¡Recién Publicado!
cerrar [X]

La “autopercepción” en la política

11
Resulta asombroso comprobar cuán rápidamente ha cundido entre los políticos el sentido de "autopercepción" de sí mismos y de la realidad, que encabezan el ranking de justificaciones con las que ornamentan sus desvaríos.
Resulta asombroso comprobar cuán rápidamente ha cundido entre los políticos el sentido de “autopercepción” de sí mismos y de la realidad, que encabezan el ranking de justificaciones con las que ornamentan sus desvaríos.

“Autopercibirse” se ha convertido en una suerte de inmunidad especial que permite obligar a los demás a aceptar una realidad diversa de la que se aprecia por los sentidos, entrañando una insólita paradoja: todo funciona según el criterio de cada “autopercibido”, quien se “concede” a sí mismo el irrumpir en un escenario cualquiera “a tambor batiente”, interpretando lo que ocurre y señalando qué papel nos toca a cada uno de nosotros, de acuerdo con lo que siente que “es bueno para todos” (sic). 

 

Las matemáticas dicen que dos más dos son cuatro. Pero para el “aupercibido”, pueden ser cinco o seis; o vaya a saber cuánto (si lo sabrán los Fernández, “Massita” y muchos otros). Y si nos asegura que su visión de la realidad tiene una apariencia distinta de la que vemos, es porque NOSOTROS y no él fallamos en nuestra apreciación de la misma.

Desatan así las tragedias más temibles. Porque ignoran LA ESENCIA NATURAL DE LAS COSAS COMO SON, lo que es siempre un pasaporte a la locura, que es la que venimos sufriendo desde hace años bajo la presión de quienes se encaramaron alguna vez al poder –con nuestra anuencia cómplice o inadvertida es cierto-, y hoy día nos sojuzgan bajo los efectos catastróficos de sus delirantes “autopercepciones”.

“Criterio”, dice el filósofo catalán Jaime Balmes, “es un medio para conocer la verdad. La verdad en las cosas es la realidad. La verdad en el entendimiento es conocer las cosas tales como son. La verdad en la voluntad es quererlas como es debido, conforme a las reglas de la sana moral. La verdad en la conducta es obrar por impulso de esta buena voluntad. La verdad en proponerse un fin es proponerse el fin conveniente y debido según las circunstancias. La verdad en la decisión de los medios es elegir los que son conformes a la moral y conducen a un buen fin”.

Conocer las cosas como son, asistidos por el sentido común, nos dice que son totalmente distintas al relato de algunos “autopercibidos”, que se glorían a sí mismos por éxitos que no están a la vista, atándonos a sus absurdas elucubraciones conceptuales.

No sienten –esto resulta sorprendente-, el menor asomo de culpabilidad por el aquelarre creado por una supuesta expresión de “amor por los demás” (sic), emanada de su sabiduría “autopercibida”, sin sentir el menor remordimiento por la hilera de fracasos a que nos han sometido durante años, aprisionados por una supuesta “rebeldía transformadora”, sin causa ni razón.

O mejor dicho: en pro de SU propia causa. Que no es la nuestra ni por asomo.

A buen entendedor, pocas palabras.

 
 

11 comentarios Dejá tu comentario

  1. La boñiga gobernante jamás se "autopercibe" como lo que es: delincuente, chorro de fondos públicos y otros rasgos bien definidos.....

  2. En buen español , el término " autopercepcion" es igual a " Puñeta", puñeta frente a un espejo y esto y k..gar, es lo unico qué saben hacer los politicos argentinos. Sin embargo, ya limpiarse el culo no lo pueden hacer solos y para ello ruegan por ayuda.

  3. Todo viene de aceptar el idealismo absoluto como una verdad científica, a partir de eso cada grupo se mete en su propia Matrix y cualquier contacto con la realidad desaparece. Lo peor es la creencia de que todos tienen derecho a "pensar distinto" y que eso se debe "respetar". Eso nos deja en un estado de incomunicación e imposibilidad intelectual y también moral. Transcribo parte de mi comentario en otra nota porque viene al caso. "El ámbito adecuado para dialogar con gente que “piensa distinto” es la consulta psiquiátrica. La política se trata de la cosa pública, no vale pensar distinto. La política no es el ámbito para que cualquiera pretenda hacer realidad su delirio surrealista. En la política hay que pensar dentro de los límites que marca la Constitución que en una República son la objetividad y la racionalidad. La cosa pública debería ser la parte más aburrida. Comparado con una juntada de amigos, la cosa pública es el parrillero. Podemos tener opiniones diversas sobre cómo se preparan el riñón o la molleja, si entraña o si o entraña no, si tira de hueso largo o falda parrillera; los resultados dirán. Pero no podemos poner a alguien que “piensa distinto” a preparar el chimichurri, porque “pensar distinto” puede ser creer que todos los demás son cucarachas y que hay que eliminarlos para que el grupo de amigos evolucione." Lo que hacen estos políticos que se autoperciben y que, como chamanes o brujos de la tribu, les dicen que "sienten o creen" que tal o cual cosa, en realidad lo que hacen es ejercer una tiranía con sus seguidores. Porque el idealismo de las víctimas consiste en abandonar su voluntad de ver comprender y juzgar lo evidente, y reemplazarla con el relato que sus líderes les dictan. Mientras sigamos con la creencia de que eso merece "respeto", no vamos a ningún lado.

