Crudo, negro, incierto, oscuro futuro, un barril de pólvora y de petróleo se
ha vaciado en la economía del primer mundo, y recorre aceitoso el intestino
de las naciones más pobres del planeta.
Najaf, la “democracia” bombardeada
bajo los pies descalzos de Mahoma, -Charley, qué falta de solidaridad
con El Number One en La Florida, -, Afganistán que viaja por el
sendero de lo desconocido en un tiempo irreal, donde nada existe para seguir
existiendo en la nada, si hasta Madonna se rebela contra el stablishment.
Who is who?, en esta pobre alcancía
con un agujero arriba y abajo de la economía, los sueños y la
esperanza, un escenario que gotea
shitttttttttt. Sobre la alfombra mágica de esta realidad, surgen dos
genios de una misma lámpara en la loca carrera hacia la Casa Blanca.
El escenario es más complejo, impredecible, riesgoso, autónomo en su
propio caos, cambiante, y difícil de administrar hasta para un idota
irresponsable que hunde su Titanic a pesar de haber visto la película y saber
que no es saludable sentarse en la punta de un iceberg, ni por un solo
segundo.
No son todas mis ideas, ni mucho menos, y de lo que trae la
mano en este juego. El Editor puntea, sí, también, lo que
lees y piensas, raya una
cancha para jugar en ella este match de la información vs la realidad,
andamiaje, muchas veces insostenible, otras de difícil equilibrio, pero cada
día más imposible de sostener,
argumentar, poder expresar sin que el jefe de obra te dinamite los cimientos.
Libertad, divino tesoro. Liberty, que olvidada te tenemos. Pronto te
pasearemos con una burka negra para que nadie te identifique, diremos que tu
pasado es francés y tu futuro incierto. Una rápidas biografía para turistas
enfatizará que fue criada por inmigrantes en Manhattan. No era una simple
extranjera transplantada. La provinciana venida a menos, hija de la cocinera,
una futura recogedora de manzanas en California. Espalda mojada del Hudson.
Cenicienta del Caribe en las costas de La Florida. Niñita desvalida en el
Bronx, tulipán negro de
Brooklyn. Si
la Libertad se transforma
en una cáscara en el camino y entonces será un resbalón de toda la Nación.
Charles Chaplin pisando la larga cáscara en Manhattan nacida de la bella
Libertad dormida, esperando su príncipe para que le levante la moratoria del
sueño.
Volvamos a la realidad con nuestras alas rotas en la noche
frente a mi inmenso ventanal, que estalla en su silencio este verano. Comienza
la jornada sobre la pequeña
pantalla en blanco. Veo pasar a Carlitos, mi Charlie adorado, frente al
ventanal y viene con su propia Estatua de la Libertad. Es inflable. Y
el esquetch comienza en un intento por ponerla pie. Se tambalea y cae. Vuelve
a inflarla y sale una luz roja. Crece en tamaño. Gorda hamburguesa con sus
colorados cachetes. Y así vuelve a arrugarse, desinflarse, y Carlitos a meter
oxígeno, pero llega un momento en que se le cae un ojo a la estatua, el labio
es mueca, una mano rueda, un diente verde cae, y Carlitos corre de un lado a
otro, como en el cine mudo, pero a más velocidad, porque está en el siglo
XXI, en un intento por retener las piezas en el aire. Todo se va desplomando.
Hasta el aire se sube a un
ascensor y va saliendo de la escena. En un intento desesperado, Chaplín se
quita sus largos zapatos negros divertidos y se los pone al revés a la Estatua
de La Libertad, y por fin, sale caminando. Y se da un chapuzón en el
Hudson, va nadando, fresca, alegre, pero en dirección Sur. Good Bye,
dice la señal de la mano, y murmura, si no pueden verme íntegramente y todos
los días en La Isla de Ellis, es porque ya no me necesitan o consideran que
la libertad se fue de paseo.
