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Para entender la cumbre de Mar del Plata

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ALCA: LA DISPUTA POR EL GAS Y EL PETRÓLEO
ALCA: LA DISPUTA POR EL GAS Y EL PETRÓLEO

El control de los yacimientos, el mercado y los precios del petróleo y el gas natural han sido factores decisivos para la creación de conflictos políticos y sangrientas guerras. Incluso miles de civiles han pagado con su vida el costo de tal ambición. Según Oil Watch entre estas guerras están las de Nigeria que se libro de 1967 a 1970 y de 1980 a 1984; Sudan que se debate en el conflicto desde 1983; las guerras en Yemen entre 1986 y 1987 y entre 1990 y 1994; el Congo entre 1997 y 1999; Irak de 1974 a 1975 y luego diez años mas tarde entre 1985 a 1992. Por este motivo tampoco termina el conflicto en Indonesia desde 1986, en Angola desde 1992 ni en Argelia desde 1991. Cada 5% de aumento en la dependencia al petróleo, estos países gastaron un 1.6% mas en gastos militares, según Oxfam y citado en el documento de Oil Watch, "Moratoria a la ampliación de la frontera petrolera".

 

Luego de la guerra contra Afganistán a partir del 11 de septiembre y el intento de golpe militar contra el gobierno venezolano y su petróleo, la sombra del águila de la muerte comenzó nuevamente a merodear los pozos petroleros de Irak. En abril del 2002 Sadam Hussein anuncio el recorte temporal de todas las exportaciones de petróleo en protesta por la ocupación de Israel en ciudades palestinas. Cuatro meses después el gobierno iraquí firmo con Rusia un acuerdo de cooperación económica y comercial por 40 mil millones de dólares. Desde la derrota en la Guerra del Golfo Pérsico, Irak fue obligada a canalizar la totalidad de sus ingresos procedentes de la venta del petróleo a través de un programa de la ONU que ofrece ayuda humanitaria y reparaciones de guerra. Pero se sospecha que Irak ha desviado alrededor de 300 millones de dólares a la industria militar, no muy distinta a la actitud del gobierno de los Estados Unidos (EU) con su industria bélica. Sin embargo, hay grandes intereses para que las cosas sigan igual ya que Chevron-Texaco, Exxon-Mobil Oil y Valero Energy han devorado casi la mitad del petróleo exportado por Irak.

Hace algunos años el Banco Mundial (BM) afirmo que las guerras del siglo XXI serían provocadas por el control mundial del agua dulce cada día mas escasa en el planeta. Y sobre este recurso van las transnacionales. En Barranquilla, Puerto Colombia y ahora con la localidad de La Soledad, la empresa Técnicas Valencianas del Agua (Tecvasa) de España, que no tiene inversiones en su propio país, logro la concesión del servicio del agua por 20 años. Creada en 1999 para concursar en las privatizaciones del agua en América Latina, a solo tres años cuenta ya con cuatro filiales: Metroagua en Santa Marta (Colombia); AAA Dominicana (Santo Domingo, República Dominicana); Amagua en el cantón de Samborondón (Ecuador) y AAA Venezuela, en el Estado Zulia. Tecvasa controla una zona con nueve millones de habitantes en América Latina, con un volumen total de negocios de 180 millones de dólares en 2001. Así, después de largas y sangrientas luchas por la independencia de América Latina, el nuevo colonialismo español contraataca.

Pero hay otro recurso del cual se prevé provocara fuertes conflictos: el oro verde, la biodiversidad. Sobre los bancos genéticos sobrevuelan los buitres transnacionales de alimentos transgénicos y medicinas como Bayer, Monsanto y Novartis entre otras. "El verdadero petróleo y el verdadero oro del futuro lo serán el agua y el oxígeno; lo serán nuestros mantos acuíferos y nuestros bosques" (Extracto del Mensaje Inaugural de la Toma de Posesión del Presidente de la República de Costa Rica, el Dr. Abel Pacheco de la Espriella, período constitucional Mayo 2002-Mayo 2006).

