AVANZA LA CIENCIA EN NUESTRO PAÍS
Desde hace cuatro años los doctores Juan Garberi y Luís Scigliano coordinan un pequeño grupo que con gran esfuerzo y no pocos contratiempos, diseñó y desarrolló un sistema integral de diagnóstico molecular de la tuberculosis.
Este desarrollo nacional para la aplicación en el diagnóstico de pacientes fue presentado y aprobado para su publicación ante un jurado internacional de pares en el Congreso de la Sociedad Internacional de SIDA que tuvo lugar en Capé Town, Sudáfrica en julio del 2009 y en el 3er Congreso Internacional de Virología Clínica, Buenos Aires 2010.
También, el desarrollo argentino fue recientemente premiado por la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología INNOVAR 2010.
El sistema esta conceptualizado para ser utilizado en lugares de limitados recursos técnicos y económicos y poder establecer el diagnóstico de la tuberculosis con rapidez en los lugares donde la enfermedad tiene mayor incidencia como en nuestro país y otros países de Latino América, sin necesidad de transporte de muestras a centros especializados.
El sistema resuelve el diagnóstico en un tiempo aproximado de dos horas contra los 20 a 40 días actuales de espera de los resultados.
Tiene, además, la posibilidad de coordinar acciones epidemiológicas en un centro de cómputo de estadística sanitaria a partir de los datos obtenidos vía Internet (el equipo posee un puerto de comunicación serial de los resultados).
Por último, cabe destacar que el sistema es un desarrollo nacional que integra a varias empresas argentinas. Por lo tanto, la utilización de estos equipos genera una economía genuina con verdadero valor agregado, otorgando nuevas fuentes de trabajo.
Sin embargo, este trabajo no ha tenido, hasta el momento, la difusión que realmente merece cuando en cambio sí se difundió el sistema que con el mismo concepto y eficiencia ofrece la Organización Mundial de Salud como muestra un artículo recientemente publicado en Clarín el 09/12/2010.
La diferencia entre este sistema desarrollado por los doctores Juan Garberi y Luís Scigliano y el presentado por la OMS, además de la diferencia en el presupuesto involucrado para el desarrollo, estriba en que el sistema argentino tiene como primera medida el cuidado de la salud del operador, realizando el procedimiento en frascos totalmente sellados y, en segunda medida, el costo del instrumento, que es aproximadamente el de una computadora personal que se puede adquirir en cualquier casa del ramo, es decir 7 veces menor que los 17000 dólares del equipo que ofrece la OMS patrocinada por Bill y Melinda Gates.
Posiblemente, la razón por la cual este desarrollo netamente argentino no se conoció antes públicamente (a pesar de tener estado público) y por sobre todo no se estableció como diagnóstico en nuestros hospitales, habría que buscarla en esta especie de necesidad de los argentinos de tener que pedir permiso para pensar independientemente y utilizar nuestros datos y pensamientos para resolver nuestros propios problemas.
Con la excepción de algunos honrados funcionarios y a pesar de que oficialmente se acepta la existencia de unos 12.000 a 13.000 casos nuevos cada año, estando el 40 % de esa cifra localizada en ciertos barrios de CABA y conurbano bonaerense, lo que hace un verdadero problema sanitario, muy poco es el apoyo con el que quienes desarrollaron este novedoso sistema han encontrado en el trayecto.
Sería una real pena que una vez más cayéramos en la tentación de mirar hacia afuera cuando tenemos en el seno de nuestro pueblo las respuestas a nuestros males. En este año del Bicentenario sería bueno comenzar a soñar una Nación diferente integradora e independiente.
Pablo Dócimo
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