A las 9 de la mañana debo entregar la nota. “Aunque se
acabe el mundo, S.B. o se cierren los campos de Golf”, dijo más adelante el
Editor, y sonrió con malicia. Se está cayendo a pedazos, no te preocupes,
habrá un gran cráter y se necesitará una pelota bien grande para jugar un
partido de Golf en las galaxias de los tiempos perdidos en un agujero mágico,
negro, polvoriento, lleno de gelatina, donde los conejos tienen ojos
colorados. Nada pintaba positivo ayer. El petróleo se encaramaba como un
simio en las alturas bursátiles. Mientras Najaf es un polvorín sangriento,
Silvio Berlusconi, inefable personaje, mezcla de Satiricón y de la Dolce
Vita,
después
del «lifting» en diciembre pasado,- en cara, ojos y cuello, -se hizo un
implante de pelo para combatir su calvicie. La foto lo presenta con el mismo
vendaje conocido del poeta Apollinaire, de origen italiano, que cambió en
Francia el rumbo de la poesía moderna. Lo del autor de Zona fue
producto de una trepanación después que un obús
reventó la pólvora en su trinchera, durante la Primera Guerra
Mundial. No era maquillaje, sino una herida en combate. Tiempo después moriría.
Bretón le llamó el último poeta de Francia. Sin su obra, alguien dijo, la
poesía del siglo XX de Occidente sería inconcebible. Silvio es un patán,
habría dicho su esposa, y desde luego, no está a la altura del teniente
Apollinaire, nacido en Roma en 1880, un 26 de agosto.
Cada mañana cuando me levanto/ Una mujer se levanta
delante de mí/ Se parece a todo lo que ayer/ Supe del universo./El día
anterior he penetrado/ En esa cabellera/ Bosque profundo bosque oscuro /Donde
luchan y se ensalzan /Las ramas de mis pensamientos /Y en las usinas de la
cara / Oh mi enemiga matinal /Se cimentaban y formaban/ Ayer mismo los metales
/Todos de mis palabras. Y en esos puños que la defiende/ masas de hierro
desorbitadas/ Sin piedad sin piedad/ Veo los rítmicos martillos/ De mi
voluntad.
La oposición italiana
le criticó la frivolidad en una reciente aparición que le dio un
original aspecto de bucanero, nada alejado de la realidad. Lo que algunos
ignoran, es que el Primer Ministro Italiano, ya se considera un herido en
combate, un veterano de la guerra contra Irak. ¿Solicitará una indemnización
al Estado italiano? Esa es una de las interrogantes, pero la mayor
es la amenaza de Al Queda a Italia, y que Silvio B., pareciera ignorar
en su personal maquillaje.
En medio de esas amenazas,
aparentemente ignoradas por S.B., la galería de los Uffizi, en Florencia,
podría cerrar a fin de año por falta de presupuesto. Para nadie es un
secreto que el turismo en Italia a descendido a los infiernos de Dante. En ese
sagrado recinto del arte universal italiano se exhiben obras de
Leonardo da Vinci,
Sandro Boticelli, Caravaggio, Giotto,
Rembrandt, Tiziano, Durero. ¿Qué piensa el nuevo Duce? Las ruinas de Pompeya
reclaman por el abandono de Silvio B. Y son los propios turistas quienes
las mantienen limpia. Bella Italia, Bella. El vanidoso Berlusconi,
olvida que Italia seguirá de la mano de Leonardo, Miguel Ángel, del Dante,
por los siglos de los siglos. Y él permanecerá encerrado en el Coliseo
Romano.
