Se llama Antonieta Tucci, es arquitecta, artista plástica, que  decidió  un buen día formar un equipo de ayuda solidario  llamado “Mi granito de arena” y llegar  hasta un pueblo  de Salta personalmente  y sin ninguna  organización, ni fundación  intermedia.

En tal contexto  dialogamos con ella para interiorizarnos  sobre esta labor de ayuda y experiencia que  lleva adelante.

TDP-  ¿Cómo  nace esa ayuda solidaria  y motivación que la mueve a  formar  Mi granito de Arena Salta?

AT-  Yo tenía que  ir a Salta sí o sí, por un motivo personal; en eso se desató la invasión  rusa a  Ucrania y la verdad  estaba muy apenada por los chiquitos ucranianos  y quería hacer algo.  En esos días, enciendo la televisión y veo un  programa  que  se llama  “Hambre de Futuro”, que transmitía las distintas necesidades de las regiones de la provincia de Salta.

-Quería ayudar, pero de forma personal y no  a través de Cáritas, ni de  Unicef, quería ver la  cara y aire de esta misma gente;  y de todos los contactos  telefónicos que había,  figuraba  el  padre Juan Ramón  Velázquez, así que lo llamé y le conté que quería ir, llevar las cosas, solo sí podía estar entre ellos.  Me dijo: “Sra. venga y  la alojó en la parroquia”.

-De esa forma con dos llamados telefónicos y con un  “Señor que decía ser Juan Ramón  Velázquez,  me largue a Salta” y de allí 6 horas más en micro,  a un lugar que queda 30  kilómetros después. Es un pueblo  llamado Aguaray. Ahí la parroquia de Santa Teresita atiende a 16 comunidades,  me llevo a ver dos o tres, pero después  me enamoré de la primera  que se llama  “Tuyunti”. 

- Había llevado, intuitivamente, cepillos de diente, era la primera vez que los chicos veían un cepillo de dientes. Si lo habían visto  fue en  la vidriera  de un negocio, pero  nunca habían tenido uno.   Solamente, había  llevado  50  cepillos  y eran como 100.  Me quedé mortificada, pero sabía que iba a volver.  “..Yo salí de Aguaray  sabiendo que este era un viaje de ida,  porque sabía que iba a estar nuevamente  ahí...”

TDP-  ¿Qué pasa con ese primer  viaje, los que siguen  y todas las vivencias?

En ese  primer  viaje, lo hice con ayuda  de toda la ropa de la suegra de una  compañera mía de colegio  que me dijo: “Mira tengo cuatro bolsas de consorcio”.      Preparé  dos valijas con lo que me dieron y algunas cosas de mis hijas que ya no  usaban.  Otras compañeras  del secundario – que tenemos un grupo- fueron depositando   dinero   (mil, quinientos, dos mil   pesos). 

-Al día siguiente viaje  a Tartagal, allí estuve un día  y otro en Iruya para conocer, pero sentía que no me interesaba, si bien el paisaje que veía era lindo; porque solo seguía pensando  en  Aguaray.  Estaba en otra frecuencia,   primero tenía que completar   el resto de los  cepillos de dientes que faltaban. La gente iba donando y me iba a  Once, donde conseguí un  chino  mayorista, que me hizo descuentos y “esto era  de no creer”.  

-Después era  pensar,  en la  fiestita de cumpleaños para más de cien chicos;  muchos de los cuales nunca habían tenido una fiestita  de cumple y realmente fue  hermoso lo que se pudo hacer. 

Esta fiesta la hicimos  – en el segundo viaje-   y los chicos  contentos,  juntaban los papelitos que caían al piso para festejar. Esto era  lo  que yo quería que  vivieran, un momento mágico,  dentro de lo sencillito que es para nosotros.

-Ahí va lo que vos me preguntabas  respecto a ¿cuál fue la  motivación?;  y digo “ cuantas veces en la vida  porque alguien no hizo algo chiquito, a mí  me faltó  cumplir algo  grande”;  es decir no hablo de que te dieran algo grande, hablo de que te dieran una oportunidad  o que yo no me animará a pedirla 

- Entonces,  no tengo miedo de pedir, “salté  el charco  ya es hora”. Soy  arquitecta y artista plástica, nací en una casa sencilla  humilde, tuve momentos mejores, pero no soy  indigente y  con eso te digo todo, me siento satisfecha. No sé si soy de clase media o soy pobre,  sé  que no soy indigente; pero  no es  que tenga una vida en la que me sobra la plata.  “No me puedo ir de este mundo sin devolver algo  y en este caso algo que me hace muy feliz”.

-  Así  fue  como comencé a comentarlo,  pasamos  de hacerlo con las chicas del secundario,  que fueron por lo menos “...las que  no me dijeron estás loca...”. Se fueron agregando vecinos, conocidos; hicimos este esfuerzo  mancomunado, pero muy  alegre de  juntar a otros que están a años luz de nuestro mundo.

TDP-  ¿Que pasa durante la pandemia con esta comunidad, barrio?