  4. La autopercepción, es la capacidad del ser humano para recolectar información del ambiente interno ( pensamientos, sentimientos) y/o externo (relación con los padres, relación con compañeros, ambito social etc), integrarlas e interpretarlas para producir como respuesta una representación de sí mismo en un dominio específico. Es un concepto dinámico que se encuentra en constante ajuste y cambia según las experiencias y la interpretación que se realice de las mismas. Además, se considera como un constructo multidimensional compuesto por varios dominios, entre ellos se pueden mencionar: la aceptación social, la apariencia física, el desempeño académico, las relaciones sociales, la competencia percibida en habilidades deportivas, la competencia percibida en capacidades físicas, entre otros. En fin lo destacable de la autopercepcción es la importancia que tienen LOS VALORES Y PRINCIPIOS en esa construcción que son los que hacen confiable a esa imagen. Pero en el caso de LA POLITICA y mas propiamente del LIDERAZGO habría que discernir si nos estamos refiriendo a la PERCEPCCION CONSTRUIDA mas que a UNA AUTOPERCEPCCION. Pues podríamos encontrarnos ante el engaño de pretender hacer pasar como "autopercepcción" a una CONSTRUCCION DE LIDERAZGO A SER PERCIBIDA COMO TAL, para lo cual se necesita el auxilio de agentes externos como medios de comunicación, comunicadores, grupos de presion e interes nacionales y hasta internacionales. Es entonces cuando nos encontramos ante UN PRODUCTO del marketing politico promocionado como "ser autopercibido".

  5. Lo que vos decís, Exigente, muestra la diferencia entre lo percibido y una identidad adoptada. La nota se refiere a la falsa percepción de alguien que ha adoptado simplemente el relato que cree que mas le conviene. No se necesitan corporaciones de asesores ni de medios, a los seguidores también les hacen creer que la identidad es algo que se puede elegir y consumir; y después lo que perciben como su identidad es eso que consumen. No es algo sofisticado, es mucho más básico y rudimentario que la realidad objetiva; y el juego se basa en la creencia de que toda verdad es relativa y que cada uno tiene derecho a habitar el relato de fantasía que se construye o que otros le construyen para que consuma. Vos hablás de valores y principios. El "principio" de esta gente es que nadie tiene razón (la soberbia del ignorante) porque nadie puede acertar porque lo cierto no existe. El mayor "valor" en el que creen, es el derecho a elegir en qué mentira vivir. El "liderazgo" pasa a ser la construcción de un relato para consumo de los demás. Lo que llaman "sociedad" consiste en la construcción de una identidad y de un pensamiento de grupo dentro de ese relato. Los líderes no son los que aciertan o los que demuestran que tienen razón, porque en un sistema de pensamiento que descree de las verdades objetivas eso no existe. Los líderes son simplemente los arquetipos del grupo, los individuos que poseen más acentuadas las características del grupo. Por la otra parte, la defensa de la identidad del grupo es vital para el éxito del grupo, y ambas dependen de su pureza; y por eso la actividad prioritaria es desterrar o eliminar a los individuos que no cumplen con las características de identidad. Por eso el sistema idealista conduce por necesidad al fanatismo y al autoritarismo. Es interesante el concepto de autoridad dentro del idealismo. La autoridad no es competitiva ni por mérito, la autoridad no se gana con la calidad de las propuestas ni con el acierto de la crítica. La autoridad se gana combatiendo a los enemigos del grupo, o mediante una trayectoria de obedecer y esquivar difamaciones, hasta que por decantación llega el momento del reconocimiento y la designación. Todo este sistema basado en dialéctica y neo platonismo, es parte de las característica del idealismo absoluto de hace dos siglos, pero las categorías y esencias de la filosofía griega también fueron la base de otros procesos como el de la inquisición que comenzó con una lista exhaustiva que clasificaba a los enemigos de la Fe.

Dejá tu comentario

El comentario no se pudo enviar:
Haga click aquí para intentar nuevamente
El comentario se ha enviado con éxito
Tu Comentario
(*) Nombre:

Seguinos también en

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
LinkedIn
Pinterest
Whatsapp
Telegram
Tik-Tok
Cómo funciona el servicio de RSS en Tribuna

Recibí diariamente un resumen de noticias en tu email. Lo más destacado de TDP, aquello que tenés que saber sí o sí

Suscribirme Desuscribirme

Notas Relacionadas

Una fractura con consecuencias institucionales

El bloque oficialista del Senado se fracturó, cuatro legisladores tomaron la decisión de abandonar el interbloque Frente de Todos y sumarse de esta forma a la Senadora Alejandra Vigo (Hacemos por Córdoba) en una nueva bancada que se...