Press "Enter" to skip to content

La UCR porteña al borde de la intervención

RADICALES EN CAMBIEMOS VS RADICALES DE LOUSTEAU

La Unión Cívica Radical de la Ciudad de Buenos Aires vive una de las internas más dramáticas de su historia. La actual conducción partidaria fracasó, en las últimas elecciones, al intentar  fortalecer una eventual candidatura del extrapartidario Lousteau para Jefe de Gobierno, en vez de privilegiar el rol del radicalismo dentro de la estructura de Cambiemos. Paralelamente, parte del radicalismo porteño, alineado con cambiemos y respaldado por dirigentes de peso a nivel nacional, integró la lista oficial que colocó al ex intendente, Facundo Suárez Lastra, como diputado nacional.

La expulsión de los radicales que integraron la lista de Carrió no se hizo esperar. De este modo, Suárez Lastra y sus correligionarios quedaron fuera del padrón electoral previsto para las elecciones internas locales que se realizarían el día 19 de noviembre del corriente año.

Rápidos de reflejos, los expulsados impugnaron judicialmente la convocatoria, al verse afectados por su apartamiento del comicio, obteniendo una medida cautelar dictada por la Doctora Servini de Cubría que suspendió el cronograma electoral.

La realidad es que la convención radical porteña no había aprobado la alianza Vamos Juntos, que encabezaba Carrió, pero tampoco la alianza Evolución que encabezaba Lousteau. En este contexto, la pretensión segregacionista de la conducción partidaria local, aparece desautorizada por su propia conducta.

Más aún, mientras Facundo Suárez Lastra ya anunció que integrará el bloque radical de diputados nacionales, Lousteau y la diputada reelecta Carla Carrizo (afiliada a la UCR, a diferencia de su jefe) admitieron que abrirán un bloque propio, por fuera del que representa al Partido de Alem e Yrigoyen. Esto no es nuevo, ya lo hicieron la última vez que fueron electos, y hasta la renuncia de Lousteau para ser embajador, momento en que Carrizo pasó al bloque radical, aunque con una apreciable vocación por votar en disidencia.

Lo que ocurrió y ocurrirá en la Cámara de Diputados, tiene su correlato en la Legislatura porteña, donde no existe bloque radical, ya que los legisladores del centenario partido se han ocultado y se ocultan bajo diversas denominaciones ajenas al sello partidario.

En definitiva, frente a diversas situaciones que generan dudas respecto del acatamiento de la carta orgánica y la disciplina partidaria, pareciera que sólo se sanciona a los dirigentes de la oposición alineada con Cambiemos, y nunca al oficialismo del Partido.  

Siguiendo este criterio, las autoridades partidarias ratificaron el jueves pasado la expulsión de sus correligionarios que integraron la lista de Carrió. Expulsión que sería nuevamente impugnada en los próximos días. Y, asimismo, decidieron prorrogar los mandatos de las actuales autoridades y postergar la elección hasta que la Justicia permita su realización.

El conflicto no termina aún, pero más allá de los fundamentos legales que ambos sectores enfrentados esgrimen a su favor, la crisis tiene un trasfondo político: el radicalismo de la Ciudad de Buenos Aires debe decidir si se incorpora a Cambiemos, con las dificultades y las ventajas que ello trae aparejado, o si persiste en una autonomía extrema, sin sentido, tras los caprichos de un extrapartidario en franco declive. 

El proyecto de Lousteau de constituir Evolución a nivel nacional parece haber quedado postergado, luego de su tercer puesto detrás de Daniel Filmus. Mientras tanto, la prolongación de este conflicto, plagado de irregularidades y de incoherencias políticas, podría llevar al Comité Nacional de la UCR a disponer la intervención del distrito.

Autor:

Director periodístico: Christian Sanz © Tribuna de Periodistas. Todos los derechos reservados
× Escribenos!