En fin, agua, petróleo, gas y biodiversidad han provocado y provocarán más militarización en las tierras que cuenten con estos recursos estratégicos. Y el costo es y será para los pueblos indígenas y campesinos, porque ellos han sido los depositarios de tal riqueza. Los pueblos indígenas son y serán los muros de contención contra la depredación y la ambición del capital, resistiendo en sus tierras, luchando contra la expulsión, recogiendo el petróleo de los ríos, mares y lagunas; evitando que aterricen las transnacionales o abran el vientre de la madre tierra para inyectar oleoductos y gasoductos por "las venas abiertas de América Latina". Hoy se han levantado muchas esperanzas en América Latina y el Caribe. El triunfo de los campesinos de Atenco contra el megaproyecto del nuevo aeropuerto internacional de México fincan precedentes de que, frente a los avances privatizadores y de expropiación de tierras campesinas; pese al aparato gubernamental aliado a los medios de comunicación y pese a los acuerdos comerciales, entre otros pesares, la sociedad puede detener el avance del Plan Puebla-Panamá (PPP) y el Área de Libre Comercio de Las Americas (ALCA). Otro ejemplo lo ponen los bolivianos y uruguayos quienes han detenido procesos de privatizaciones de los recursos públicos en manos de las grandes corporaciones multinacionales, o los indígenas miskitos de Nicaragua y los garifunas hondureños declarando sus territorios libres de la exploración petrolera.

 

¿Qué son las reservas de hidrocarburos?

Son las acumulaciones de hidrocarburos conocidas a una fecha determinada y que se pueden explotar y recuperar comercialmente. Todas las reservas estimadas involucran algún grado de incertidumbre, que depende principalmente de la cantidad y calidad de información geológica, geofísica, petrofísica y de ingeniería disponible al tiempo de la estimación e interpretación de esos datos. Las reservas probadas son volúmenes de hidrocarburos evaluados bajo condiciones económicas actuales, que se estima serán comercialmente recuperables en una fecha especifica, con un elevado nivel de certidumbre. En esta categoría de reservas la probabilidad de recuperación será de 90 por ciento o más de la cantidad estimada (...) Las reservas probables son aquellas reservas en donde el análisis de la información de los yacimientos sugiere que son más factibles de ser comercialmente recuperables, que de no serlo" (Raúl Muñoz Leos, director de Pemex).

El gas tiene muchas utilidades entre las que se encuentra la producción de energía eléctrica mediante la quema del gas cuyo calor hace mover la turbina generadora; y en una planta de ciclo combinado se puede reaprovechar para calentar agua y producir vapor, que al mismo tiempo mueve la siguiente turbina. Estas plantas tardan menos en construirse que una hidroeléctrica, produce más energía y su costo es más bajo. Aunque también contaminan, lo son menos en comparación a las plantas generadoras de energía con carbón, diesel o agua. Sin embargo también desaloja poblados de sus tierras al construir los gasoductos para transportar el gas, como en Perú y Bolivia.

La industria petrolera es una de las más contaminantes. Tan solo 122 empresas en el mundo son responsables del 80% de la contaminación mundial y cinco de ellas, las famosas "cuatro hermanas" petroleras (Exxon-Mobil Oil, BP Amoco, Shell y Chevron-Texaco) son responsables del 10% de todas las emisiones de carbono en el planeta. Una gran contaminación de la tierra, aire y agua se producen durante el proceso de exploración, extracción, transportación y quema de combustibles fósiles, incluso en comercialización. Todo ello requiere de infraestructura como oleoductos, gasoductos, plataformas, carreteras, entre otras, amenazando con la deforestación de áreas naturales protegidas.

Según Oil Watch, por cada pozo de exploración se deforestan 2 hectáreas de bosques. "En la perforación exploratoria de petróleo y gas, se generan ciento de miles de pies cúbicos de desechos tóxicos que son vertidos en el ambiente sin ningún tratamiento", agregan. Esta contaminación también destruye la biodiversidad marítima y terrestre, la soberanía alimentaria de los pueblos y las economías ligadas a la naturaleza. Además, la extracción y transporte de petróleo y gas induce a una ocupación desordenada de los territorios que conlleva, en el mejor de los casos, a una reubicación forzada de los dueños de la tierra, y por lo general a expulsiones violentas con el apoyo del monopolio represivo del estado, ejército y policías, e incluso con el apoyo de grupos paramilitares en contubernio con las corporaciones transnacionales aliadas a dictaduras militares. Pese al conocimiento de que la quema de combustibles fósiles es la principal causa del Cambio Climático, las inversiones en energía fósil han sido 100 veces mayores que en otras formas de energía.

