Una noche llegué a la Villa 1-11-14 medio tarde. Fui por Barros Pazos por detrás del comedor de La Mami y de allí a la manzana 3. Nos juntamos con Doña Carmen para ir a la Novena de la Virgen de Copacabana, de la cual soy pasante. Ya no doy catequesis allí, pero siempre seré su devoto. La noche era cerrada, y enfilamos para la Capilla Itatí (del otro lado de la Villa) por el Barrio Nuevo. Al llegar a Bonorino, frente al Barrio Rivadavia, sentimos pasos rápidos hacia nosotros. Fue inútil aumentar la velocidad, ya estaban encima nuestro. Doña Carmen se dio vuelta y la seguí. Eran dos jóvenes de unos 15 años. Bajo un foco de luz nos vieron: -“¡ah Profe, es usted...cuídese que afanan mucho por acá!”-dijeron y con tanta rapidez como al llegar, siguieron su rumbo. Una vecina que oyó, acotó: “¡¡si Profe, los chorros son ellos mismos!!”.

Enseguida recordé a aquellos dos niños. Eran muchos hermanos y su padre tenía constantes entradas a prisión que duraban desde meses a algunos años. Por robos y desmanes. La hermana más grande los cuidaba y hacía lo que podía. Dejaron la Parroquia a los 12 luego de la confirmación.

En la Villa se veía a las claras que donde La Familia era fuerte (en un 90 % de los casos) los niños y jóvenes tenían su guía, lejos del delito, cómo en cualquier otro lugar. Allí debe ir el peso del Estado. A fortalecerla. Lo exige la lucha contra la droga, cada vez más presente en el Barrio y en el país. También deben reformularse los Institutos de menores. Del Roca entraban como cacos y salían expertos criminales.

Con lugares como esos, a menos imputabilidad más “Al Capones” más pequeños. Ví demasiados chicos, llevados por el paco y es muy doloroso. Ante el Estado ausente fui yo mismo a ver al director del ente estatal que trata el tema de la droga en la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en la zona de Constitución. Le ofrecí mis dos hombros y mi cerebro; el de quien conoció y trató a muchos de esos jóvenes. Porque sin el Estado; la Iglesia y las ONG solas no podrán vencer al flagelo.

¿La respuesta? Lo más parecido a “seguí participando”.

Juan Manuel Duarte
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