El Gobernador bonaerense, Axel Kicillof, finalmente se decidió. Resolvió desdoblar las elecciones por primera vez desde la reforma constitucional de 1994 y, de esa forma, rompió filas con su ex mentora Cristina Kirchner.
La Cámpora lo calificó de “suicida” y de ser funcional al Gobierno del presidente Javier Milei. La expresidenta se llenó de rabia, sobre todo porque aseguran que en la reunión del pasado domingo, en la que estuvieron presentes además del gobernador Sergio Massa y Máximo Kirchner, está decisión había quedado en suspenso.
Por tal motivo, advierten que la actuación del mandamás bonaerense fue “unilateral”, solo apoyada por un grupo de funcionarios propios e intendentes con cercanía a Kicillof.
Pero no es la única regla “unilateral” electoral tomada por el gobernador de la provincia más populosa del país, sino que el adelantar las elecciones, rompiendo el esquema electoral planteado por el Gobierno Nacional, le dio la potestad de suspender las elecciones PASO, otra medida que el kirchnerismo más duro quería evitar.
Ahora Kicillof se presenta ante un escenario de total incertidumbre, porque la jefa política del peronismo y la titular del justicialismo nacional asevera tener el control de la oposición más dura al Gobierno nacional.
Todo puede pasar de acá al 7 de septiembre cuando se celebren las elecciones de medio término en la Provincia de Buenos Aires. Kicillof puede cosechar más adhesiones, o Cristina puede darle un ultimátum, o ambas.
¿Será cierto eso que dicen que la ex vicepresidenta se presentará a las elecciones como candidata a diputada provincial para finalmente ser una piedra en el zapato del gobernador y, de paso, conservar los fueros parlamentarios en caso de que la Corte Suprema ratifique la condena en la Causa Vialidad? Eso está por verse.
Por otro lado, habrá que ver si la legislatura provincial le cumple los deseos a Kicillof y suspende las PASO o, si a pedido de CFK, parte del oficialismo se opone a las intenciones del gobernador.
Como sea, el hecho en sí de que el ex ministro de Economía haya decidido desdoblar las elecciones y no hacerlas concurrentes demuestra que la interna del Partido Justicialista está más agrietada que nunca, incluso más que cuando Cristina se enfrentó al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.
Otra cuestión, no menos cierta, es que dentro del partido Cristina está perdiendo representatividad. Muchos dirigentes peronistas, en off, sostienen que la ex mandataria ya cumplió su ciclo. También que es necesario un nuevo liderazgo. ¿Será Kicillof quien encabece esa transformación?
No parece que los sectores hoy divididos del PJ vuelvan a encauzar las aguas. Desde el entorno de Cristina hablan de un rompimiento. Ni de una división, ni de una interna… de un quiebre liso y llano.
En fin, el anuncio todavía es muy reciente, faltan muchas definiciones, muchas. También un largo camino por delante. Pronto se conocerán más novedades.
Secretario de Redacción
