El 17 de mayo de 2008, Tribuna de periodistas publicó un artículo sobre Ricardo Echegaray que en la bajada de su título decía "¿A este corrupto quieren poner en la AFIP?". A través de una importante fuente kirchnerista, este medio estaba al tanto de que Echegaray intentaba llegar a comandar la Administración Federal de Ingresos Públicos a efectos de poder terminar de "cerrar" ciertos acuerdos que el kirchnerismo refrendó con grupos mafiosos vernáculos y foráneos —a ellos, de hecho, está dirigido el blanqueo de capitales que impulsa el oficialismo— y vengarse de algunos "enemigos" del gobierno a través del apriete fiscal.

    En ese mismo artículo, se publicaron los oscuros manejos de Echegaray al frente de la Aduana (1). Su desempeño fue tan ineficaz que superó a cualquier otro ímprobo funcionario al frente de esa dependencia. Como botón de muestra, basta mencionar que, no bien asumió en la Aduana Nacional, desmanteló todos los controles.

    No ha sido mucho mejor su trabajo al frente de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), lo cual le ha valido más de un "escrache" público por parte de productores rurales.

    Sin embargo, a pesar de su pésimo desempeño, fue nombrado al frente de la AFIP, luego de que otro corrupto, Claudio Moroni, fue obligado a renunciar a su cargo "por razones personales". La buena noticia del alejamiento de Moroni no durará demasiado, en febrero regresaría estrenando nuevo cargo. Al menos así se lo ha prometido en secreto Cristina Kirchner.


El destructor
   
    El mal presagio respecto a la llegada de Echegaray a la AFIP no es un comentario subjetivo de este medio, sino una realidad. Tan es así, que incluso la titular de Coalición Cívica, Elisa Carrió, afirmó que la "sola versión" de la designación de Ricardo Echegaray" al frente de la AFIP "implica el inicio de la destrucción" del organismo recaudador.

    Para Carrió, Echegaray tuvo "un ascenso meteórico en lugares claves para el negocio y la impunidad de los Kirchner: en la Aduana de Comodoro Rivadavia para encubrir a la empresa Conarpesa, en la Aduana Nacional dando origen al alejamiento de Alberto Abad y en el ONCCA, después del conflicto con el campo para extorsionar a los productores", sostuvo Carrió.

    No se equivoca la líder de Coalición Cívica. Echegaray ha sido puesto al frente de la AFIP para terminar de cerrar un acuerdo non sancto con grupos mafiosos —y carteles de droga— que oportunamente aportaron dinero para la campaña de Cristina Kirchner. Gracias a esos acuerdos, hoy la Argentina no posee radarización, ni ha informatizado sus fronteras, ni posee un registro de precursores químicos.

    En ese marco, se explica la insistencia del ministro de Justicia, Aníbal Fernández, respecto a la despenalización de la tenencia de drogas, aún cuando la medida es tan impopular.

    Lamentablemente, esto es lo que se ha pactado, y con la mafia no se juega. Al ex presidente Carlos Menem le costó la muerte de su propio hijo.

    Los Kirchner no quieren vivir igual suerte.

Christian Sanz

(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3847