¿Cómo hacer análisis político en un país donde la realidad no es la misma para su principal agente político que para el resto de los argentinos? Hasta tanto no admitamos que la democracia está tornándose una mera parte más del relato oficial, y que la Argentina se ha convertido en un local alquilado donde se instaló un mostrador, una caja, un jefe/a y obsecuentes empleados, no tiene sentido insistir en demarcar un escenario que oriente, sin distorsión, hacia adónde vamos.
Hay momentos en una sociedad donde las cosas se trastocan de tal manera que es muy difícil rearmar el rompecabezas. En ese preciso instante parece haberse detenido el reloj de los argentinos. El presente es indefinido, el futuro incierto, y el pasado es una historia que debiendo reconocérsela como propia, en cambio, nos resulta ajena. Se ha producido un secuestro del ayer, y los hechos, los protagonistas no se pueden reconocer.
Las fechas patrias se limitan a números enmarcados en algún almanaque vencido. Años atras, para esos días, por ejemplo, los estudiantes preparaban el vestuario y los disfraces para el acto del colegio. Hoy, en cambio, preparan las valijas porque implica que llega un fin de semana largo...
Los próceres ni siquiera son recordados por sus epopeyas e hidalguías. De un tiempo a esta parte, se nos han contado sus miserias más que sus glorias. Únicamente en Argentina, el Himno Nacional tiene un sinfin de variantes, y pretender que se sepa la letra parece ser una exigencia desmesurada. Y posiblemente lo sea, si hasta a hijos y sobrinos les causa gracia descubrir que en el primario, muchos de nosotros recitábamos a pie juntillas el Preámbulo de la Constitución Argentina... Cuántas piezas sueltas quedan por ubicar para completar el rompecabezas!
Seguramente para algunos, estos son detalles que no hacen a la coyuntura de la Argentina, y nada tendría que opinar al respecto una analista política. Sin embargo, esos pequeños datos que se han ido "perdiendo" o manipulando, son basamentos claves que al tambalear o reemplazarse, pasaron a ser más fuertes causas de lo que nos pasa, que un circunstancial Daniel Scioli o Hugo Moyano. Pero como suele ocurrir, elegimos quedarnos con la simplificación más fácil.
Por eso aquí estamos tratando de ubicar al líder sindical en un ahora ocasional como si fuera una de la figuritas que hay que encastrar, para lograr completar el paisaje con aquellas mil, dos mil o diez mil piezas. Así pasarán los años, los próceres continuarán perdiendo encanto, el Himno será reemplazado por una cumbia o un mambo, y en esos "detalles" —reitero aparentemente insignificantes—, continuarán estando las causas de lo que siga pasando en este escenario.
No debe asombrar que para ese entonces, los contemporáneos también permanezcan insistiendo en ubicar otras figuras, que bien pueden llegar a ser nietos o bisnietos de Moyano. La Argentina queda inexplicablemente en manos de herederos, no de quiénes tienen mérito. Nos gusta más el juego que lo serio.
Quizás haya una idiosincracia que nos determina, y explica el por qué somos una sociedad que tropieza dos veces con la misma piedra, que se equivoca como si la experiencia no sirviera, que va por el camino errado ¡y encima lo hace a conciencia!
La ciencia política no ofrece, lamentablemente, elementos de juicio para establecer situaciones que no responden al "arte de lo posible", sino a la naturaleza humana, o incluso a desequilibrios psíquicos de los actores de cada etapa.
El plagio, la redundancia u otro ángulo donde mirar
Creo que esta extensa introducción justifica si no hallan en este espacio, un análisis de lo que se supone que es política, pues en realidad lo que hay se reduce a negociados y escándalos.
No es sólo mérito del kirchnerismo el haber trashumado el Estado a la forma de un supermercado para ser gráficos. Pero en los últimos 9 años ha hecho esfuerzo suficiente para alcanzar el primer puesto en la lista de los involucrados.
Un análisis político se sustenta en variables concretas, no en arbitrariedades ni en caprichos personales. Requiere método, no improvisación de persona acosada por las circunstancias que ella misma eligió. Implica ordenamiento, no caos emocional aunque a éste se lo justifique con la extirpación de una glándula hormonal.
Un estudio del quehacer gubernamental toma en cuenta la práctica a la par de la teoría, y se detiene en las conductas y comportamientos de los dirigentes para establecer, a partir de la observación, principios generales acerca de su funcionamiento. No hay bola de cristal que proporcione los vértices de lo que vendrá, puede haber inferencia, deducción y, en el mejor de los casos, estudio, memoria sin fisuras, y savia que lega la experiencia de vivir o sobrevivir en esta tierra.
Ahora bien, ¿cómo hacer análisis político en un país donde la realidad no es la misma para su principal agente político que para el resto de los argentinos?
Hasta tanto no admitamos que la democracia está tornándose una mera parte más del relato oficial, y que la Argentina se ha convertido en un local alquilado donde se instaló un mostrador, una caja, un jefe/a y obsecuentes empleados, no tiene sentido insistir en demarcar un escenario que oriente, sin distorsión, hacia adónde vamos.
