Ni dinero ni otros objetos de valor
Tras la autorización del Senado, el juez federal Claudio Bonadio avanzó con los allanamientos en las propiedades de Cristina Kirchner en la Ciudad de Buenos Aires y en Río Gallegos.
El procedimiento en el departamento de Juncal y Uruguay se llevó a cabo por más de 13 horas.
Finalmente, la policía no secuestró nada, pero se revisaron paredes, techos y pisos con el objetivo de buscar elementos de prueba y "corroborar" las declaraciones reunidas en la causa.
Ciertamente, en el departamento de Uruguay y Juncal, en Recoleta, los investigadores hicieron una valuación de cuadros y "artesanías". No dieron con dinero ni otros objetos de valor.
"Los operativos fueron muy largos porque había que mover muebles y revisar todo con mucho cuidado", dijo a diario La Nación un funcionario al tanto de lo que pasaba en los allanamientos.
En el marco de la causa de los cuadernos, efectivos de la Policía Federal ingresaron al edificio del barrio porteño de Recoleta donde reside la ahora senadora. Allí, se congregaron decenas de simpatizantes para darle su apoyo por lo que se montó un fuerte operativo de seguridad en la zona.
Luego de varias horas de allanamiento en el departamento de Recoleta, desde el entorno de la ex mandataria se limitaron a mencionar que "lo que está ocurriendo es grave". En ese contexto, allegados a la ahora senadora nacional no ahorraron en críticas contra el procedimiento: "Están violentando derechos y violando garantías, además de no cumplir con el código procesal".
Dos horas después de iniciado el operativo en pleno corazón de la Recoleta arrancó el allanamiento en la casa de dos plantas en la capital de Santa Cruz, el que se extendió durante tres horas y media, mientras que para este viernes está previsto el tercer procedimiento judicial en la propiedad de los Kirchner en El Calafate.
El operativo en el la calle Mascarello 441 del Barrió Jardín incluyó una decena de efectivos de la Policía Federal con asiento en Río Gallegos, que ingresaron con perros detectores de drogas y de divisas: allí tampoco había integrante de la familia Kirchner y los encargados de abrir la puerta fueron el diputado provincial Matías Bezi, cercano a Máximo Kirchner, y el abogado local Daniel Cabezas.
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