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HILOZOÍSMO Y PANPSIQUISMO

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DOS IRRACIONALES CREENCIAS
DOS IRRACIONALES CREENCIAS

   Hilozoísmo: doctrina filosófica sostenida por algunos presocráticos, según la cual el mundo material está animado como un organismo biológico.
     El filósofo Kant definió el hilozoísmo como “la forma de realismo de la finalidad de la naturaleza” que “funda los fines de la naturaleza sobre la analogía de una facultad que obra con intención, la vida de la materia (que está en la naturaleza misma, o bien es producida por un principio anímico interno, un alma del mundo)” (Crítica del juicio).
     Los presocráticos, Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Parménides, Heráclito y Empédocles eran todos hilozoístas en la dirección señalada por Kant.
     Para Tales de Mileto, el agua era el origen de todas las cosas. Para los estoicos, en cambio, el principio constitutivo corpóreo del universo era el fuego que equivale a un soplo, o espíritu animador y ordenador (Según Cicerón: De natura deorum, II, 23), de modo que también eran hilozoístas.
     En el renacimiento, este antiguo hilozoísmo fue adoptado por la magia de ese período, y por eso más adelante el supuesto de la magia se apoyó precisamente en el hilozoísmo con el fin del dominio de la naturaleza mediante los encantamientos.
     Incluso el materialismo de Haeckel ha considerado a los átomos como entes animados, es decir que, “en cierto sentido tienen un alma”, para concluir en que la materia y el éter (recuérdese  el éter de los teósofos) estaban dotados de sensibilidad y voluntad.
     Dijo Haeckel biólogo alemán partidario del evolucionismo de Darwin: “Los dos elementos principales de la sustancia, la masa y el éter, no están muertos y movidos solamente por fuerzas exteriores, sino que poseen sensación y voluntad (en el grado más bajo, naturalmente), experimentan placer en la condensación, disgustos en la tensión; se inclinan hacia la primera y luchan contra la segunda. No hay espacio vacío; la parte del espacio infinito que no ocupan los átomos-masas está llena de éter. No hay acción inmediata a distancia través del espacio vacío, toda acción de las masas corporales, una sobre otra, resulta ser de un contacto inmediato por aproximación de las masas, o por una transición por el éter”. (Los enigmas del universo, Valencia, Sempere, s/f, tomo 2º, pág. 13).
     En resumen podemos decir que el hilozoísmo es la creencia en que la materia es por sí misma viviente y por ende, posee cierto grado de conciencia.
     Constituye entonces un materialismo ya que en contraste con el panpsiquismo, reconoce como única realidad a la materia y atribuye a ésta poderes o actividades psíquicas. En cambio el panpsiquismo que muchas veces suele confundirse con el hilozoísmo, consiste en reducir la actividad de la materia misma al alma y es entonces espiritualismo.
     Sin negar la existencia de la materia, como lo hace el inmaterialismo, el panpsiquismo dice que los atributos de aquélla, como la extensión y el movimiento son reducidos a la acción de fuerzas o atributos espirituales. Esto es que la materia queda sometida al espíritu.
     Los platónicos ingleses del siglo XVII de la Escuela de Cambridge, dieron nacimiento al panpsiquismo del modo señalado.
     “Ningún efecto puede sobrepasar la fuerza de su propia causa” dice Ralph Cudworth, (filósofo inglés 1617-1688), célebre por su Sistema intelectual del universo. Combatió vivamente el ateísmo de Hobbes), quien negó que la vida y el ser, y mucho menos la razón y el entendimiento pudieran ser el resultado de la materia sin vida.
     También afirmó que “el espíritu es el ser primogénito, el señor natural de todo lo existente”.
     Se admite una naturaleza plástica de la materia, sobre la cual actúa Dios (espíritu), pues la materia por sí sola jamás podría producir nada ordenado.
     También More (filósofo inglés, 1604-1687), quien en una de sus obras Enchridion ethicum, estableció un misticismo platonizante basado en el estudio de la cábala y la teosofía, atribuyó la extensión y el movimiento de la materia a cierta manifestación de fuerzas espirituales, a ciertos elementos que denominó mónadas físicas, partículas tan pequeñas que se tornaban invisibles. Estas se hallan desprovistas de magnitud física, aunque todavía son extensas; y la extensión es precisamente uno de los atributos de Dios.
     Podemos mencionar también a Leibniz quien nos habla de sus particulares y famosas (en el terreno filosófico) mónadas, consistentes en una especie de átomos espirituales. Según él, la materia no tiene nada de corpóreo sino que está compuesta de puntos metafísicos (mónadas o unidades espirituales).
     Finalmente, para terminar con la lista de filósofos, podemos incluir aquí a Lotze (filósofo y fisiólogo alemán, 1817-1881), quien también identificó los átomos de la teoría mecanicista, con centros de fuerza espiritual en el mismo sentido leibniziano.
     Como comentario final para estas cuestiones podemos expresar que las ciencias físico-químico-biológicas, no  hallan en parte alguna ese mentado “principio espiritual” que lo anima todo. Por el contrario, tanto la mecánica, como el quimismo y la fisiología, solo hallan acciones físicas de los elementos atómicos entre sí; sólo de la cuales surgen los fenómenos. El fenómeno es el añadido, y lo “espiritual” es un fenómeno más emanado del accionar de la esencia del universo. No es el espíritu el motor, el ordenador, el que se manifiesta en sí o en la materia, sino por el contrario, se trata de una manifestación de lo físico subyacente. Más aún, ni siquiera tiene existencia real según el concepto que el hombre posee de él, como algo imponderable, simple, inmaterial. Lo espiritual es así sólo un invento de la mente humana. En realidad se trata de un conjunto de manifestaciones de la esencia universal en forma de psiquismo, energía confinada al cerebro emanada de la trama neuronal, que recibe el mote de “espíritu” o “alma” y nada más. (Véase del autor de esta nota: La esencia del universo, capítulos X: 1,2 y XIV.).
     El hilozoísmo y el panpsiquismo nacieron en las mentes por el desconocimiento de la naturaleza. Constituyen salidas provisorias de la cuestión, frutos de la fantasía. Son cosas del pasado cuando los datos sobre el mundo real eran muy pobres dada la carencia de métodos e instrumental de investigación, y su pervivencia en la actualidad sólo puede se explicada como una reminiscencia del viejo animismo de los pueblos primitivos.
      Ni el hilozoísmo ni el panpsiquismo apartados de la filosofía, se podrían considerar como ciencias bien fundadas.
     Las doctrinas y creencias extrañas tratadas aquí, pasan entonces a ser basadas en puras pseudociencias si se pretende ver en ellas algo semejante o relacionado con la investigación científica.

