Juego

 

    La noticia apareció en los diarios casi como un caso policial. La jueza federal en lo Electoral, María Romilda Servini de Cubría, denunció que robaron de su despacho el escrito que había elaborado para defenderse de una denuncia que le hizo el abogado Ricardo Monner Sans y que derivó en un pedido de juicio político.

    Obviamente, la noticia daba a entender que detrás del hecho —que habría ocurrido el fin de semana—, había mucha tela para cortar. Ningún delincuente en su sano juicio se dedicaría a robar el despacho de un juez electoral, lo que inmediatamente llevaba a pensar en personas muy poderosas como instigadoras del hecho.

    La propia Servini calificó el robo como una "intimidación" y como si supiera de donde provino afirmó ante las cámaras de TN: "Le pido a la Presidenta (Cristina Kirchner) y el ex presidente (Néstor Kirchner) que también se ocupen de estos temas".

    Servini de Cubría sabía muy bien a quien le hablaba y por eso volvió a mirar a cámara y agregó: "Están intimidando y yo no me dejo apretar por nadie", con un lenguaje poco habitual en una jueza federal, pero muy comprensible para los destinatarios del mensaje.


No es el juego, es la política

    Si bien, la jueza agregó en sus declaraciones que el ataque podría estar vinculado a "causas importantes, como la instalación de tragamonedas y al juego en la Capital Federal". En rigor, según confiaron a La Política Online allegados a la magistrada, se trató de un mensaje cifrado enviado a varios interlocutores.
    En el despacho de la jueza miran con recelo al auditor Francisco Javier Fernández, un hombre de aceitados contactos en el fuero federal, que luego de un pasado de intenso menemismo supo reciclarse en el kirchnerismo, con especial llegada al Ministerio de Planificación de Julio de Vido.
    ¿Y que tiene que ver esto con el juego? Que el hermano de este funcionario, es el juez federal Sergio Fernández, que de manera sistemática durante años falló en defensa de los intereses del Barco Casino de Puerto Madero. Esto le motivó varias presentaciones en contra del abogado Ricardo Monner Sans, el mismo que ahora denuncia a Servini, tal vez sin conocer estas complejidades.
    Además, allegados a Servini de Cubría sospechan que detrás de los cuestionamientos que está recibiendo por meterse en el tema del juego —una zona hipersensible del kirchnerismo—, habría una maniobra para que esas causas pasen al juez federal Sergio Torres, que por algún motivo resultaría más confiable para la Casa Rosada.
    Como sea, según comentaron a La Política Online las fuentes consultadas, la jueza está convencida que sufre una embestida decidida en lo mas alto del poder, que ahora la amenaza con el juicio político. “Me quieren destituir porque no cierro la causa por el financiamiento de la campaña del 2007”, afirman que la escucharon decir.
    Es que la magistrada tiene en su poder este expediente que investigan los aportes de varios supuestos traficantes de efedrina —como el fallecido Forza— a la campaña presidencial de Cristina Kirchner (iniciado por periodistas de Tribuna de periodistas). Una de las tantas causas que afectan al poder y están dormidas, pero que si se profundizara dejaría al episodio de las llamadas que golpea a Francisco de Narváez, al nivel de un chiste de Cartoon Netwok.


Cierren las causas

    Concientes que entraron en su declive político hace meses que Kirchner y el núcleo duro de su dispositivo de poder, comenzó una ofensiva sobre los jueces federales para que cierren todas las causas posibles, en las que aparezcan comprometidos. Se beneficiarían así con sobreseimientos que complicarían futuras investigaciones, ya que no está permitido juzgar dos veces a una persona por el mismo delito.
    Este proceso ya benefició últimamente a Guillermo Moreno, Ricardo Jaime y Julio de Vido, en varios expedientes. Pero claro, los jueces que miden con absoluta precisión la pérdida de poder de un político —a veces mas que el propio político—, ahora son mas renuentes a conceder estos favores alegremente.
    Desde la Casa Rosada hace semanas que está presionando fuertemente a la jueza Servini de Cubría para que cierre la causa —iniciada por Christian Sanz— por el financiamiento de la campaña de Cristina Kirchner. Incluso, en Tribunales se habla de un pedido concreto del propio ex presidente. Y fiel al sistema de utilizar el Consejo de la Magistratura para domesticar a los jueces, en contraprestación desde el poder, le habrían prometido que ese cuerpo rechazaría in limine el pedido de juicio político en su contra.
    La última reunión del Consejo de la Magistratura convocada para analizar el tema de Servini de Cubría, comenzó con un pedido del consejero Luis María Cabral, solicitando que se rechace sin más trámite la acusación. Hasta ahí todo marchaba según lo previsto, pero sorpresivamente el senador ultrakirchnerista Marcelo Fuentes, pidió que se mantenga abierta la acusación porque quería “interiorizarse” mejor de su contenido. Y mientras, este senador neuquino decía esto las dos espadas de Kirchner en el Consejo, los diputados Carlos Kunkel y Diana Conti, optaban por pararse y retirarse del salón.
    Servini entendió muy bien el mensaje, pero estaba dispuesta a resistir en silencio, hasta que descubrió que habían irrumpido en su despacho para robarle, nada menos que el escrito que habría preparado para defenderse ante el Consejo.


El caso Béliz y la sombra de la SIDE

    En el juzgado de Servini de Cubría sospechan de la SIDE por la violación de su despacho y el robo el expediente. Es que esta juez tiene también la causa que se le abrió al ex ministro Gustav Beliz, por mostrar en televisión la foto del espía más poderoso del país, Jaime Stiusso.
    En ese momento Beliz era ministro de Justicia y denunció que estaba siendo sometido a una campaña de hostigamiento por parte de Stiusso —al parecer con el visto bueno de Kirchner—. El episodio le valió una denuncia penal por violar secretos de Estado y tuvo que exiliarse en Estados Unidos, donde sigue hasta hoy.
    Servini de Cubría no ha demostrado mucho entusiasmo por avanzar en lo que parece claramente una venganza política contra Beliz, y esto no habría sido del agrado de Stiusso. Al menos, esta es la lectura que hacen cerca suyo.
    Habrá que ver como evoluciona esta pelea en los próximos días, pero en Tribunales creen que esta vez, el kirchnerismo no la tendrá tan fácil a la hora de imponer su voluntad en el fuero federal.

 

Ignacio Fidanza
La Política Online

 

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