Estudio de opinión sobre los valores de la población y las instituciones
Los argentinos nos autopercibimos como correctos, inocentes y heroicos. El “viejo truco” que el corrupto y ventajero siempre es el otro. No asumir la autocrítica. También, consideramos que el resto de la población, es todo lo contrario. Este aserto lo pondera el reciente estudio de opinión pública “Monitor Anual de Corrupción y Solidaridad” (1). En contraste con la anterior medición de 2017, en 3 de las 4 situaciones evaluadas respecto de ciertas situaciones cotidianas que comprometen el comportamiento ético, los indicadores han mejorado, tendencia que puede demostrar un incipiente escenario de mejora en la confianza ética que los individuos tienen del prójimo, no así respecto de la sociedad toda, que encabeza la lista de responsabilidades respecto de la corrupción.
Indicadores del Estudio
Cómo decimos que somos y cómo pensamos que son los demás: ¿Cómo nos vemos? ¿Cómo vemos a los demás?
–La causa de los cuadernos parece haber quebrado la confianza – aún más – en las instituciones del Estado. Todos los indicadores referidos a la percepción de la corrupción han empeorado, inclusive los de la propia apreciación del gobierno y de la sociedad. Es decir, pareciera desprenderse del presente estudio que como ciudadanos confiamos más en las acciones individuales de las personas, pero menos en el accionar en conjunto.
-A pesar del descenso, respecto del año pasado, en lo que se refiere a la percepción sobre si la corrupción es inevitable, todavía se mantiene en valores muy altos (45,4 %). A mayor nivel socioeconómico, más alta es la tendencia a creer que la corrupción es combatible.
-Los que opinan que la corrupción es inevitable, asumirían que sus principales responsables son: los políticos y el gobierno. Quienes consideran que la corrupción es evitable, suponen que esta podría controlarse si se regulara el comportamiento de los empresarios y la eficiencia y eficacia del sistema judicial.
–La justicia (84,4%) y los sindicatos (82,5%) están a la cabeza de las instituciones relacionadas con más corrupción. Los más jóvenes son los que menos creen que los escándalos de corrupción tendrán algún impacto en el descenso de ésta. La tolerancia a aceptar un gobierno corrupto – pero que mejore las condiciones de vida – se condice más con personas pertenecientes al nivel socioeconómico bajo.
La percepción sobre la corrupción todavía se mantiene en valores muy altos (45,4 %). La justicia (84,4 %) y los sindicatos (82,5 %) están a la cabeza de las instituciones relacionadas con más corrupción. El corrupto y ventajero siempre es el otro.
(1) Fuentes: BDO Argentina y Taquion
Gustavo Contarelli
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