La hermana del presidente ingresó como secretaria general de Presidencia luego de que Javier Milei eliminara el decreto antinepotismo firmado por el expresidente Mauricio Macri tras revelarse el escándalo de familiares de funcionarios en puestos del estado, sobre todo de dos: Patricia Bullrich y el ex ministro de Trabajo Jorge Triaca.
Karina Milei logró así ocupar un área clave en el Gobierno Nacional, que funciona como mano derecha del jefe de Estado y es, finalmente, quien toma todas las medidas políticas relacionadas con La Libertad Avanza.
No por nada la llaman “El jefe”. Tiene la venia del presidente para actuar de forma inconsulta y tomar decisiones trascendentales respecto del futuro político del Gobierno Nacional.
Sin embargo es una inexperta, una persona que nunca se dedicó a la lectura política. No comprende del todo cómo funcionan las conveniencias ni cómo sacar ventaja de los momentos menos ventajosos para el Gobierno.
Sus malas decisiones van a terminar hundiendo al Gobierno y al oficialismo si Milei no da un cambio de rumbo y elige a una persona con mayor expertise en el área, y ello empieza a vislumbrarse.
El pasado domingo, La Libertad Avanza quedó en cuarto lugar en las elecciones legislativas de Santa Fe, y el resultado fue, según los propios, responsabilidad de Karina, la armadora de la lista.
Lo propio pasa en terruño porteño, porque le endilgan la culpa de llenar la lista de Manuel Adorni de gente “de la casta”, al margen de haber puesto a una camporista al frente del bloque en la legislatura porteña.
Ello, esas alianzas, son las que el electorado empieza a ver con ojos críticos, porque finalmente el Gobierno incumple con sus promesas de arrasar con “la casta”, y de hecho hay directores “opositores” en áreas claves.
Tal es el caso de ANSES, lleno de directores amigos del ex candidato presidencial (y contrincante de Milei) Sergio Massa, tales los casos de Luciano Careri, Juan Pablo Pantaroto, alex Grimberg; entre otros.
Por otro lado, Karina Milei agranda el ego de su hermano, ello a base de comentarios de los propios, pero comete el error que muchos otros han cometido en el pasado: encerrarse en su círculo íntimo sin prestar atención a las críticas.
Ello hace que los hermanos Milei se sientan indestructibles, invencibles, casi eternos frente a una argentina asqueada de la politiquería barata y la corrupción. Pero el desoír las críticas de la sociedad, aunque parezcan irrelevantes, solo vuelve más vulnerable al Gobierno, sobre todo por la arrogancia de sus seguidores que son capaces de perseguirte y exponerte solo por animarte a pensar diferentes.
Es tanta la arrogancia que con tal de no pactar con el PRO Karina Milei no tiene problema en entregar en bandeja la Ciudad de Buenos Aires a Leandro Santoro.
Secretario de Redacción
