La semana pasada irrumpió en escena el polémico criterio del Gobierno de para otorgar pauta oficial millonaria a medios benevolentes con el kirchnerismo y a la vez muy poco leídos. Pero la provincia de Santa Cruz pareció romper todos los esquemas a raíz del pedido de informes por parte de la diputada provincial, Estela Maris Bubola (UCR), quien solicitó explicaciones al gobierno de su provincia al encontrar que durante 2011 se otorgó $1 millón en publicidad de actos de gobierno a dos medios que directamente no existen.
Bubola citó como ejemplos al desconocido “Diario Digital”, que recibió 550 mil pesos de manera directa por un banner que nadie controló, a la vez que otra firma ignota, “Montesoro Publicidad”, cobró 450 mil pesos por un banner de publicidad. Ninguna de esas dos empresas o medios tiene existencia física en la provincia.
Este jueves, la propuesta de la diputada Bubola (UCR) sobre la pauta oficial fue descartada. La legislatura santacruceña cuenta con 24 diputados, de los cuales 22 pertenece al Frente para la Victoria y La Cámpora. Los diputados oficialistas se negaron a tratar el tema sin mantener ningún debate en el recinto.
Causó controversia la actitud despectiva del presidente del Cuerpo, vicegobernador Fernando Cotillo, quien dejó asomar una pequeña carcajada al mencionarse el tema, sin darse cuenta que se escuchó claramente en los micrófonos que captaban el audio ambiente.
Según indicó la agencia OPI, Stella Maris Bubola, pretendió el apoyo para que se investigue y pida explicación al Ejecutivo, sobre el pago de 500 mil pesos a una productora ignota que controla y factura a través de una página web totalmente desconocida, pero el proyecto de la legisladora fue rápidamente desechado por el oficialismo durante la jornada de ayer.
Bubola había advertido anteriormente que “con esos fondos que se pagaron en publicidad fantasma en páginas de mentira, podríamos haber comprado más de 500 computadoras o mejorar la salud, la educación y la seguridad.”
“Es increíble cómo se maneja este gobierno. Con total descaro, sin importarle nada y mintiéndole a todo el mundo; pagando a una firma totalmente desconocida 125 mil pesos por mes en publicidad. Contratando un banner por 18 mil pesos mensuales en un sitio que apenas existe, pero nadie visita. O contratando otro banner por 37 mil pesos mensuales sin siquiera explicar dónde fue publicada la publicidad”, había remarcado.