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El día que un especialista en hooligans se fue espantado de la Argentina

Ni inadaptados, ni ADN argentino: política

La serie de incidentes producidos en inmediaciones del estadio "Monumental" de Núñez, que derivaron en la postergación de la revancha de la final de Copa Libertadores de América entre River y Boca, dieron la vuelta al mundo.

Los muertos, incidentes, violencia y papelones que acumula el fútbol argentino al punto de suspender una final por la que aguardaba el planeta hizo en las últimas horas reflotar una pregunta que ya fue tristemente respondida y que se resume en que, lamentablemente, no hay solución viable.

"¿Por qué no importamos a las fuerzas de seguridad británicas, ya que ellos tuvieron el mismo problema con los hooligans y supieron erradicarlo?".

La problemática no reside ni en "el grupito de 15 inadaptados de siempre" ni "en el ADN del argentino". La respuesta la dio nada menos que Otto Adang, especialista holandés en orden público y coordinador de un equipo de 16 países que incluye fiscales, sociólogos y miembros de ONG, quien en marzo de 2009 fue convocado por la Subsecretaría de Seguridad en los Espectáculos Futbolísticos para comenzar a dar soluciones al problema.

Solo alcanzó a hacer el estudio, porque cuando vio el nivel de relación entre los barras y la política y el narcotráfico, él y su equipo se terminaron volviendo. El veredicto concluyente de Adang fue desgarrador.

Cuando el especialista fue entrevistado por el diario Olé sobre las conclusiones a las que había arribado luego de su estudio, dio una respuesta que dejó mudos a muchos: "La solución europea en la Argentina es impracticable. Allá los hooligans estaban concentrados en grupos marginales sin relación con el sistema. Acá los barras están vinculados al negocio de manera sorprendente. Tienen pases de jugadores, manejan el merchandising en las calles, estacionamientos, venta de drogas y tienen vínculos con el poder político que asombran. Por eso el problema en Argentina es mucho más grave que en el resto del mundo, porque acá hay que cambiar todo el sistema. Mientras eso no ocurra, es ingenuo pensar en reeducar a los barras o generar un vuelco total desde la educación", sentenció.

Y añadió: "Puede que ser hincha sea un modo de vida, pero ser barrabrava es un medio de vida. Porque son mafiosos, son extorsionadores, son mercenarios del fútbol argentino que hacen de la hinchada una excusa para delinquir, hay barras que facturan hasta 70 mil dólares ilícitos al mes, coaccionan al resto de la hinchada, quitan y ponen entrenadores o se ofrecen a los políticos como fuerza de choque en sus mítines".

Una de las primera observaciones del holandés es cómo trabaja la Policía en las canchas. "Utilizan una táctica colectiva, tratan a todos los hinchas como barras. Y eso genera que en la tribuna haya un sentido de pertenencia de 'son ellos contra nosotros' que provoca que mucho simpatizante comúnes termine reaccionando contra los oficiales. Esa dinámica debe cambiar".

En relación a la prohibición de público visitante, Adang consideró: "Es una salida momentánea. Hay que usar ese tiempo para cambiar las cosas. A los equipos ingleses se les prohibió jugar torneos europeos un buen tiempo, se trabajó el tema y se lograron resultados. En Holanda ahora por cinco años en los no habrá visitantes y hay un plan para que vuelvan en paz. Pero la prohibición, sin acompañamiento de una estrategia integral, no sirve de nada".

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Director periodístico: Christian Sanz © Tribuna de Periodistas. Todos los derechos reservados
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