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Receso escolar, ¿quién paga la fiesta?

VACACIONES DE INVIERNO, LOCURA PARA PADRES

Chicos y jóvenes del sistema educativo fueron y siguen siendo el centro de disputas y tironeos entre gobiernos y docentes, y entre funcionarios y empresarios, cuestiones que terminan modificando los calendarios escolares y, en consecuencia, afectándolos.

Años atrás, algunos empresarios turísticos lograron introducir sus “sugerencias” acerca de la necesidad de modificar las fechas de los recesos escolares de invierno y verano, situación que terminó en caóticas modificaciones de algunos calendarios.

Por caso, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad unificaron desde siempre sus fechas de inicio, receso y finalización de los ciclos lectivos, pero por las intromisiones externas terminaron teniendo diferentes comienzos, vacaciones y terminaciones del año escolar, lo que provocó un desajuste en muchos hogares, incluidos de los docentes.

Basta sólo con recordar que la Ciudad de Buenos Aires mantuvo históricamente el inicio temprano de clases, es decir la primera semana de marzo, y Provincia, en la que muchas veces se cedió a la “presión” de los empresarios turísticos y empezaba una semana más tarde, originó un desajuste, entre docentes que trabajaban en un lado y vivían del otro, o chicos que cursaban en Ciudad y tenían su hogar en Provincia, se encontraban en un verdadero caos.

En los últimos años, los ministros del Consejo Federal de Educación (CFE), que reúne a los titulares de las carteras del país, resolvieron que cada jurisdicción iba a descontar a los docentes, los días no trabajados por huelgas.

Esta medida, para los sindicatos es “anticonstitucional”, “desconoce el derecho de huelga”, y por ello, muchas agremiaciones iniciaron acciones judiciales y hasta recurrieron a Cortes internacionales.

Pero parece que a los funcionarios educativos no les bastó el acuerdo de las quitas salariales, y actualmente algunas jurisdicciones fueron más allá y acordaron “recuperar” los días de huelga durante las merecidas vacaciones de chicos y jóvenes.

Cabría preguntarse si las decisiones de los ministros de Educación de Jujuy, Tierra del Fuego y Neuquén, de suprimir una semana de vacaciones desde el lunes tienen algún costado remedial o ejemplificador en niños y jóvenes que no eligieron no tener clases.

Estas medidas, con diverso grado de reacción y, en algunos casos con incidentes, ya originaron marchas de rechazo de docentes y estudiantes de estas tres provincias.

En Tierra del Fuego, donde hubo 45 días de huelga, ¿quién les explica a los estudiantes -que marcharon y tiraron piedras en el Consejo Provincial de Educación- que lo mejor para ellos es que esos días que no eligieron para no ir a clase y quedarse en sus casas sin educación será mejor recuperarlos en sus vacaciones?

La ministra de Educación fueguina Amanda del Corro, ratificó que “el calendario escolar no se modificará”, que las vacaciones serán solamente de una semana, en todos los niveles educativos de la Provincia, ya que el objetivo será “recuperar los días de clase perdidos y acercarnos lo más posible a los 180 del ciclo lectivo”.

En Jujuy, a su vez, la ministra de Educación Liliana Domínguez ratificó que las vacaciones que comienzan el lunes se acortarán una semana, y aseguró que la decisión “fue acordada en un acta”, firmada entre la cartera y docentes de media y superior de Cedems.

Allí -dijo la ministra- convinieron que “los días de recuperación de clases quedaban fijados como: los feriados del 19 de abril, 6 de agosto y 18 de noviembre, los feriados correspondientes a fiestas patronales; así como también la primera semana del receso invernal”.

En síntesis, tras los paros vienen los “acuerdos” y las disposiciones oficiales de utilizar todo lo que viene a mano -feriados, vacaciones, festividades- para que los estigmatizados chicos y jóvenes recuperen su sinuosa escolarización.

 

Laura Hojman
DyN

Autor:

Director periodístico: Christian Sanz © Tribuna de Periodistas. Todos los derechos reservados
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