 

Las tendencias mundiales

Diversos analistas internacionales consideran que no habrá en los próximos 20 años una sustitución significativa de los hidrocarburos como fuente primaria de energía. Es más, se espera que en este lapso de tiempo la demanda aumente mundialmente hasta duplicar la demanda registrada entre 1970 y el año 2000. Para la Administración de información sobre energía (EIA) de EE.UU. la demanda mundial de petróleo aumentará 56% que equivalen a 43 millones de barriles al día para el año 2002. Por su lado, la Agencia del Departamento de Estadísticas Energéticas pronosticó que la demanda mundial de petróleo pasará de 75 millones a 119.6 millones de barriles por día para el 2020. En fin, independientemente de la fuente todos marcan la misma tendencia: más extracción de petróleo y gas en las próximas décadas. ¿Cómo terminará el mundo dentro de 20 años? ¿Cómo veremos el planeta, las tierras y los bosques? ¿Cuántos pueblos más desplazados o asesinados? Incluso, la posibilidad de acceder a nuevos yacimientos de hidrocarburos en el mundo en lugares hoy inaccesibles aumentará debido al avance de la tecnología. Según el Instituto del petróleo, tomado de los estimados de la EIA's International Energy Outlook 2001, el consumo de gas natural en los países industrializados para el 2020 será mayor en Japón y Australia, seguidos de Norteamérica y luego Europa Occidental. En cuanto al petróleo el consumo mayor será en Norteamérica seguido de Europa Occidental y por ultimo Japón y Australia.

La banca multilateral no está ausente del gran negocio del gas y petróleo. También ha facilitado para que en los últimos 10 años se hayan incorporado 100 nuevos países a la actividad de exploración. Se calcula que cuentan con inversiones de cerca de los 50 mil millones de dólares.

Entre ellas están, para no variar, el Banco Mundial (BM) con un total de 5,950 millones de dólares invertidos en el sector entre 1995 y 1999; el Banco Europeo para la Reconstrucción y El Desarrollo; el Banco Asiático de Desarrollo; el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la financiación por Agencias de Crédito a la Exportación De Desarrollo Upstream de petróleo y Gas (No Minero).

El año de 1999 fue el de mayores descubrimientos. Aunque algunos se hicieron en yacimientos ya explotados como son los casos de Arabia Saudita e Irán, otros se llevaron a cabo en diversos países gracias al avance tecnológico como son los casos de las exploraciones en aguas profundas de Brasil y Angola. Entre 1995 y 2000 se incorporaron a las reservas probadas 4.5 millones de barriles por cada sondeo de exploración realizado, que equivale a un 50% más que en el período de 1990 a 1995. En la segunda mitad de la década de los 90, los nuevos descubrimientos de gas han sido superiores a los de petróleo en un 85%. En los últimos años se encontró petróleo en 95 países y el 50% del petróleo encontrado se ubicó tan solo en 10 de ellos: Irán, Arabia Saudita, Angola, China, México, Azerbaiján, Nigeria, Guinea Ecuatoriana, Brasil y Noruega. De hecho, el Instituto de petróleo del Reino Unido calcula que existen alrededor de 4 mil millones de toneladas de carbono en los combustibles fósiles que se encuentran todavía bajo la superficie de la Tierra. Según Oil Watch, cada barril de petróleo implica, en promedio, 0.12 toneladas de carbono.

Según Alfredo Elías Ayub, Gerente General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en México, las plantas generadoras de electricidad son más eficientes y económicas con gas. El costo por megawatt, que es la unidad de capacidad, en una planta de ciclo combinado de gas, oscila actualmente entre 500 y 600 millones de dólares, mientras que una nuclear o una hidráulica está por arriba de los mil millones de dólares. Por ello las corporaciones transnacionales están ligando sus inversiones en torno a todo el proceso: el gas, el petróleo, el agua y la generación de energía eléctrica. Especialmente la convergencia del gas y la electricidad ha abierto una dura pugna entre petroleras y eléctricas en la batalla por producir kilovatios con gas. De hecho, en 2000 la venta de gas natural a la CFE creció en un 18.8%, y en el 2001 la tasa de crecimiento del consumo de gas natural por parte del sector eléctrico mexicano rebaso el 14% anual, y se calcula que se quintuplicarán en la próxima década. Por ello, para el gerente de la paraestatal sólo con la inversión extranjera directa en la energía eléctrica se podrá obtener los 34 mil millones de dólares que se requieren durante el período presidencial de Vicente Fox del 2001 al 2006, con el objetivo de modernizar la infraestructura eléctrica del país.

Según la declaración del Secretario de energía de México, Ernesto Martens, en octubre de 2001, entre 2000 y 2006 "la demanda de electricidad se incrementará en 45%, la de gas licuado de petróleo en 17%, la de gas natural en 80% y la de combustibles líquidos, incluyendo diesel y querosín crecerá en 20%". Para el año 2002 señaló que México modificaría su política energética para dar mayor prioridad al gas que al petróleo y comenzar a invertir en el "negocio del futuro", porque la demanda de gas crecerá 120% en los próximos 10 años sobre todo para generar energía eléctrica. Y es aquí donde entra la guerra de las corporaciones eléctricas. Para el 2009 la CFE tiene calculado que habrán entrado en operación 49 centrales de ciclo combinado en el país que producirán 21 mil megavatios, ya que calcula que el consumo de energía eléctrica aumentara a una tasa anual promedio de 5.5% para el periodo 2001-2010.

