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Cristina exige renuncias en el gabinete de Alberto Fernández

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La cosa se pone cada vez más densa
La cosa se pone cada vez más densa

La tensión entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner ha llegado a un nivel que no tiene retorno. Ciertamente, la gota que rebalsó el vaso fue lo ocurrido con Venezuela, aunque los roces venían desde tiempo, como se viene relatando en Tribuna de Periodistas.

 

Desde el oficialismo siempre se intentó dar una imagen de comunión total, de que no había fisura alguna entre el presidente y su vice. “Cristina y yo somos lo mismo”, llegó a decir Alberto.

Pero no es así. El jefe de Estado posee una agenda y la expresidenta otra totalmente distinta, que es la que siempre se termina imponiendo.

Porque la que gobierna, en definitiva, es Cristina, no Alberto. Entonces, ella es la que imprime su sello distintivo a las decisiones del Poder Ejecutivo. El ejemplo más cabal es la reforma judicial. Allí los intereses que se juegan son los de ella, jamás los de él. Principalmente uno: que su hija Florencia no vaya presa.

Cristina observa a Alberto y se sulfura, se da cuenta de que sus tiempos no coinciden con los de ella. Él va a 20 por hora y ella a 100. Y ella necesita que todo se acelere. Que ya mismo opere la reforma al fuero Federal y que la Corte sea ampliada lo antes posible. A efecto de que caigan las causas judiciales que la jaquean.

Entonces presiona, a través de referentes del kirchnerismo o periodistas afines como Horacio Verbitsky o Roberto Navarro, entre otros.

Alberto no es tonto, sabe que los mensajes que estos le mandan son escritos por Cristina. Pero prefiere callar y mirar para otro lado.

Hay que hacer un cambio de gabinete generalizado; tengan la dignidad de irse”, dijo el ya mencionado Navarro esta semana. Y agregó: “El plan fracasó”. Nadie en el kirchnerismo salió a cruzarlo, porque todos saben —y algunos lo presumen— que Cristina es la impulsora de ese comentario.

El presidente toma nota, nadie sabe para qué, pero toma nota. Porque se resiste a hacer un cambio de ministros, como le viene pidiendo Cristina. Pero tendrá que hacerlo, o decidirse a romper con su vice, como le sugieren sus hombres más cercanos. Es imposible la convivencia en los términos actuales.

Alguien del entorno presidencial relató a este periodista la situación de una manera bien gráfica: “Es como un matrimonio que se ha desgastado por los años y no se decide a separarse, entonces se mandan indirectas todo el tiempo, cada vez más violentas”.

En este caso, la diferencia es que hay un país detrás del “divorcio” en ciernes que se muestra expectante por la situación. Hay decisiones que tomar, y son decisiones de Estado. Ello sin mencionar que la grieta dentro del Ejecutivo genera incertidumbre ciudadana en momentos en los que hacen falta puntuales certezas.

Tan mal está la cosa que Cristina ni siquiera fue a la presentación del libro de Néstor Kirchner, donde habló Alberto y se emocionó”, graficó la fuente antes mencionada.

Refiere el comentario a la obra "Néstor, el hombre que cambió todo", de Jorge 'Topo' Devoto, en el cual se destaca un capítulo escrito por el presidente.

Allí, a pesar de que hablaba de su otrora marido, Cristina no estuvo. Apenas sí tuiteó que estaba por ponerse a leer un ejemplar. Sin mencionar a Alberto jamás.

En el contexto descripto, hay una fuerte puja entre los que buscan que el jefe de Estado quiebre lanzas con su compañera y quienes buscan intentar convencerlo de terminar de cruzar el puente que lo conducirá al kirchnerismo duro.

El telón de fondo es el acto del próximo 17 de Octubre. Allí se sabrá qué bando finalmente ha logrado vencer.

Entretanto, referentes como el expresidente interino Eduardo Duhalde, el gobernador Juan Manzur, el intendente “Juanchi” Zabaleta y otros insisten en susurrar al oído de Alberto que debe “sacarse de encima” a Cristina.

Le dicen que la sola presencia de la vicepresidenta daña su imagen e incluso le juran que esta le está haciendo una especie de “golpe” para sacarlo del poder.

En esa trama —que podría ser real o solo un signo de paranoia política— aparece Sergio Massa conspirando y Máximo Kirchner como el destinatario final del cargo presidencial.

Alberto no opina, solo escucha. Deja que otros “armen” y luego decidirá qué hacer. Como si el país pudiera darse el lujo de tolerar tantas tribulaciones y tibiezas.


© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados

 
 

19 comentarios Dejá tu comentario

  1. La Argentina no tiene salida con gobiernos como este. Estamos condenados a la ira y la venganza de la corrupta de CFK y sus compinches que, como lo habían adelantado anteriormente, iban por todo. Van a saquear a las empresas, los empresarios, los medios y a todo aquel que se le venga en gana para llenarse sus bolsillo de nuestro dinero, los que nos lo ganamos con trabajo decente. No hay solución posible para esta Argentina mientras el gobierno de turno tenga poder sobre las clases bajas, las más vulnerable y la las más manipulativas. El que pueda que se vaya a un país como la gente pueda prosperar, y que no no pueda que se atenga a las consecuencias que les tocará vivir.

  2. Ojo como voten el caso de Chocobar. Si en vez de condecorarlo lo meten preso, todo el elenco de autoridad , que guarde por la vida civil y democratica y este en contra del asesinato, el robo y el afano descarado, se unira a la Bullrich, sean policias, gendarmes soldados , marina, infanteria....porque les costara seguir trabajando en medio de leyes increibles como las que quieren imponer, defendiendo a delincuentes y culpando a gente honrada. La sra que esta de vicejefa es una piedra en el zapato, no solo de Alberto, sino de todo el pais. Estoy de acuerdo con eso de que el peronismo por alguna buena vez haga lo suyo. Que forme fila detras de Alberto y le de el apoyo que necesita. El resto del pais tambien se unira. Finalmente se cerrara la grieta, si la sra tiene a bien renunciar y hacerle un bien a la patria.

  3. DECALOGO DE LENIN Los 10 postulados son: 1. Corrompa a la juventud y déle libertad sexual. 2. Infiltre y después controle todos los medios de comunicación de masas 3. Divida a la población en grupos antagónicos, incitando las discusiones sobre asuntos sociales. 4. Destruya la confianza del pueblo en sus líderes. 5. Hable siempre sobre Democracia y Estado de Derecho, pero, en cuanto se presente la oportunidad, asuma el Poder sin ningún escrúpulo. 6. Colabore con el vaciamiento de los dineros públicos; desacredite la imagen del País, especialmente en el exterior y provoque el pánico y el desasosiego en la población por medio de la inflación. 7. Promueva huelgas, aunque sean ilegales, en las industrias vitales del País. 8. Promueva disturbios y contribuya para que las autoridades constituidas no las repriman. 9. Contribuya a destruir los valores morales, la honestidad y la creencia en las promesas de los gobernantes. Nuestros parlamentarios infiltrados en los partidos democráticos deben acusar a los no comunistas, obligándolos, so pena de exponerlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la causa socialista. 10. Registre a todos aquellos que posean armas de fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible cualquier resistencia a la causa. LO ESTAMOS VIENDO SAQUENSE LA VENDA

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