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Frente al régimen de Maduro, Argentina no debe ser neutral

Siguiendo el ejemplo de Hipólito Yrigoyen

“Los hombres son sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos”, dijo Don Hipólito Yrigoyen al entonces Presidente de EEUU, ante la intervención militar de ese país a la República Dominicana. Así, el líder radical y Presidente de la Nación, sostuvo la histórica adhesión de nuestro país al principio de libre determinación de los pueblos.

Hoy, desde el kirchnerismo, desde la extrema izquierda e inclusive desde algunos sectores radicales, se pretende hacer valer este principio, contra el reconocimiento efectuado por un grupo de países democráticos, entre los que se encuentra Argentina, al legítimo presidente de Venezuela, Juan Guaido.

Un principio es una guía, no un inalterable dogma religioso, por lo que merece adecuaciones a las nuevas realidades y a los nuevos tiempos.

¿Cuáles son hoy las realidades a tener en cuenta de Venezuela y la región? Una es el carácter de estado narco que exhibe la República Bolivariana de Venezuela. Otra es la crisis humanitaria desatada a partir del régimen criminal de Maduro y sus secuaces. Pretender que el narcotráfico organizado desde una estructura estatal no afecta a todos los pueblos del mundo es un despropósito. Pretender que la crisis humanitaria de Venezuela no afecta a los países de la región, como si las enfermedades se detuvieran en las fronteras o como si no se produjeran casos de inmigración descontrolada, es olvidar que las demás naciones, también tienen libertades y derechos que defender. Lejos está la situación venezolana de limitarse a una mera cuestión interna.

En definitiva, es un deber moral que los países asuman el costo de la crisis que provoca el régimen chavista contra el pueblo venezolano, prestando ayuda a quienes huyen del hambre y la enfermedad y refugio a quienes padecen persecución política. Así como también lo es, protegerse de las consecuencias que sobre esos países provoca el régimen de Maduro.

En este contexto, una sana aplicación del principio de libre determinación de los pueblos, implica que la comunidad internacional o los países democráticos, agoten todos los mecanismos que sean necesarios para influir y/o producir la caída de una dictadura que no solo afecta al pueblo de Venezuela, sino a otros pueblos de la región y del resto del mundo.

Desde mi condición de radical, creo que el apoyo al legítimo Presidente Guaido, no hace más que honrar el legado de Don Hipólito Yrigoyen.

Autor:

Director periodístico: Christian Sanz © Tribuna de Periodistas. Todos los derechos reservados
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