Un servidor caído y un tuit algo inexacto fueron suficientes. “Se cerró Cuevana, acá está el dictamen”, publicó el martes pasado la periodista María Julia Oliván en su cuenta de Twitter, luego de que intentara “guglear” alguna explicación para su incapacidad de ver películas por Internet correctamente.
Por supuesto, la noticia corrió con la rapidez que solo Twitter puede garantizar. La ex panelista de 678 había acompañado junto a “su primera primicia en Twitter”, como se jactó luego, un dictamen de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones en la que ordena a las empresas proveedoras de acceso a Internet que “en forma inmediata procedan a bloquear el acceso de cualquier usuario de Internet a los recursos del sitio Web conocido como Cuevana, en tanto lo por ellos requerido sea la reproducción o comunicación de las obras audiovisuales Falling Skies, Bric y 26 personas para salvar el mundo”.
Claro, con un pequeño detalle, el dictamen tiene fecha del 29 noviembre de 2011 y todavía no ha sido confirmado por el juez, pero no había logrado la misma repercusión que ahora en medio de tanta SOPA, PIPA y cierre de Megaupload.
Además de esa, la última querella contra Cuevana —que tampoco logró tal ramificación— es del 12 de diciembre, cuando la Unión Argentina de Videoeditores presentó una denuncia por “ignorar la ley de propiedad intelectual”. La causa es la N° 49130/2011 y está llevada adelante por el Juzgado de Instrucción N° 35, a cargo del Dr. Rappa.
“No exigimos nada a Cuevana, no tenemos poder de policía”, dijeron desde la CNC a Tribuna de Periodistas mientras no se explicaban cómo había vuelto a surgir el tema.
Lamentablemente, Oliván borró el tuit donde se jactaba de que el dictamen de hace dos meses era “su primera primicia en Twitter”, pero no borró las tremendas mayúsculas al grito de “Cerró Cuevana”, el cual sigue retuiteándose hasta ahora.
“Los rumores de que Cuevana cierra son falsos. Simplemente había problemas con uno de nuestros servidores, ya está siendo atendido”, publicó la empresa en su cuenta de Twitter.
Quien escribe estas líneas viene siguiendo la “primicia” de Oliván y a otros usuarios tratando de mostrarle el error desde hace dos días, pero que haya sido publicada por El Cronista, La Nación, Perfil y hasta El País de España, fue suficiente para notar el pobre trabajo de chequeo de información de Oliván y de los medios en general. Sin embargo, hay que reconocerle la gran capacidad de hacer correr una falsa información que incluso llegó a medios internacionales. Todo un logro.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana