¡Recién Publicado!
cerrar [X]

Morir de inseguridad: el insoportable caso Xiomara Méndez Morales

1
¿Hasta cuándo?
¿Hasta cuándo?

Hoy el horror se llama Xiomara. Es una nena de 15 años que fue asesinada y nos estremeció a todos. A esta hora le están haciendo la autopsia y la familia de Xiomara tiene el alma desgarrada y no para de llorar.

 

No lo pueden creer. Xiomara salió ayer a las 17.30 como todos los días del colegio en Carabobo y Bonifacio. Subió a un auto y hoy la encontraron muerta. Todo nos asusta y nos hace correr frío por la espalda.

La edad de Xiomara, la forma terrible en la que la mataron y también el lugar donde la secuestraron. Porque no estamos hablando de un suburbio peligroso y alejado en medio de la madrugada. Fue a pleno sol y en el barrio de Flores, el corazón de la Ciudad de Buenos Aires.

Ahora sus compañeritas preparan flores pero de luto para llevar a su tumba. Hasta ayer hacían la tarea del colegio, tomaban mate, escuchaban música, festejaban algún noviecito, lo que cualquier nena de 15 años hace.

Pero hoy todo es duelo y agujero negro en el corazón de todos los que la conocieron. Xiomara está muerta. Su cadáver fue encontrado en el asiento de atrás de un auto atado con precintos y sogas y oculto bajo sábanas y toallas. Murió por asfixia.

Los hijos de puta eran dos. Luis Alberto Fernández de 40 años y su cómplice, Bruno Cortez de 36. Habían pedido un rescate de 30 mil pesos y droga. En las extorsiones telefónicas se escuchaba a la nena llorar con desesperación.

La familia aterrorizada llevó el dinero y lo dejó debajo de un auto en el barrio de Boedo. Iban armados con una pistola semiautomática, con una daga y Fernández, cuando no, tenía antecedentes delictivos. Y digo cuando no, lo digo porque esto es parte del terror.

Los criminales en general no es el primer delito que cometen. Ya han cometido varios y hubo jueces que los liberaron de inmediato o que les dieron unos días de cárcel.

Hay demasiados magistrados que se formaron en la escuela nefasta del juez Eugenio Raúl Zaffaroni y creen que los victimarios tienen más derechos que las víctimas o sus familiares y deben tener privilegios porque hacen lo que hacen producto de la “explotación a la que los somete el sistema capitalista”. Son muy básicos y cómplices.

En todos los sistemas políticos del mundo el delito se castiga con mucha dureza. Y en los países que Zaffaroni admira, mucho más todavía. Son implacables en Cuba o en Venezuela. Acá muchos jueces, por suerte, no todos, no respetan el derecho humano más esencial que es el derecho a la vida, a trabajar o estudiar en paz y compartir los días con nuestros seres queridos.

El resultado de estos jueces injustos es que los malandras se envalentonan y aumentan la crueldad de sus crímenes porque saben que no hay castigos demasiado contundentes. Y porque además, el narcotráfico y la droga han convertido en sanguinaria casi todas sus actividades.

Xiomara salió ayer de la escuela y hoy está en la morgue en la mesa de las autopsias. Los delincuentes cobraron el rescate () y no devolvieron sana y salva a Xiomara. Todavía hay mucho que investigar. Todavía hay mucho que esclarecer. Pero todo esto que le cuento está absolutamente probado. En el acceso oeste, a la altura de Ituzaingó los asesinos chocaron el auto después de huir de un control policial. Fue en ese lugar donde los apresaron y donde encontraron la terrible noticia.

Por eso yo me pregunto: ¿Hasta cuándo? Eso me pregunto y les pregunto a los señores que gobiernan el país, las provincias y las municipalidades y también a los señores jueces.

¿Hasta cuándo tenemos que esperar los argentinos para lograr vivir en paz con nuestras familias y trabajar con tranquilidad? ¿Cuándo llegará el día en que podamos vivir con sensación de seguridad? ¿Hasta cuándo van a seguir demorando las medidas de fondo?

Los representantes del kirchnerismo no aceptan ni que los que andan en moto puedan ser identificados con un chaleco y el número de su patente. Actúan como cómplices y el país está sembrado de motochorros y no podemos encontrar la solución.

