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Javier Milei / NA

Javier Milei está hundiendo el barco de La Libertad Avanza

El presidente Javier Milei ganó el balotaje contra Sergio Massa con el 55% de los votos, algo que lo envalentonó y ayudó a crecer su ego ya en construcción.

Su campaña se basó en una serie de propuestas sobre eliminar la inflación y terminar con el déficit fiscal a través de medidas que dolerían en un principio pero que rendirían sus frutos.

Es cierto que, como dicen los seguidores mileistas, una situación como la de Argentina no iba a ser fácil de resolver e iba a llevar tiempo. Pero también es cierto que la paciencia tiene un límite y la imagen de Milei viene cayendo en picada.

Hoy en día, según una encuesta de la consultora Proyección, solo el 20% de la población puede llegar a fin de mes sin problemas. Eso está pegando de lleno en la imagen de Milei, acaso el primer economista de Argentina y que llegó al sillón de Rivadavia con promesas económicas, justamente. Es así como el 44% de la población no espera un cambio para mejor, mientras que el 34% mantiene la esperanza.

Entre los problemas económicos, sus constantes viajes al exterior, los malos modales y su incesante enfrentamiento con Mauricio Macri; está perdiendo representatividad en el ámbito social.

Los viajes al exterior son un tema relevante en este caso, sobre todo porque Milei insiste en no abusar de los recursos públicos. El último vuelo a Estados Unidos habría tenido un costo operativo de 90 mil dólares, sin contar otras variables como alimentos o los sueldos del personal.

Ello toma relevancia si se tiene en cuenta que no fue un viaje oficial sino que fue algo particular del presidente, que ni siquiera puedo reunirse con Donald Trump. Guita tirada a la basura.

Según el medio Chequeado, solo en los primeros doce vuelos de Milei al exterior, el costo de los viajes ascendió a 1,5 millones de dólares. Y los beneficios para Argentina fueron demasiado pocos. Cabe resaltar que, como viene publicando Tribuna de Periodistas, ya realizó casi dos decenas de viajes al exterior, por lo que el monto hoy es mucho más alto, claramente.

Claro está que si no cambia el rumbo de sus políticas, si no empieza a oír a la gente, el 2027 será un mal año electoral para La Libertad Avanza. Ejemplo claro de ello fue la designación vía decreto de Ariel Lijo para la Corte Suprema a pesar de la cantidad de negativas que recibió.

Lo más curioso es que hay un grupo de enceguecidos seguidores, como en su momento los tuvo Cristina Kirchner (y que con el tiempo se va reduciendo) que lo van a seguir admirando. Pero hay una parte de los electores que lo votaron, muchos pertenecientes a la ideología macrista, que van retirando su apoyo al presidente.

Todo esto se resume básicamente a que en algún momento, si no se produce un cambio significativo, La Libertad Avanza perderá las elecciones presidenciales y será otro el que gobierne el país, y Milei, junto a sus seguidores, le echarán la culpa a la gente, sin medir la cuota propia de responsabilidad.

Existe una falsa creencia en política que indica que si el gobernante (en este caso Milei) reconoce un error, debilita al Gobierno. Es por ello que las distintas administraciones que pasaron por la Casa Rosada en las últimas décadas, al detectar un error, prefirieron apretar el acelerador en vez del freno.

Por el momento no hay una muy significativa pérdida del apoyo social, pero sí una tendencia que, al menos por ahora, proyecta una debacle electoral para LLA de cara a las presidenciales del 2027.

Director periodístico: Christian Sanz © Tribuna de Periodistas. Todos los derechos reservados
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