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Durán Barba y la fábrica de dirigentes

¿POR QUÉ NO FALLAN SUS ESTRATEGIAS?

Jaime Durán Barba es el asesor de imagen preferido de muchos políticos a nivel internacional. Su tarea se enfoca en el diseño de campañas electorales y consiste en tratar de llevar a su cliente al triunfo. Pero, aunque lo niegue, también se extiende durante la gestión y, fundamentalmente, es requerido a la hora de afrontar situaciones complejas.

Dice Barba que la gente no vota por razonamiento sino por sentimiento o empatía con el candidato: es posible que tenga razón.

Pero es seguro que esa exaltación de la cáscara en detrimento del contenido no es nada bueno, al menos para países como la Argentina.

Mauricio Macri es uno de los clientes más destacados de Barba y parece tomar sus sugerencias como preceptos religiosos. La campaña de Francisco de Narváez hace un año también contó con la asesoría de Barba.

El consultor explica sus teorías desde una lógica irrebatible:

– "A la gente no le importa el tema de las escuchas telefónicas, y ni ese evento ni los derrumbes con varias víctimas le hacen perder a Macri un solo punto en las encuestas. Por el contrario, lo hacen crecer."

– "De Narváez era el único que podía ir a bailar a lo de Tinelli"·

Y las disyuntivas que disparan estas afirmaciones son puntuales.

Porque por un lado, a la luz de los números (encuestas), evidentemente tiene razón Barba.

Macri no parece haber bajado en su intención de voto y De Narváez continúa instalado como una referencia constante en el peronismo disidente.

Pero por el otro, uno tiene la certeza de que no serán estos dirigentes quienes solucionarán los problemas serios y tangibles de la Argentina, los que la instalarán en el mundo verdadero, los que cerrarán las heridas del pasado, ni los que podrán unir todo lo que el kirchnerismo ha desunido.

No serán los clientes de Durán Barba los que consigan que el indigente pase a vivir dignamente, ni que el pobre se despauperice y mejore su vida y la de su familia.

Para solucionar los problemas de la Argentina hacen falta políticas contantes y sonantes, convicciones, compromiso, y hace falta rodearse de gente capaz y responsable.

Imitando a Freddie Mercury y no asumiendo jamás las responsabilidades del cargo no se combate la favelización de una ciudad, y bailando con Tinelli o haciendo política solo durante la campaña no se soluciona ni uno de los problemas de la provincia de Buenos Aires.

Sólo se consiguen votos, la pregunta ingenua es, ¿para qué los quieren?

Desde los tempranos noventa un importante segmento de la población argentina viene siendo narcotizado por una u otra vía.

Creo que es la única política nacional auténticamente federal e igualitaria: hay drogas reales y mediáticas para los ricos y para los pobres, desde Jujuy hasta Usuahia.

Y es de ésta situación social de la que se aprovechan los “Durán Barba” para facturar millones, asesorando a algunos aspirantes a dirigentes huecos de políticas reales.

Este artículo no va contra Durán Barba, el hombre, al cabo, está haciendo un negocio legal. Tampoco va contra Macri ni contra De Narváez, ellos son lo que son y así se muestran.

Pero los argentinos nos debemos una revisión sobre nuestro propia liviandad, esa “insoportable levedad del argentino" que tan bien describe y aprovecha Durán Barba.

Esa levedad que motiva que gobiernen siempre los peores.

 

Fabián Ferrante

 

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