AT-  Bueno,  ellos comen en la escuela  y en la pandemia no había clases y la pasaron muy mal, yo no los conocía todavía,  pero eso me lo contó el padre Juan Ramón

TDP-   De qué  forma se puede ayudar o colaborar

 AT-  Cualquier  cosa sirve,  porque alguno puede donar dinero, otro puede donar  ropa,  bicicletas,  me acaban de ofrecer sillas de ruedas.

 - Otro capaz puede ayudar con la logística, que tiene que ver con la ayuda de llevar todo lo que embalamos en Acoyte y Rivadavia  hasta Retiro; dado que  los fletes nos comen la poquita plata que juntamos, que es lógico que tienen que cobrar su trabajo, pero es muy costoso.

-. Por suerte de Retiro hasta Aguaray, conseguimos quien nos las lleve gratis, y “eso es una maravilla”. Con lo que juntamos en efectivo quisiéramos comprar jabones de tocador en lugares mayoristas.

-El tema es que necesitamos ayuda para el traslado de todo lo reunido y embalado hasta Retiro, esa es una ayuda  muy importante; por eso  es que puede haber  personas que tienen una camioneta o un auto utilitario, vehículos grandes, donde se puedan llevar unas cuantas cajas. 

 - Necesitamos de todo para llevar, cosas indispensables como el papel  higiénico; si no tienen plata para comer, menos tienen plata para eso.  En este momento estamos haciendo pañuelos de tela, porque no se usan  y no  tienen.  No pueden  comprar  pañuelos descartables  y mandarlos  es  una fortuna, “pan para hoy  y hambre para mañana”.  Entonces, lo que hacemos es mandarles pañuelos de tela.  Contamos con la ayuda de una señora que tiene máquina de coser  y hace los dobladillos  para que sea más fácil  se deshilachan  10 hilos de los cuatro costados como decoración o bien o bien se pintan con  flores o adornos.

Realmente necesitamos 150 pañuelos de distintos tamaños. Estamos juntando telas  y por ahora aparecen algunas telas que tenemos. “Todo es a pulmón”.

El Instagram para comunicarse  y colaborar  es @migranitodearena_salta  o bien al celular 1149361510

TDP-   Respecto del comienzo de clases, ¿cuentan con colaboración de útiles y demás elementos para los chicos?

 AT- En febrero hablé con el padre,  y me dijo que las  clases comenzaron el 27 de febrero igual que en todo el país

-Resulta que la provincia  siempre les manda útiles, pero no siempre llegan en tiempo, a veces llegan en marzo o en abril; y como  el año pasado llegaron en agosto; metí manos a la obra y con una amiga que tenía un contacto importante me lo paso para hablar con él . Esa persona  donó  un montón de cosas. 

- Al mismo tiempo que envié las cosas embaladas, viaje  a  Salta, me junté con las cosas que envié y las pude llevar personalmente a la escuela. Fue una experiencia hermosa  e intransferible y  lo que puedo contar es que  “te mata  el dolor,   cuando ves  que la mitad de los chicos no tiene guardapolvo”.

-La escuela  tiene un anexo y es un lugar más pobre,  que  está armado con  instalaciones prestadas. El terreno lo tienen, alguien lo dono; pero falta que se escriture el terreno para se pueda poner un ladrillo que hay que salir a pedir.

-Cuando íbamos  de la escuela hacia este anexo,   había mucha gente que estaba en la puerta de sus ranchos a medio hacer,  ahí no hay calles, veredas, es todo lo mismo; estaban con sus hijos  esperando y cuando la maestra le pregunta qué pasa dicen: “Es que no llegaron los útiles”. Pero al decirle “que  los estábamos llevando  y que fueran todos juntos” la sensación es que parecíamos con la maestra los ángeles guardianes. Me sentí  tan bien en ese momento.

Yo fui chica, fui adolescente y ya tengo vivido, no es nada  lo que estoy haciendo y le das a esos chicos, a esas nuevas vidas  algo de dignidad.

-En cuanto a los chicos/as  del secundario  no lo pueden terminar, porque  no tienen el dinero para comprarse por ejemplo, cuadernos con espirales y demás cosas.  Es decir pudimos   cubrir lo de primario y nos queda comprar más birones, cepillos de dientes para todos los chicos. Es decir, sentimos que  va de abajo hacia arriba, los chicos se los van a enseñar a los papás, si se los damos a los  padres   no pueden  adquirir ese hábito. Lo mismo que con los pañuelos  de abajo para arriba.

-Los padres  confían mucho en los maestros, les entregan a sus hijos, sabiendo que van a lograr los niños a través de los maestros lo que ellos no pudieron,  que es tener un futuro mejor.

-Para   Reyes  mandamos 250 regalitos algunos sencillos, otros más complejos, nada se compró se hicieron a mano, no sé cómo llegamos a esos regalitos; es magia, es la virgen, es  Mahoma, se alinearon los planetas. Cada uno  lo llamará de un modo diferente, pero las cosas resultaron. Seguimos  porque esto crece, y eso que estamos ayudando a una sola de las 16 comunidades cercanas a Aguaray. “No podemos abarcar más, pero por ahora”.  

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo. Eduardo  Galeano.