Una alianza mafiosa
Pablo Moyano es uno de los dirigentes gremiales más impetuosos del país, sin lugar a dudas el apellido lo ayudó a conciliar ese puesto, aunque lo relevante es que mientras Camioneros se encuentra ubicado en el ojo del huracán por la multa impuesta por el Ministerio de Trabajo, aseveró que se está trabajando para una posible victoria en 2019 y abrió una puerta clave en la unidad opositora.
Según declaró en una entrevista al medio Letra P, “hay posibilidades de que haya una reunión de Cristina y Hugo para tratar de limar las asperezas y trabajar en conjunto. Sea candidata ella o para buscar el candidato a través de una gran PASO, para que el peronismo vuelva al Gobierno”.
Moyano Jr. consideró que entre las disyuntivas que la oposición presenta “el peronismo de (el gobernador de la provincia de Salta Juan Manuel) Urtubey sería una continuidad de este modelo económico”, agregando que “sea (Felipe) Solá o Cristina (Kirchner), lo vamos a definir en una gran interna. Por supuesto que ella tiene un caudal de votos muy importante. Pero habría que preguntarle si está en condiciones, si quiere o no”.
Respecto de la oferta de candidatos, el vicepresidente del Club Atlético Independiente hizo un escueto análisis por el que consecuentemente manifestó: “Se está hablando, Menéndez es presidente del PJ de la provincia, se está hablando. Hay sectores con los que hay posibilidad de acordar, pero otros que están en las antípodas del peronismo. Caso Urtubey, que son los que les han votado todas las leyes al Gobierno. Están armando su espacio al peronismo renovado que le ha votado todas las leyes al macrismo. Los únicos dos sapos que no nos comeríamos son los de estos dos sectores, los de Urtubey, Pichetto y Bossio”.
Sobre la disputa que existió entre su espacio y el kirchnerismo mientras éste último era el oficialismo, Pablo intentó esquivar la respuesta obvia y populista y, como contraste, prefirió puntualizar que en el 2017 “Cristina llevó tres dirigentes a sus listas: (Hugo) Yasky, (Walter) Correa, y la compañera de Judiciales (Vanesa) Silley”.
"Hoy soy vicepresidente segundo del PJ de la provincia y creo que se está haciendo un trabajo importante con los intendentes y sectores del peronismo para unificar, dejar de lado las diferencias y buscar el candidato que en 2019 sea el nuevo gobierno. Se está tratando de contener a todos los sectores. Nos tendremos que comer algunos sapos, pero lo importante es la unidad del peronismo", concluyó.
Como era de esperarse, el discurso del gremialista se basa en el golpismo y la confrontación constante, tratando de “sapos” a otros dirigentes del peronismo, llamado “racional” o “dialoguista”, mencionando como ejemplo más elocuente el de Urtubey, quien patrocina una cordial relación con el presidente Mauricio Macri y su alianza.
Sin embargo, hace hincapié en un tópico básico y fundamental que refiere al intento de acercamiento entre Cristina y Hugo Moyano, en este punto vale detenerse y preguntarse ¿Qué es lo que une a la otrora presidenta y al ex triunviro de la CGT después de tantos vaivenes? La respuesta es tan obvia que hasta es innecesaria expresarla, sin embargo es dable aclararla: el futuro carcelario que les espera.
Ambos tienen la convicción de que un futuro con un Macri fuera del timón del barco argentino los alejaría de la cárcel, el país tomaría otro rumbo y las aguas se apaciguarían para los mal llamados “presos políticos”. Claro, es mejor echarle la culpa al otro antes que hacerse cargo de los malintencionados “errores” cometidos por dirigentes del anterior Gobierno o personajes estrechamente ligados a él.
Aunque las chances de lograr un giro judicial de 180 grados se acrecientan imperiosamente si el rumbo del barco lo toma por tercera vez la actual líder de Unidad Ciudadana, quien tratará de convencer con eternas cadenas nacionales a aquellos receptores de que se terminó la “persecución política” y que finalizó el Gobierno “Macrividelista”.
También, sin quererlo, dejó al descubierto el intento de polarización del oficialismo al mencionar que “Por supuesto que ella (Cristina) tiene un caudal de votos muy importante. Pero habría que preguntarle si está en condiciones, si quiere o no”.
Es claro que vocifera la intención de Macri de volver a poner en escena a Cristina para lograr una mejor valoración social respecto de su Gobierno y las políticas llevadas a cabo en estos últimos dos años y medio.
Más allá de ello, tanto Cristina como Hugo tienen demasiado claro que su futuro augura un espacio tras las rejas, en una fría e incómoda celda, y lo que también tiene en claro Pablo es que si su padre cae, también caerá él.
Hay que tener en cuenta que en muchas –la gran mayoría- causas abiertas que tienen al presidente de Independiente como protagonista, también están vinculadas directamente a Pablo, a la sazón, su hijo.
Los tres tienen frondosos prontuarios por separado, por tanto, si se imagina una alianza Pablo-Hugo-Cristina, la corrupción escala a niveles inusitados, y ese tan nefasto conjunto –sobremanera populista- no es meritorio de una nueva oportunidad gubernamental.
Teniendo en cuenta lo fríamente calculadora que es la senadora nacional y lo golpistas que son los máximos líderes de Independiente y Camioneros, una alianza de tal índole podría ser comparada con una unión impensada e imposible entre Pablo Escobar Gaviria, Alfredo Yabrán y Al Capone, toda una mafia, y como diría el otrora ministro de Economía Domingo Cavallo, “enquistada en el poder”.
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