Este tema de las plantas de celulosa que hoy enfrenta a dos pueblos hermanos, no
se inicia con las empresas Botnia y Ence en Fray Bentos, que tiene en pié de
guerra a la otra margen del río, en Argentina. La génesis de esto fue hace
unos treinta y pico de años, apenas en este Sur de Latino América la tierra
empezó a recibir en su seno a los plantines de eucaliptus, los que hoy ya son
árboles crecidos y a punto de transformarse en ese papel que necesita el Norte,
luego que el árbol cumple el proceso que los convierte en pasta de celulosa.
Para eso llegaron esas empresas, como adelantadas. Y otras las seguirán y dando
comienzo a este gran lío, que se da por varias razones que no son la
contaminación.
Llegar a este momento del problema, se debe a que en estas
tres y pico décadas pasadas se dio una de tantas operativas en las que el Norte
rico utiliza al Sur empobrecido (no decimos “Sur pobre” porque nuestros países
son ricos, pero se han empobrecido por la política canalla, por el saqueo y por
la corrupción descarada) y es así como nos han comprado materias primas barato
y nos han vendido caro lo que con ellas producían y así empezaron las
“maquilas” por México y hoy están –como las zonas francas– en todos
lados y a ellas las transnacionales han traído sus líneas de montaje
completas, porque no encuentran impuestos aquí y si hallan salarios basura. Dos
cuentas de un largo rosario.
Con la forestación –principio de este hoy– pasó algo
parecido a esos dos ejemplos. El Norte rico necesitaría papel y para eso debía
plantar árboles. Y cuidando sus tierras se impuso esa tarea a un Sur endeudado,
que no podía contradecir al usurero, que con la deuda externa lo llevaba y lo
traía con un aro en la nariz. Aquí se degradaría el suelo donde “engordó”
el árbol y aquí se secarían cursos de agua y reservorios hídricos del
subsuelo. Y si el proceso de la celulosa algo contaminaría, eso pasaría en el
Sur. Así como al Sur vienen o a los océanos se vuelcan, tantos deshechos tóxicos
y los chicos de Greenpeace ni pío, pues eso sirve a los poderosos intereses que
crearon a esos pseudos “ambientalistas.”
En Uruguay, en esas tres décadas que precisó para crecer el
árbol, el Gobierno pagó un subsidio al dueño de las tierras, el que no tenía
más remedio que esperar y en ese tiempo nada ganaba. Pero se vio a mucha
gente –algunos que nunca salieron del asfalto–comprando tierra y plantando
arbolitos y dicen malas lenguas viperinas –que nunca faltan– que nacieron a
la sombra de eucaliptus muchas fortunas. Y por ahí circularon nombres de
algunos de los patriarcas de la política y como por ahí llegó la dictadura
militar (1973–1984) y por razones que no viene al caso explicar, los billetes
iban y venían de bolsillo a bolsillo y de mano en mano, pero como plantar árboles
era patriótico,
pues que ¡Viva la Patria!
Como malas lenguas hay en todos lados, se dice que en Entre Ríos
Don Busti, el Gobernador, allá por 1988 y 1996 hizo grandes intentos y muchos
viajes para que las contaminantes Plantas de celulosa se afincaran en “su”
Entre Ríos. Y se iba a hacer un gran puerto y otras obras pero nada pasó. Se
dice también que sobrevoló una coima muy gorda que
no fue aceptada o a lo mejor eso es calumnia. El caso es que la
contaminación se vino al Uruguay y ahora la Argentina está por invadir este país
para parar esa contaminación. Y esto no lo decimos nosotros. Lo leímos en la
revista “Noticias” del 16 de febrero, aunque el periodista entrerriano
Gustavo Guaglianone, que como vive en la escena del crimen debe conocer dijo que…”
Para Bustí no hay acción política que no esté vinculada a un negocio…”
Ahora bien, si miramos un mapa y con una lupa buscamos
Uruguay y por ahí nos dicen que aquí viene una de las Plantas más grandes del
mundo –Botnia– que sola ella procesa más toneladas que las diez y pico
plantas, todas juntas, de Argentina. Y que cerca hay otra –la de Ence– que
es muy grande también y que sobre el Río Negro habrá otra –Stora Enso–
que es más grande aun que Botnia y que van a venir otras más, a uno lo gana el
asombro y salen estas preguntas… ¿Estos vienen a procesar los árboles del
chiquito Uruguay? ¿Por qué vienen todas a Uruguay, tan poca cosa él, y no van
a la Argentina, que tanto hizo para que –Busti mediante– se quedaran en el
reino del dueño del Poder, o sea Don K?
Si uno busca, el mundo siempre le da respuestas y en este
caso las hay, como no y eso anda por una cosa que llaman la geopolítica, que es
cuando la geografía que nos da un lugar en el mundo, además de geografía se
hace política. En la cuenca del Plata que tiene como 3.200.000 km2 que es el Río
de la Plata y las cuencas del Paraná y el Uruguay (El R. Uruguay tiene 1.800
Km. de extensión. Nace Brasil
muy adentro y su afluente el Tieté lo extiende hasta San Pablo, y la frontera
con Argentina es solo de 496 Km. La ubicación de Uruguay en la cuenca es muy
privilegiada, al estar ubicado en la puerta de entrada de una red navegable que
va –y trae– desde muy adentro del continente sudamericano.
Además es el nudo de comunicación, con
rutas que se unen a los tres puentes y están los mejores puertos del Cono Sur
(Paysandu, Nueva Palmira, Montevideo y el oceánico que se construirá en la
zona de Rocha) ¿Por qué los puertos de Uruguay son muy buenos y el de Buenos
Aires, por ejemplo, no lo es? El Uruguay al desaguar en el Plata imprime su
dirección inicial e influye en el Paraná que lo hace en forma lateral a través
e una serie de canales desarrollados en una vasta zona del delta. Estos dos ríos
dejan barro y suciedad en Buenos Aires, lo que no ocurre con Montevideo. El
futuro plantea que Uruguay se convierta en un centro de todo el Cono Sur, para
procesar madera y fabricar celulosa...
Además tiene otro detalle muy seductor. La legislación.
Uruguay tiene leyes que favorecen la inversión, en algunos casos con demasiada
liberalidad, como son las zonas francas. Una en especial –de Intermediación
Financiera– viene desde la dictadura y
que se piensa modificar, pero aun no se ha hecho. Rutas desde todo el Cono Sur,
Buenos puertos a corta distancia y legislación, son aspectos que hacen
atractivo a una empresa hacer base en este país. Hay opiniones de que el
movimiento que impulsa Busti, con la tácita aprobación de Kirchner, más que
una posible o eventual contaminación es para frenar que se haga realidad ese
polo de desarrollo que habría en Uruguay en un futuro cercano.
Quedan otros muchos puntos. Como los cortes de puentes, que
no creemos sean la expresión del pueblo argentino. La campaña electoral de Don
K por la reelección, si se lo permite doña Cristina, como influye en lo que
pasa en los puentes, que siendo ilegales nadie hace nada. Esas lamentables y
tristes actitudes de algunos referentes del equipo de gobierno, dignas de un
programa de Tinelli, que muy bien se hizo aquí en ignorarlas y varios otros
apuntes que van hacia una sola dirección: y es que lo que está pasando con las
plantas, nada tiene que ver con las razones que se invocan. Y otros elementos más
que si entramos a ellos se alargaría mucho esto. De pronto, podemos continuar.
Félix
Duarte
felixd@chasque.net
Especial para Tribuna de Periodistas