La disputa en el radicalismo en medio de la crisis postelectoral terminó anoche en escándalo durante la sesión de la Convención Nacional, donde hubo insultos y abucheos a la conducción alfonsinista y un fuerte choque entre el senador Gerardo Morales y el dirigente bonaerense Leopoldo Moreau.
Según refiere agencia Noticias Argentinas, por la noche las discusiones seguían pero no se había aprobado ninguna resolución y se desconocía si la sesión del máximo órgano partidario continuaría hasta la madrugada o sería retomada mañana como estaba previsto inicialmente.
La fallida alianza con Francisco de Narváez en Buenos Aires, la estrategia legislativa en el Congreso y la postergación del debate orgánico fueron los ejes de los cuestionamientos al alfonsinismo de parte de un heterogéneo sector que se presentó como la contracara del oficialismo partidario, en una cumbre convocada inicialmente para aprobar la reforma de la Carta Orgánica.
Desde el fondo del salón principal del Centro Asturiano de Vicente López, los militantes de la Juventud Radical, la OTR y Franja Morada llevaron la voz cantante con bombos y banderas, mientras que en el cuerpo de convencionales la embestida llegó de parte de Moreau, líder del Modeso, y el santafesino Luis "Changui" Cáceres.
Hubo botellazos y "tortazos" contra Morales, el más criticado de la jornada, aunque las críticas también alcanzaron al ex candidato presidencial Ricardo Alfonsín, quien sobre el cierre tomó la palabra y mantuvo un fuerte cruce con la militancia juvenil: "Me hacen acordar cuando abucheaban a mi padre en la Sociedad Rural", les espetó en medio de los silbidos.
Más transpirado que nunca, Alfonsín reprochó "actitudes reprobables" que atribuyó a sus rivales, explicó que su voluntad de acuerdo con De Narváez en Buenos Aires fue "alcanzar la segunda vuelta y denunció que "muchos de los que hoy están silbando, acompañaban a otros candidatos que querían arreglar con Mauricio Macri".
"Hicimos ese acuerdo porque no podíamos ganar las elecciones solos, con el socialismo y con el GEN. Reconozco el error, lo asumo. Los errores se pagan y se reparan. Y yo voy a seguir trabajando por la UCR", admitió Alfonsín en medio de los abucheos.
La sesión había comenzado a levantar temperatura desde temprano, aunque uno de los momentos de mayor tensión se produjo cuando Morales y Moreau, viejos enemigos internos, chocaron en el centro del salón con insultos y empujones y debieron ser separados.
Moreau había denunciado que el radicalismo tenía hace años una "renovación boba" que sólo se preocupaba por el "tactitaje", cuestionando la acérrima oposición impulsada por el partido que lo llevó a "integrar el nefasto Grupo A", votar en contra de la estatización de las AFJP, la ley de ADN y la ley de medios y criticó la designación del santafesino Mario Barletta como próximo presidente de la UCR, ya que "está flojo de papeles".
"Esa renovación boba tuvo que hacerse cargo del partido cuando lo dejaron con el 2 por ciento. Por un momento me pareció estar en una Convención de La Cámpora", le respondió Morales enseguida al tomar el micrófono, lo que motivó que Moreau se sintiera aludido y fuera en su encuentro para el choque en medio de fuertes insultos.
Poco antes, otros dos protagonistas se habían trenzado en una discusión cara a cara: Alfonsín y el "Changui", luego de que el santafesino se extendiera en un largo discurso con duras críticas a la estrategia electoral y la anulación de la preinterna de candidatos presidenciales entre Alfonsín, Ernesto Sanz y el vicepresidente Julio Cobos.
Desde el fondo, la barra militante se hacía escuchar: llevó una bandera gigante con la leyenda "Nunca Más" hecha con las boletas coloradas de De Narváez y Alfonsín, mientras que otra rezaba: "¡Es la renovación, estúpido!"
Incluso, en el arranque del plenario, poco después de conseguido el quórum, los jóvenes interrumpieron el debate y tomaron el micrófono sobre el escenario para lograr que sus principales referentes pudieran hacer oír su reclamo.
"Sepan entender si llegamos con esta euforia juvenil, venimos a ponerle mística a un partido que viene dormido hace tiempo. Las decisiones que cuestionamos son las que se impusieron por la ventana, excediendo los cuerpos orgánicos. ¡Devuelvan la UCR a la senda de la socialdemocracia y el progresismo!", reclamó sobre el escenario el presidente de la JR, Nahuel Ibazeta.
Según NA, el actual presidente de la UCR, Ernesto Sanz, también fue otro de los criticados desde todos los sectores, aunque tuvo una participación escueta en el plenario, al que sólo acudió a dar su informe de gestión acompañado por el intendente electo de Córdoba, Ramón Mestre.
"Sin poder un partido se convierte en una secta y sus principios en mera retórica. Así no se ganan elecciones, porque las sectas no representan al conjunto de la Nación", sostuvo Sanz antes de retirarse del salón.
José María González