Es desde este ángulo donde debemos analizar el proyecto del Plan Puebla-Panamá (PPP); el Area de Libre Comercio de las Americas y los Acuerdos de Libre Comercio; el Plan Colombia; la militarización de las regiones estratégicas del Continente Americano y de tierras indígenas y campesinas, así como la creciente instalación de bases militares de los EE.UU. a lo largo de todo el Hemisferio. También, desde este ángulo debemos analizar las negativas de los gobiernos a dialogar con los pueblos indígenas, de aceptar sus autonomías y respetar sus derechos humanos. Muchos ejemplos existen hoy en América Latina de represión y expulsión de los pueblos autóctonos. La negativa del gobierno mexicano de cumplir los Acuerdos de San Andrés negociados y firmados con el EZLN es un rechazo de Estado, donde el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial niegan la consecución de la paz y la distribución de la riqueza con equidad. Los gobiernos se postran ante los intereses de las corporaciones petroleras más poderosas del mundo y dan la espalda a los intereses de la mayoría, a la soberanía de los pueblos. Asistimos hoy a una profunda crisis de las democracias, a una democracia virtual y a una dictadura corporativa transnacional-militar.

 

¿Quién tiene hoy el petróleo y el gas?

En el Medio Oriente está el 65% de las reservas mundiales de crudo; y en Venezuela el 7% lo que también explica la militarización con el Plan Colombia y las bases militares norteamericanas en las islas de Curazao. El otro 7% se encuentra en Africa principalmente en Argelia, Libia y Nigeria; y el 5% en Rusia. Asia Central es la segunda cuenca petrolera más grande del mundo que tiene cerca de 200 mil millones de barriles de reservas de petróleo, después del Golfo Pérsico que cuenta con 660 mil millones de barriles. De ahí el interés de EE.UU. por tomar el control del puente europeo-asiático.

Por otro lado, el territorio de Afganistán concentra el 4% de las reservas mundiales de carbón que todavía no son explotadas; y cuenta además con cobre, hierro, azufre, zinc, sal, plomo y piedras preciosas y semipreciosas. Para otras fuentes, en el territorio ruso de Siberia se encuentra la segunda reserva de petróleo mundial que le provee al gobierno ruso el 60% de sus ingresos fiscales. Por cierto, curiosamente, en el mes de agosto del 2002, el gobierno mexicano cerró sus embajadas en los países petroleros de Arabia Saudita y Noruega. Este último país se consideraba en 1998 como el segundo mayor productor mundial de petróleo, según su ministro de energía y petróleo Tore Sanvold.

Recientemente, el periodista Jim Carlton del diario The Wall Street Journal confirmó que bajo las aguas y alrededores de la isla de Sakhalin en Rusia (conocida para su abundancia de salmón, cangrejo y otros mariscos, y ballenas en peligro de extinción), las corporaciones petroleras calculan que hay unos 13 billones de barriles de petróleo, cuando EE.UU. cuenta con 22 billones de barriles de reserva y Rusia 49 billones de barriles. Desde 1994 las aguas de la isla Sakhalin están siendo explotadas por Exxon-Mobil Oil y Royal Dutch/Shell y se pretende comercializar los hidrocarburos por oleoductos y gasoductos. En 1999, el primer año de producción comercial del petróleo, el impacto sobre los daños ecológicos y la pesca eran ya visibles. Pese a eso se lleva a cabo la construcción de más torres de perforación cuyas instalaciones requieren inversiones por los 22 mil millones de dólares. Luego del 11 de septiembre, con mayor razón Rusia se convirtió para los EE.UU. en lo que George W. Bush llamó de "importancia estratégica" por su petróleo; e inmediatamente en mayo del 2002 festejo con el presidente ruso Vladimir Putin el proyecto de cooperación económica por 12 billones de dólares para la exploración de la isla.

En el caso del gas natural, el 28% se encuentra en Rusia; el 9% en el Pérsico; otro 9% en el Mar del Norte (Holanda, Noruega e Inglaterra); 7% en Canadá; y otro 7% en Africa principalmente en Argelia y Nigeria donde Shell y Chevron apoyaron a las dictaduras militares.

Por tanto, la Unión Soviética y el Medio Oriente cuentan con la mayoría del gas natural hasta el momento. Por ello, EE.UU. pone los ojos sobre el Continente Americano. En Canadá, el gas natural se encuentra principalmente en la provincia de Alberta y Saskatchewan, aunque también tiene un fuerte potencial en el Ártico y en la costa este canadiense.

