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LA CRUEL VERDAD

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KIRCHNER SE VA QUEDANDO SOLO
KIRCHNER SE VA QUEDANDO SOLO

Dicen que en política es dable q

    Dicen que en política es dable que se cometan errores, pero a veces algunos pecan tanto de infantilismo que no se pueden creer. En el matutino La Nación del domingo 14, queda evidenciado la creciente desazón de cierto arco progresista kirchnerista que paulatinamente está dejando de serlo. Abrumados por el autismo de sus otrora admirados Néstor & K, han caído en la cuenta (¿tarde piaste?) de que en realidad el matrimonio gobernante no son tan progres como ellos esperaban, sino que sólo se habían puesto ese ropaje para que la gilada se ponga contenta. Y como en el cuentito aquel del sapo travestido de príncipe, lo peor del caso es que no era heredero del trono, sino que se trataba de un batracio vulgar y silvestre. Qué decepción…
    Luego de la crisis del campo, concluida con el "no" positivo del Cleto Cobos, muchos de estos dirigentes cayeron en la cuenta de que para ambos el único objetivo primordial era la acumulación del poder por el poder mismo, y no la búsqueda del consenso, la promoción social y demás versos que a esta altura no se los come nadie.
    Uno de ellos es Miguel Bonasso, quien hastiado de tanta pejotización dio un portazo aterrado por el divorcio de los K con la realidad cotidiana y el resto de la sufrida sociedad:” El pragmatismo de Kirchner generó hastío en la sociedad", afirmó contrariado. Toda la razón, pues hace medio año su concepción cerrada de lo que él entiende como "realismo político" casi puso al país al borde del enfrentamiento y la disolución entre hermanos.
    Pero el marido de la Presidenta, lejos de amilanarse, redobla la apuesta y mañana tiene planeado una convocatoria de sus aún leales al Teatro Argentino de La Plata. El citado Bonasso no participará del convite, y se excusa, pues el gobierno no tuvo ni siquiera la deferencia de invitarlo: "Tampoco hubiera ido. Kirchner nunca tuvo voluntad frentista", cuestiona. El diputado critica al Gobierno por no tener "un modelo de desarrollo" y a Kirchner por "su pragmatismo", por no aceptar el pensamiento crítico: "Se fue encerrando en su propia opinión". Su amargura es comprensible, ya que desde hace rato en este sitio —y en otros análogos, algunos actualmente censurados— se alertó acerca de esta duplicidad del ex mandatario pero ahora parece que su disfraz se cayó hasta para los anteriormente más próximos. Peor para todos nosotros, embretados en una ordalía siniestra que no parece tener un final feliz.


La única verdad, siempre

    Atrás quedó aquella convocatoria digitada del 25 de mayo del 2006, cuando Néstor Kirchner fabricó su propia plaza del Sí mostrándose un poquito conciliador y convocando a los diferentes estratos sociales a una política de consenso superadora de décadas de antinomias y anquilosamientos. Muchos de los que hoy se van cabizbajos le creyeron, y ahora están amargados por demás. Decepcionados, han caído en la cuenta de que el ex presidente se recostó en los mismos impresentables de siempre, los barones sindicales y los jetones del PJ. Y los progresistas sienten que en ese banquete de comensales pasaron poco menos a servir la mesa, hastiados de las risotadas de quienes están habituados a quedarse con la mejor porción siempre:“Hay decisiones de gestión que preocupan a muchos. Suelen señalarlas en la intimidad. El veto a la ley de glaciares, la intervención del Indec y el blanqueo de capitales son sólo las más nombradas. Algunos también piden revisar la acotada reserva en la toma de decisiones. Pero la mayoría cree que el principal problema es otro: el fortalecimiento de la ortodoxia peronista”, puntualiza el artículo de marras escrito por Juan Pablo Morales.
    Como están las cosas, bastante calientes para los eventuales disidentes centroizquierdistas, resulta muy difícil que otro discurso altisonante de Kirchner evite el éxodo. Pues seguramente, embalado por esta anómala situación, no pueda con su genio y en lugar de acercarlos los aleje más de su rebaño.
    Si es así, resultaría algo beneficioso para el alicaído espectro político nacional, que presenta un panorama demasiado aburrido dada la desconfianza, la concentración de poder en cuatro manos y la apática inercia de una inmensa mayoría. Silenciosa a veces, pero tremendamente harta.

 

Fernando Paolella

 

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