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MIRANDO OTRO CANAL

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¿POR QUÉ EL KIRCHNERISMO VIVE FUERA DE LA REALIDAD?
¿POR QUÉ EL KIRCHNERISMO VIVE FUERA DE LA REALIDAD?

MIRANDO OTRO CANAL

    En la misma semana en que el oficialismo se anotó un poroto cuando Senadores dio vía libre a los superpoderes, la violencia sin sentido volvió a golpear los corazones de los atribulados ciudadanos. El miércoles 12, un par de delincuentes asesinó a sangre fría a un padre y su hijo dueños de un restaurante en Colegiales. Uno de ellos, de 19 años, es un chileno que había salido de prisión gracias a una ridícula fianza de $490. Al día siguiente, otros de similar entraña asaltan una vivienda en Merlo y, exacerbados ante la ausencia de dinero, casi asfixian a una beba de dos meses porque les molestaba su llanto. Casi en el mismo momento de eso, varios vecinos porteños acompañaron a los deudos del primer crimen citado en una marcha de silencio.
  
Desbordado por semejante seguidilla, el ministro del Interior Aníbal Fernández volvió a quedar en ridículo al negar enfáticamente la existencia de una ola de inseguridad. Ante ese otro nuevo desaguisado verbal, el hijo del dueño del restaurante le replicó preguntándole si se compró “un country en la Luna”. En la tarde del viernes 14, se apersonó en el Hospital Francés donde la pequeña Camila Méndez era operada en neurología para reunirse con sus  padres de 20 y 16 años respectivamente. Al retirarse, no quiso tomar contacto con la prensa.
  
Evidentemente no sólo él parece estar en la estratosfera, sino que esto es compartido con creces por sus compañeros en el estrato kirchnerista. La esquizofrenia pingüinera se vio patentizada por la encendida defensa de Cristina Fernández de Kirchner de los superpoderes, olvidándose que ella misma hace 6 años se opuso con igual vehemencia la misma pretensión por parte de Domingo Cavallo.
  
Durante estos crueles siete días, pareció agigantarse como un peligroso muro la división entre la corporación política y el resto de la ciudadanía. Mientras la primera dio signos flagrantes de que no le importa un comino otra cosa que no sea la preservación del poder, la segunda siguió juntando bronca y desazón.
  
Para cerrar tanto desbarajuste, en la mañana del mencionado jueves la Corte de La Haya se expidió finalmente en contra del deseo kirchnerista de la paralización de las obras de las pasteras de Fray Bentos. Este auténtico batacazo internacional pone en el tapete algo analizado anteriormente aquí. Conciente de su falta de plafond institucional, el kirchnerismo usó y abusó de los mentados jueguitos para la tribuna, como los recordados cuentos chinos y los fondos voladores de Santa Cruz. Ambos fueron utilizados también por parte de la corporación mediática, así como el desempeño de la Selección argentina, hasta su previsible caída fue utilizada como anestésico para poder así aumentarse el sueldo y configurar los superpoderes.
  
Evidentemente, el elenco estable gubernamental está mirando un canal distinto de la realidad atroz que padece el resto de la gente. Los noticieros vomitan a la mañana, tarde y noche su dosis diaria de violencia insensata para luego saltar, como saltimbanquis, a las andanzas de Nazarena Vélez, Luciana Salazar o alguna otra.
  
Todo esto sin anestesia, conformando un aquelarre del que pocas mentes quedan indemnes.


Las peleas y el encierro

   Este aquelarre no pasó desapercibido para el lúcido análisis dominical de Eduardo van der Kooy. “Néstor Kirchner, como la Argentina, pareciera subido a una calesita. Va y viene, pero pasa demasiadas veces por el mismo lugar. No hace muchas semanas tuvo un tiempo de hombre cauto y moderado. Ese sosiego se esfumó. El Presidente regresó a las peleas y a las conmociones, pero ahora lo hizo del brazo de su mujer, la senadora Cristina Fernández”, puntualizó con certeza el domingo 16.
  
Adolfo Hitler cometió el error garrafal de abrir un segundo frente el 22 de junio de 1941 al meterse con su antiguo aliado José Stalin. Dos años después, a principios de febrero de 1943, la tremenda derrota en Stalingrado constituyó el principio del fin para su Tercer Reich. Néstor Kirchner se pelea contra los productores agrarios, la Iglesia en la persona del cardenal Jorge Bergoglio, la prensa y la oposición, todo junto como si se tratara de la suprema razón de su actividad política. Enfrente de tanta disputa al gas, la inseguridad se sigue cobrando víctimas frente a la inoperancia de los magistrados y las fuerzas de seguridad que no dan abasto.
  
No es posible verter palabras huecas alabando la institucionalidad democrática, y luego encerrarse en sí mismo o en un entorno alienante, escuchando sólo el repiqueteo cansino de una voz. Por eso, para el citado periodista el matrimonio K no sufre un auténtico desafío de poder, sino todo lo contrario: “El poder para ellos no se comparte y tampoco se negocia. Queda entonces solo espacio para la confrontación. La política tiene para Kirchner y su esposa la lógica del drama y no de la dicha”.
  
De continuar con esta contra lógica, el oficialismo llegará con una cuota de desgaste altísima para las elecciones de octubre de 2007. Y por más que se haga realidad la pretensión de perpetuidad en el poder del citado matrimonio, también los futuros votantes arribarán a ese domingo con la paciencia horadada por tanta disputa permanente.
  
José Hernández, ducho en el arte de contar una historia apasionante como el Martín Fierro, cierra su obra con una sentencia que bien se puede aplicar al periodismo argentino actual, frente a semejante ignominia: “Mas naides se sienta ofendido, pues a ninguno incomodo; y si canto de este modo por encontrarlo oportuno, no es para mal de ninguno, sino para bien de todos”.

 

Fernando Paolella

 

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