Según el estudio "Perfil Energético de América del Norte" difundido por la Secretaría de energía de México, la demanda de energía en los países de América del Norte descenderá ligeramente en los próximos 8 años. Establece además que "El consumo de energía per capita crecerá 10% hacia el 2010 en la región de América del Norte". Este estudio fue elaborado por el Grupo de Trabajo de América del Norte conformado en el 2001 por acuerdo de los Presidentes de México, EE.UU. y Canadá. Su análisis refleja que en el año 2000 la región tenia una capacidad instalada de 967 gigawatts, de los cuales 819 correspondían a EE.UU., 111 a Canadá y 37 gigawatts a México; que la tendencia de consumo observada desde 1980 seguirá y revela también necesidades futuras para mantener un sistema interconectado. Refiere que las reservas de petróleo en la zona ascienden a 50 mil millones de barriles, de los cuales 24 mil millones corresponden a México, aunque en gas natural EE.UU. tiene reservas por 167 billones de pies cúbicos, Canadá 92 billones y México solo con 30 billones de pies cúbicos. En fin, cada quien con sus datos. Pero se sigue marcando una tendencia común.

Aunque en muy menores proporciones, pero no por eso deja de ser importante para los intereses de EE.UU. en el marco del PPP y el ALCA, en otros países de América Latina y el Caribe también hay petróleo como en Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador, Perú, Trinidad, Bolivia, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Veamos tan solo un ejemplo que parece una historia de terror sobre un rico país de pobres donde la codicia de las transnacionales pasa por encima de los pueblos para arrasar con todo. En Bolivia, las transnacionales Shell y Enron (Transredes) que invierten en los sectores del gas y petróleo con la ayuda de los fondos de pensiones de los trabajadores, solicito un crédito al BID por 100 millones de dólares para la construcción de un oleoducto Yacuiba-Camiri, y por 434 millones de dólares (BO-0192) para un gasoducto, pese a la resistencia de las comunidades indígenas Weenhayek que viven en el lugar.

Y es que los indígenas no pierden la memoria. En enero del 2000 estas empresas produjeron el mayor desastre en la historia de la explotación de hidrocarburos en Bolivia cuando el oleoducto privatizado a su favor que pasaba bajo las aguas del río Desaguadero se rompió, derramando 29 mil litros de crudo pesado y gasolina. Otra empresa, Transierra y Petrobras de Brasil, dio inicio a las obras del gasoducto Rio Grande-Yacuiba excavando y enterrando tuberías que afectarán a tierras indígenas guaraníes. Por su lado, Petrobras y la Repsol española pretenden explorar en los parques nacionales Madidi y la Reserva de la Biosfera y Territorio Indígena Pilón Lajas.

El negocio es tan jugoso que las exportaciones de gas a Brasil podrían significar un ingreso a las corporaciones por 5 mil millones de dólares en los siguientes 20 años mientras que el gobierno boliviano recibiría mientras se lo permiten solo 80 millones de dólares al año en impuestos y regalías. También las reservas de gas de Bolivia son el centro de la ambición ya que se calcula que podría tener un valor de 80 millones de dólares al año. Esto equivale a 10 veces la producción de bienes y servicios de un año. La reserva boliviana de gas se calcula la más grande de Sudamérica y superiores a las de Argentina, Brasil, Chile y Perú juntas, y ya están en maños de Repsol, BP, Petrobras, Pluspetrol, Tesoro BG, Vintage y Maxus entre otras. Para el Ministerio de Desarrollo de Bolivia, el gobierno dejó de percibir 3.152 millones de dólares al bajar los impuestos a los campos hidrocarburíferos de las transnacionales del 50 al 18%.

Por si fuera poco, el gobierno boliviano ha avalado el Proyecto de Exportación de Gas a EE.UU. y México a las corporaciones transnacionales British Gas, British Petroleum (BP) y Repsol YPF aglutinados en el Consorcio Pacific LNG, y a las empresas Sempra Energy y Pan American Energy. Es en este país donde las nuevas iniciativas legales de Reglamento de Expropiaciones y Servidumbres en el sector de Hidrocarburos y el proyecto de Modificaciones al Reglamento de Ductos, le otorgaría a las transnacionales ser dueñas no solo del gas y petróleo bolivianos, sino de las tierras. Es en Bolivia donde el gobierno ha ido privatizando la paraestatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) a las empresas extranjeras así como su gas y pozos petroleros, en un país donde su energía proviene en un 90% del petróleo y del gas.

 

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