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Ni el luto papal logró evitar el fuego cruzado entre Milei y Macri

Es un duelo “electoral” de presidentes, de líderes. No como los de antaño, a muerte, pero el resultado puede llegar a ser letal. Javier Milei (LLA) y Mauricio Macri (Pro) se disputan palmo a palmo la primacía política del espacio de la derecha argentina.

Ninguno es el de hace dos años, cuando un Macri convertido en “gran elector” inclinaba la interna de Juntos por el Cambio hacia Patricia Bullrich en detrimento de Horacio Rodríguez Larreta y luego de las PASO -y antes también le había hecho extraños guiños- volcaba los votos hacia La Libertad Avanza de Milei.

Hoy Milei ha hecho la revolución económica a la que en gran parte aspiró Macri y hace poco días sorteó con ayuda del Fondo Monetario Internacional la zancadilla que le tendió el mercado en el punto débil de la administración libertaria: la falta de reservas de dólares del Banco Central.

Consolidado como líder de LLA, maneja el Gobierno y la economía con un puñado de colaboradores, en los que sobresale el “triángulo de hierro”, como él llama al armado que integran su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, y el asesor estrella y virtual premier, Santiago Caputo; más el titular de la cartera económica, Luis Caputo.

En cambio, Macri solo parece tener el sostén de su primo, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, unidos ambos ahora a suerte y verdad en la adelantada elección de la Ciudad de Buenos Aires, en la que la diputada del Pro Silvia Lospennato, tratará de revalidar la hegemonía macrista frente al delfín de Milei, el entusiasta soldado libertario y vocero presidencial Manuel Adorni.

Como diría un “burrero” (simpatizante del turf) en el Hipódromo de Palermo, los candidatos -tercia el radical peronista Leandro Santoro– están por dejar el codo para ingresar en el tramo final de llegada al “disco”.

Por eso ambos alzaron sus voces y empezó la etapa de fuego cruzado y a quemarropa: Macri en un acto en Mar del Plata sugirió que LLA había “comprado” dirigentes “amarillos” (el color del Pro; violeta es el de La Libertad Avanza).

“Los dirigentes que tenían precio ya fueron comprados, los que quedamos tenemos valores”, fue el misil que disparó el expresidente de Boca y exjefe de Gobierno porteño.

No dio nombres, pero todos dirigieron la mirada hacia Guillermo Montenegro, el intendente marplatense, y los diputados nacionales Diego Santilii y Cristian Ritondo, titular del Pro bonaerense, últimamente asiduos visitantes de la Casa Rosada. Pero el único que reaccionó fue el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela.

Rápido de reflejos, Milei le respondió sin eufemismos: como si fuese de la exAFIP (ahora ARCA) le pidió la correspondiente factura de esas compras. “Que me traiga la factura”, dijo irónico el líder libertario.

El naciente triunvirato amarillo está en proceso de teñirse de violeta, por un lado porque creen que el nuevo liderazgo del espacio de derecha es de Milei y, por otro, porque observa la silenciosa pero sostenida estampida por goteo de dirigentes Pro hacia LLA en la provincia de Buenos Aires y otros lugares del país.

Lo mismo le pasa a Macri con otros partidos del aparentemente marchitado Juntos por el Cambio: el radicalismo y la Coalición Cívica se fueron del espacio nacional.

El Pro se asemeja ahora nuevamente a una estructura como la que nació: un partido distrital, cuando en pleno apogeo del expresidente Néstor Kirchner el entonces empresario y presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, salió a disputarle la Ciudad de Buenos Aires.

El 18 de mayo próximo, día de la elección para reponer diputados en la Legislatura porteña, los Macri -y principalmente Mauricio- intentarán defender a capa y espada el bastión macrista.

Milei, a su vez, irá por la proeza de todo líder naciente: entregarle el certificado de defunción a quien con su empujón a Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich lo ayudó en cierta forma a sentarse durante cuatro años en la poltrona del sillón de Rivadavia, en la Casa Rosada.

Director periodístico: Christian Sanz © Tribuna de Periodistas. Todos los derechos reservados
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