A las 8 de la noche del día de ayer y reunidos a través de las redes sociales, un cacerolazo de los habitantes de Caracas, Venezuela, y zonas aledañas sorprendió a los mandatarios que participaban de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un flamante organismo que busca dirimir conflictos de la región reduciendo la influencia de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde Estados Unidos tiene una fuerte influencia.
El estruendo de ollas fue principalmente para exigir al Gobierno nacional de ese país, que luche contra de la inseguridad, el desempleo y la inflación. “Por más seguridad y menos publicidad”, era el lema que circulaba por las redes sociales. Nadie anticipaba tal protesta, ya que fue organizada minutos antes de las 20 h. a través de Facebook y Twitter, al mejor estilo "indignado".
La respuesta del oficialismo no fue menos sorpresiva. A través de personal de ministerios y edificios públicos, procedió a lanzar fuegos artificiales que coincidieron con una pausa en el discurso de Raúl Castro atento al sonido metálico que se escuchaban desde el exterior.
“El presidente de la República, Hugo Chávez, tuvo en ese momento que aclarar que las detonaciones eran en honor a la cumbre. Con risa algo nerviosa, Castro aseguró que si era así, podía continuar con su discurso. Luego, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández alabó la organización del encuentro”, detalla El Universal.
“Es un cohetazo en Caracas en homenaje a la Celac… además estamos en diciembre..., viene la Navidad”, dijo un Chávez improvisado. Luego, Cristina reconoció la exelente organización de la cumbre, pero aclaró: “Salvo por esos fuegos artificiales…”. “Han cesado”, la interrumpió Chávez. “Ah, bueno”, dijo Cristina riendo.
Lo cierto es que tan crispada parece estar la situación en Venezuela que cuando comenzaron los estruendos de los fuegos de artificio, la gente pensó que se trataba de balas o explosiones de algún tipo para reprimirlos. "No sabemos si viene un loco armado y comienza a disparar contra los que protestamos" le contaba anoche una vecina quien vive en las cercanías del canal del estado, a El Universal.
Los fuegos duraron unos 15 minutos, y el ruido de las cacerolas un poco más.
“Ojo, el cacerolazo no es contra la CELAC como dice algún medio, ni contra los visitantes, sino contra políticas totalitarias de Chávez. Le dolió.” Contaban algunos por Twitter.