Mientras la farándula política coquetea con la belleza
personal, agranda sus bolsillos, los hijos predilectos del poder anglosajón,
responden a los intereses petroleros, que hoy tienen al mundo en un escenario
ascendente de impredecibles consecuencias. Roma no se hizo en un día, aunque
en unas horas Berlusconi busque un nuevo look, pero si
pudiese enredarse aún más en las próximas semanas. Ya sabemos que el
precio del petróleo va en subida libre y las economías sin paracaídas. GWB,
fue lejos en Irak, uno de cuyos pozos petroleros acaba de estallar en días
pasados. Pero Mark, el hijo de Margaret Thatcher, en un descuido del planeta,
que él creía era posible, se involucró en una conspiración y crimen en búsqueda
del crudo maldito. “Está
acusado de haber financiado, junto a empresarios
y banqueros de Gran Bretaña y Sudáfrica, del intento de golpe de Estado por
el que recibiría, a cambio, parte de las ganancias de las reservas petroleras
de ese país. La prensa británica
informó sobre el pedido de captura que hará el gobierno africano. Tanto
Thatcher como el magnate inglés Elil Calil negaron haber financiado con
150.000 dólares a los golpistas, pero el fiscal general de Guinea Ecuatorial,
José Olo Obono, declaró ayer que "en los próximos días, el gobierno
lanzará los pedidos de captura internacional" para los empresarios
ingleses. "Pedimos que sean acusados de conspirar, matar y capturar al
presidente Teodoro Obiang Nguema y realizar un golpe de Estado en el país.”
El petróleo va un viene por la mente de los poderosos.
Venezuela provee de un crudo de excelente calidad a Estados Unidos. El 12 por
ciento de su consumo. Cifra respetable. El presidente venezolano, Hugo Chávez,
acaba de pasar la prueba de fuego en unas recientes elecciones: un referéndum,
que lo dejará por poco más de dos años más en el poder. Un mandatario incómodo
para los intereses de la Casa Blanca. Pero se ha quedado en el gobierno y con
el petróleo. Aseguró que todo seguirá igual para el mercado del petróleo
con Estados Unidos. Todo ocurre cuando el petróleo atraviesa por crecientes
dificultades en Medio Oriente, y no se sabe que ocurrirá de aquí a
noviembre, fecha de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Una incógnita.
Son meses como una navaja de doble filo. La casa Blanca ha desenfundado la
cimitarra de la guerra contra J. Kerry. La sucia, que es la que en estos
periodos tiene un mayor uso y algunos creen, alcance. Promete este período de
poco más de dos meses.
Así camina la vapuleada economía norteamericana y la política
se enciende en Washington y sus alrededores. Chávez
incluso dedicó su victoria en el referendo al presidente Bush, y trazando una
metáfora beisbolística, la comparó con un jonrón, que llevó la pelota a
los techos de la Casa Blanca. Al menos aún queda humor en América.
Una salida para las Olimpíadas, pero el mundo tiene más
de dos puntas, Oriente y Occidente. La gente camina por su propia cuenta,
cuerda floja, en subterráneos, aviones, ascensores, yates, camiones, en su
propia vida personal e íntima, y se olvida de que el circo está ardiendo en
llamas. Es el aroma de la frivolidad, conque regenta Italia, Silvio B., de Milán,
el que recorre no pocas
capitales, y todo pasa a ser un escenario para
el olvido, una máscara para el espejo. Un mundo de apuestas. La farsantería
sentada en la barra, los grandes salones ovales o cuadrados, en las iglesias,
salones de belleza, universidades, estaciones meteorológicas, donde quiera
que pise un pie el hombre, es ese el espacio de su hechura, la sombra de su
estupidez. Si la idiotez combustionara, para qué petróleo, no más guerras,
ni aventuras en el desierto.
Madonna nos enseña el camino y la historia puede caber en
una isla griega. Skorpios se llama el paraíso y ahí el poderoso magnate
griego, un repulsivo personaje, A. O. (Aristóteles Onassis) sedujo a la
cantante de ópera María Callas y a Jacqueline Kennedy, ya viuda, ya
emparentada con los diamantes y el lujo griego. La diva del pop ha puesto
sobre la mesa de la nieta del magnate, Athina, 351 millones de dólares. Isla
de un solo puerto, una iglesia bizantina y tres villas de descanso. Llena de
amores pesquisados por los paparassi. Dice que la Jackie tomaba sol desnuda.
Ya Dallas era una herida en la memoria. No sabemos en que terminará esta aún
no efectiva transacción. Pero todo es posible, en un mundo
que le disputa la
velocidad a la luz y colabora como
un confiable lugarteniente con la
muerte. Fama, Fortuna, Fracaso, las tres F, del fiambre que construyen los
poderes fácticos. Las cuatro efe del final.
Silvia Banfield