Luego de la tragedia ferroviaria de Once, ocurra el 22 de febrero de 2012, se han planteado diverso tipo de cuestiones: se han cambiado las autoridades de la Secretaría de Transporte de la Nación, se ha creado el Ministerio del Interior y Transporte, se ha rescindido la concesión a Trenes de Buenos Aires (TBA) y se han detenido a sus autoridades. ¿Es ello suficiente? ¿Se podría haber evitado lo ocurrido?
Aunque desdibujado, existe un ente regulador que se denomina Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), cuya labor podría haber atenuado la tragedia mencionada pero que nadie sabe hasta dónde llegan sus alcances.
Poder Ciudadano elaboró un oportuno informe poniendo el foco sobre los Entes Reguladores en general y la CNRT en particular.
Según el documento, “la responsabilidad para un buen funcionamiento de los servicios públicos depende de todos los sectores involucrados: empresas prestadoras, usuarios y consumidores, y principalmente del Estado, quien por medio de la tarea de sus organismos de control debe velar por el interés general”.
En tal sentido, se pone el foco sobre el trabajo de la CNRT “para que las tragedias evitables no vuelvan a ocurrir”.
José María González