Podemos opinar, editorializar, tratar de convertir en palabras accesibles a los demás, lo que sucede en un complejo teatro donde se vende, compra y/o permuta la calidad de vida de los ciudadanos, pero no mucho más.
¿Qué importancia puede tener si Hugo Moyano llevó 10 mil o 40 mil personas a Plaza de Mayo? ¿Dónde está la trascendencia en marcar la inconducta de Scioli y la venganza de la Jefe de Estado? ¿Es crucial determinar quién es el más peronista, si total mañana, la Presidente según amanezca hace desaparecer a uno o a ambos ya sea negando fondos, ya sea transando con otros sindicatos, pero en todo momento haciendo que nuestro objetivo de completar el cuadro quede imposibilitado?
Convengamos que todo puede suceder cuando es la insondable psiquis de una dama la que prevalece por sobre la norma, y el Estado es apenas el nombre que se le ha puesto a aquel local alquilado.
Ahora bien, lo interesante del caso sería dar con las razones por las cuales los ciudadanos no tomamos conciencia de esta situación, hasta tanto la economía muestra su colapso. Y ahí volvemos entonces a los "detalles insignificantes" del primer párrafo.
Si el ayer está falseado, si el hoy es abstracto, y el porvenir se limita a qué hora debo poner el despertador para levantarme a la mañana, inútil es adquirir conciencia de todo cuanto acarrea ser ciudadano, menos todavía entender de qué manera se proyecta la vida en países civilizados.
En ese marco, todo es tan relativo que hasta desaparece al alcance de los sentidos: la política de seguridad consiste en que no haya política de seguridad, la política de salud consiste en que no haya política de salud y así sucesivamente. El lucro del negocio de unos pocos, es pues, la gente.
Esa misma gente que no sabe sobre fechas patrias, que apenas tararea el Himno, que no tiene arraigo a nada ni a nadie porque le han usurpado hasta la esencia de su pasado, es decir: las raíces. Raíces a partir de las cuales va creciendo el árbol. Cuando estas son cortadas, no se crece se estanca. Y estancados estamos, mientras en el supermercado de recursos naturales, industrias, materias primas, mano de obra y comodities que debieran ser venerados, se sigue negociando...
Estancados, asimismo, por haber permitido que los "detalles" (aparentemente insignificantes) se pasen por alto, lo que ha quedado es tronco petrificado. Ciertamente, para muchos ver troncos implica ver bosque y hasta ver árboles, pero eso no es más que distorsión del cuadro. Es demasiado común en nosotros andar perdiendo el foco. Hoy hay adolescentes y hasta adultos incapaces de advertir que el uniforme al que les indican despreciar por una época infame, es también el que usaron San Martín y Belgrano. "El habito no hace al monje", ni el monje es el habito.
Simplificaciones para finalizar
Tal vez la semana que se inicia, arroje material más afin a la realidad pues es lo que se precisa para que regrese el análisis político semanal con alguna dosis de seriedad. Resulta una falta de respeto al lector insistirle con redundancias y obviedades. Pero de creerlo necesario diremos que:
-Está desatada la pelea 2013-2015, y no hay ganador en el corto plazo como pretenden hacer creer si Moyano continúa o no al frente de la CGT.
-Que el oficialismo olvidó definitivamente la transversalidad inicial de su concepción política porque siente que la parafernalia justicialista aún es eficiente.
-Que es ingenuo —por parte de Cristina—, creer que si arroja la bomba en la provincia no hará estruendo en todo el resto de la geografía.
-Que está demostrando gradualmente, pero sin pausa y con prisa, una superación preocupante en la toma de decisiones dictatoriales.
-Que es insólito que no haya oposición que señale y denuncie el uso personal de las fuerzas de seguridad, o que libere zonas incitando la criminalidad.
-Que si creíamos que en Angola lo habíamos visto y escuchado todo, falta Arzbejian
-Que en San Luis ha dado un paso más hacia el desequilibrio mental sosteniendo que "los chanchitos nacen con su mamá y están con ella unos siete días; luego pasan por otros dos lugares más y esto les produce estrés, porque cuando son destetados los juntan y comienzan a pelear para ver quién tiene la jefatura; se parecen en todo a nosotros (...) Los chanchitos son muy parecidos a los humanos, hay algunos más lindos y otros más feos, pero todos son chanchitos al fin” Aseguro que como Malena, "no habrá ninguna igual"...
-Que aunque lo que prime sea el bolsillo y la inflación, la sociedad esta comenzando a sentir el temor a la sinrazón, aunque es cierto, a la locura Erasmo la elogió. Claro que Erasmo a Cristina, no la conoció.
Pero todos estos ítems se han reiterado hasta el cansancio y seguirán reiterándose. Son los círculos viciosos a los que refirió en su "lapsus" Kicillof. Son el maquillaje del hoy furtivo y endeble como un castillo de naipes. Aquello que sigue explicando por qué estamos girando en una esfera inmóvil de insensatez, continua estando en los "detalles" (aparentemente insignificantes) que a muy pocos les importa, y el resto no quiere ni ver...
Gabriela Pousa
Economía para Todos