O mejor dicho, otros países encontraron la solución, pero acá, algunos presuntos revolucionarios son tan reaccionarios e inútiles que se niegan a aplicar las normas que dieron frutos en otros países.

¿Hasta cuándo?, me sigo preguntando en voz alta para que escuchen los funcionarios de todos los gobiernos. ¿Hasta cuándo? ¿Cuánto tiempo más van a llover piedras y ladrillos sobre las autopistas?

¿Hasta cuándo hay que acelerar por miedo a frenar y que te saquen hasta los calzoncillos y rogar que no te maten. ¿Hasta cuándo las entraderas, las salideras, los motochorros? ¿Hasta cuándo los muchachos del zafaronismo cristinista van a estar más preocupados por los victimarios que por las víctimas? ¿No entienden que son dos cosas distintas?

Que no se puede justificar a los delincuentes porque nacieron en la exclusión y la marginalidad. El estado de Derecho dice que todos debemos hacernos cargo de nuestros actos. Y por supuesto que hay que atacar la pobreza, la exclusión. Nadie lo niega.

Hay que ser duro con los delitos duros y duro con las causas que llevaron a esa persona a delinquir. Pero mientras tanto hay que proteger la vida de la gente. Hay que refundar el sistema de seguridad que está desbordado y desfinanciado.

Hay que reinventar el sistema carcelario, judicial, de capacitación policial y combatir el hambre y la miseria con educación igualitaria y trabajo para todos de verdad. Pero es una frivolidad reaccionaria justificar a un asesino porque no tuvo las mismas posibilidades que otros. Y eso lo piensan y lo ejecutan muchos jueces. Escuche esto, por favor: solo 3 o 4 delincuentes van presos de cada 1000 casos que se denuncian.

¿Escuchó ese dato? Por eso nos ocurren tragedias sociales como el revanchismo, los intentos de injusticia por mano propia o el rebrote de extremismos autoritarios. Es una reacción absolutamente condenable frente a la inacción (también absolutamente condenable) de las autoridades de todos los estamentos.

Hay delincuentes a los que detienen dos o tres veces por mes y que no duran 24 horas en la cárcel. Los jueces los sueltan más rápidos que un bombero. Hay chorros que detuvieron 18 veces. ¿Escuchó bien? 18 veces. Es un delirio único en el mundo.

¿Cualquier persona puede salir a robar con un arma en la mano y que no tenga ningún castigo? ¿Estamos todos locos o anestesiados? ¿No se puede sancionar severamente al que empuñe un arma en cualquier lugar público? ¿Eso es mano dura o mano justa? ¿Eso es ser autoritario o humanista?

La justicia debe revisar las excarcelaciones express. ¿Los legisladores creen que estas leyes son suficientes para cuidar la vida de sus compatriotas? ¿La policía y las fuerzas de seguridad tienen las mejores armas, la ética invicta, y la preparación de excelencia que necesitan para combatir al crimen organizado cruzado por el narcotráfico?

Luis Fernández y Bruno Cortez van a ser indagados mañana en los tribunales de Comodoro Py. Se los acusa de secuestro extorsivo seguido de muerte agravado por el cobro del rescate y por la edad de Xiomara que, repito, tenía apenas 15 añitos. Si estos criminales son condenados es probable que les den cadena perpetua y pesen el resto de su vida en la cárcel. Ojalá.

Los K negaron el tema durante años. No le dieron la importancia grave que todos los ciudadanos le dan en todas las encuestas. La inseguridad no da tregua. Esos robos y asesinatos los padecen personas de carne y hueso, hermanos argentinos, no son números de estadísticas.

Hay días que uno se harta de preguntarse hasta cuándo vamos a seguir preguntando hasta cuándo. ¿Hasta cuándo tendremos que seguir llorando las Xiomaras asesinadas? ¿Hasta cuándo, carajo?

 

1 comentario Dejá tu comentario

Dejá tu comentario

El comentario no se pudo enviar:
Haga click aquí para intentar nuevamente
El comentario se ha enviado con éxito
Tu Comentario
(*) Nombre:

Seguinos también en

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
LinkedIn
Pinterest
Whatsapp
Telegram
Tik-Tok
Cómo funciona el servicio de RSS en Tribuna

Recibí diariamente un resumen de noticias en tu email. Lo más destacado de TDP, aquello que tenés que saber sí o sí

Suscribirme Desuscribirme