“Senador Bulworth” es una película del director y actor norteamericano Warren Beatty, producida por él mismo hace doce años.

El filme trata sobre la campaña por la re-elección del senador de California Jay Billington Bulworth, un legislador demócrata quién, harto de la falsedad del mundo político, dedica el cierre de su última movida electoral a decir sólo la verdad.

Al final, el éxito es tan abrumador que decide presentarse a la presidencia de EEUU.

Salvando las distancias, en los últimos días, parece que pasamos a contar en la Argentina con nuestra propia senadora “sincericida”.

La representante de la provincia de Formosa, Adriana Bortolozzi, representante del Frente para la Victoria, fue quién permitió que la oposición lograra quórum hace un par de semanas y la cámara alta pudiera funcionar por primera vez en el año.

"Estoy acá por mi propia decisión. Creo que para defender a nuestra primera mandataria, a quien estoy agradecida por las obras en mi provincia, la peor manera de defenderla es no sesionar. Estoy sola, tengo miedo, pero me voy a quedar todos los miércoles", aseguró Bortolozzi tras no poder ser convencida por varios miembros de la bancada oficialista entre los que se destacaba el mismísimo titular del kirchnerismo, Miguel Pichetto.

Pero la “Bulworth vernácula” no se contentó con lo apuntado.

Días más tarde presentó un proyecto para cambiar la ley de medios aprobada el año pasado, con una serie de modificaciones que mejorarían notablemente la situación de los grandes holdings mediáticos argentinos acosados por la cláusula de “desinversión” que los obliga a transferir buena parte de sus activos.

Sin embargo, el embate más duro de esta verdadera sorpresa justicialista llegaría cuando la ¿ex? senadora k repudió el juicio ético de Hebe de Bonafini contra periodistas y, a continuación, fustigó al jefe de gabinete nacional Aníbal Fernández, pidiendo respeto por la Corte Suprema de Justicia argentina.

”Nosotros, los peronistas, debemos hacernos un examen de conciencia y reconocer que tenemos sesgo autoritario", disparó ante la mirada incrédula de la banca radical y los rostros desencajados de los muchachos de Pichetto.

"A mí nadie me va a hacer creer que la manifestación no tuvo apoyo oficial, porque tanta gente no se reúne sin un aparato, y hablo como una vieja arreadora de personas", añadió, poniéndose como ejemplo.

Por si esto fuera poco, la senadora expresó: "Detesto que se use a las Madres de Plaza de Mayo como se las está utilizando. Se está jugando con un legítimo dolor para intereses espurios".

Bortolozzi es esposa del vicegobernador formoseño Floro Bogado, quién acompañó varias veces al primer mandatario provincial ultra K, Gildo Insfrán y no son pocos los que creen en su terruño que el matrimonio se está preparando para el “gran despegue”, con el fin de no ser arrastrados en la caída al vacío por la “otra pareja política”, ya que Néstor y Cristina se estarían acercando a pasos agigantados hacia su cadalso final.

Lo que dijo la formoseña, en relación a la marcha a plaza Lavalle, es una verdad de Perogrullo, ya que cualquier persona que hubiera transitado ese jueves por el centro porteño habrá visto centenares de colectivos estacionados en la avenida 9 de Julio, arreando a militantes que muy poco conocían sobre la medida tomada por una Cámara de Apelaciones en Mendoza contra la ley de medios K.

¿Por qué, entonces, causó tanto barullo? Por lo mismo que le ocurre a Warren Beatty en el apuntado filme.

La tesis de la película gira en torno a la idea de que los dos partidos son marionetas de los ricos, una oligarquía compuesta por bancos, empresas petrolíferas y otras multinacionales que los manejan a piacere, a pesar de los progresistas discursos de los demócratas.

La diferencia está en las formas, como lo dijo la propia senadora.

Los perucas son autoritarios y llevan a la sociedad a una fatiga atroz, al punto que los segundos mandatos del PJ son, invariablemente, abandonados por los sectores medios que piden cuidar esos “detalles”.

Le pasó nada menos que a Juan Domingo Perón, que perdió buena parte de su sustento por su sesgo final.

Le pasó a Carlos Menem, que irritó hasta el máximo a la sociedad con su corrupción e indolencia sin límites.

Le pasa ahora a los Kirchner, convertidos en un “ejército en retirada dedicado al saqueo y al pillaje”.

La senadora dijo que tiene miedo, que teme por su seguridad y tiene mucha razón si se le ocurre ir a fondo con su prédica. Aunque algún lector se pueda enojar, tenemos que contar el final de la producción hollywoodense.

Warren Beatty sufre una suerte de alucinación y va más allá de lo imaginable, diciendo toda la verdad y derribando un mito tras otro de la política norteamericana.

No existe un happy end en esta ocasión: Bulworth es asesinado por los sectores afectados por sus alocadas exposiciones.

Marcelo López Masía