 

Ladislao Vadas

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Según lo concibo, el hilozoismo da la idea de mundos dentro de mundos, lo cual es imposible de comprobar desde la observación de una mente limitada a mediciones tan previsibles como lo son las líneas de pensamiento que mantiene un observador limitado por prejuicios heredados y adquiridos. Si la ciencia se hubiese tomado la libertad de cambiar su ángulo de observación, comprensión y estudio, pasando de lo meramente mecánico y de medición para clasificar los fenómenos físicos, a incursionar dentro del mundo emocional y aun del mental, explicando sus procesos previsibles y observables en el continuo empleo de tales mecanismos, sin intervención de maquinaria pesada y burda que solo puede medir cosas concretas, más allá del haber intelectivo, se hubiera avanzado mucho más en el conocimiento de los distintos cuerpos sutiles que se ensamblan para conformar el ser humano que se aprecia con los cinco sentidos a pesar de ser un holograma. El desprecio de las conclusiones de los antiguos, solo porque hoy los aborígenes del planeta se encuentran hipnotizados por los espejitos de colores que proveyó la tecnología extraterrestre, WhatsApps incluidos, solo dan una idea de cuál fue el avance del espíritu humano pisando el siglo XXI y desde la última destrucción de una raza. Saludos.

  2. Hola Claudia Apoyo tu postura que me parece interesante, la mentalidad racionalista no permite el avance de las sociedades y por ende tenemos a una humanidad con escasez de valores, para el racionalismo todo aquello que no sea cuantificable no existe, en lo personal, considero a ese tipo de personas como máquinas robotizadas por la ciencia del hombre carentes de emociones y programadas por intereses con fines destructivos. El autor de este post debe preguntase si la ciencia tiene las respuestas concretas (no formuladas en teorías), ¿Qué es el hombre?, ¿De donde viene?, ¿hacia dónde va?, ¿qué es la muerte?, etc. Muchas de las propuestas científicas de esas interrogantes son conjeturas con intenciones de confundir las a las personas en busca de respuestas, cabe preguntarse ¿qué ha hecho la ciencia por la humanidad en los últimos cien años?, crear armas para la destrucción de la vida y todo lo que hay en el planeta, y si argumentan que gracias a los avances científicos hemos enviado sondas al espacio, que avanzamos en la medicina, y tenemos mejores herramientas de trabajo, se puede hacer una contra argumentación haciendo la pregunta, ¿de que valen los mencionados avances si desconocemos el planeta en que habitamos?,¿ si la tecnología crea más enfermedades?, ¿si las herramientas tecnológicas aumentan el desempleo?, en general si vemos fríamente las sociedades del siglo XXI, y la comparamos con las sociedades de mediados del siglo XX, se concluye que las sociedad del siglo XXI ha sido perjudicada, y todo gracias a la bendita ciencia. EL DÍA QUE LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN TRANSITEN EL MISMO CAMINO, ESE DÍA LA HUMANIDAD DARÁ UN GRAN SALTO HACIA EL FUTURO.

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