"Quemando la turbina te escapas vas a volver a herirme otra vez?"... un auto guapo va a venir por vos y nada va a cambiar vas a vivir en el delta en un lanchón buscando de que reír... Le das la copa al fin, vencedor tarea fina, perdida en mi soledad... Con las piernas mas bonitas las mas lindas piernas que vi..."
Estas son algunas frases de la canción "Tarea Fina", del álbum "La Mosca y la Sopa", que el grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota" lanzó en 1991. ¿Pero por qué se mencionan esas frases del tema que popularizó Carlos "el Indio" Solari?
Según revelaron a Sin Confirmar de NA fuentes del negocio de la música, Solari le dedicó este tema a la entonces modelo Karina Rabolini, actual esposa del gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Más allá de que muchas letras de "Los Redondos" resulten difíciles de descifrar, estas estrofas no dejan lugar a dudas.
Vida o muerte
Las repercusiones por la visita del vicegobernador Gabriel Mariotto y el periodista y dirigente del CELS Horacio Verbitsky a las Unidades 47-48 de la cárcel de San Martín aún agitan las aguas políticas en La Plata. Allí, se sabe que al gobernador Daniel Scioli no le cayó nada bien la actitud de su vice, a quien cuestiona por realizar denuncias como si no fuera parte del Estado provincial.
Pero lo que más llamó la atención no fue el enojo de Scioli, que por otra parte nunca exteriorizó en público, sino las declaraciones del capellán del complejo carcelario de San Martín, el padre José García Cuerva, quien estuvo presente el día que Mariotto y Verbitsky recorrieron las instalaciones de la unidad penitenciaria.
Sin medias tintas, el sacerdote reclamó: "Que las diferencias políticas se diriman en otro lado, pero no en una cárcel, porque acá se juegan vidas. Estos temas son cuestiones de vida o muerte. Frente al fuego hay que tirar agua, no bidones de nafta", advirtió el capellán en declaraciones a radio Provincia. Y abundó: "Escuché a algún funcionario decir que en la Provincia muere un preso por semana. Y que creía que si no morían 100 presos juntos en un motín, los medios periodísticos no iban a prestar atención al tema de las cárceles y por lo tanto iban a seguir las mismas autoridades provinciales. Si eso no es incentivar a la violencia, cómo se llama". Clarito, el capellán.
Viene de lejos
La cara de Amado Boudou se transformó por un instante. Esa sonrisa permanente que luce su rostro dio paso a un gesto adusto que no abandonó mientras un senador recordaba cómo ya en 2001 se negociaba entre bambalinas entre el poder político y las empresas el negocio millonario de la impresión de billetes.
La escena tuvo lugar durante la sesión en que la Cámara alta aprobó la reforma de la carta orgánica del Banco Central, semanas atrás, pero viene a cuento rescatar ahora las palabras del senador puntano Adolfo Rodríguez Saá para tener en cuenta cómo operan los Ceo de esas empresas en determinadas ocasiones.
Rodríguez Saá miró a Boudou en plena sesión y recordó: "Era la crisis de 2001 y la Asamblea Legislativa se reunía a las 20.00 (en ese encuentro fue designado presidente). Pero antes, a las 4 de la tarde, entre las cortinas del Senado, aparece el señor Ciccone para exigirme que antes de asumir tenía que comprometerme a firmarle el decreto por el que le daba el papel con el que se imprime el billete", relató Rodríguez Saá.
El senador se refería al mismo Ciccone que luego presentó la quiebra y que fue rescatado, según investiga por la Justicia, por empresarios como Alejandro Vanderbroele, a quien se señala como amigo de Boudou aunque el vicepresidente lo desconoce. Todo esto antes, claro, de que se comprobara que el hombre de negocios pagaba las expensas de un departamento propiedad del titular del Senado en Puerto Madero.
No pudo agradecer
Ofelia Wilhelm, la madre de la presidenta Cristina Kirchner, llegó a la parroquia de la calle 54 de La Plata, conocida popularmente como la Rosa Mística, con una plaqueta bajo el brazo para agradecer la curación de su hija tras el episodio del "falso positivo" de cáncer y la operación en la glándula tiroides.
Es que hasta hace algún tiempo era una costumbre agradecer los milagros de la Rosa Mística con plaquetas para ser colocadas en la parroquia, uno de los principales santuarios platenses. Pero el cura párroco dispuso retirar todas las plaquetas y la madre de la Presidenta se tuvo que retirar sin haber logrado conseguir su propósito.
Para colmo, Ofelia presenció la misa en la que, como es costumbre según pudo saber Sin Confirmar por algunos feligreses, el cura fue durísimo con el Gobierno nacional. A tal punto que muchos de ellos se sintieron incómodos ante el tono de las críticas y la presencia de la madre de la Presidenta.
(Fuente NA)
Redacción de Tribuna de Periodistas