Lo expuesto en esta nota no pretende, de ninguna manera, plasmar el “reto” de Cristina al inefable Guillermo Moreno como un anticipo o una noticia, ya que el tirón de orejas al Secretario de Comercio ocurrió el martes 10 de julio cuando la Presidente citó en Olivos no solo a Axel Kicillof y Moreno, sino también a Julio De Vido, Hernán Lorenzino y Debora Giorgi.
En dicha reunión de ¿Gabinete? No, esa no es la palabra… ¿mini gabinete? tampoco… creo que el término exacto sería una “reunión de el jefe de una banda con sus secuaces”, donde la mandamás lanzó varios reproches a la gestión de Guillermo Moreno.
En fin, Cristina le pidió explicaciones a Moreno, por los problemas evidentes que tienen los controles sobre el comercio exterior y su impacto negativo en el nivel de actividad; entonces,
Y la cosa no quedó ahí ya que, además, expresó su disgusto por el resurgimiento del dólar paralelo como tema de agenda pública y política y, para desgracia de Moreno, la moneda estadounidense se disparó por las propias medidas del Gobierno y hoy se instaló como prioridad en las preocupaciones económicas.
En definitiva, Cristina le dijo, palabras más, palabras menos: “Otra vez estamos con el dólar a la cabeza de la agenda. ¿No era que ese mercado (por el blue) era chico y no le deba bola nadie? Algunos compañeros deberían asumir sus responsabilidades“.
Pero el episodio no terminó ahí, ya que no conforme con lo hecho en Olivos, la mandataria le hizo ver su malestar en un acto público. Sin que nadie entonces entendiera la comparación, ella miró al Secretario y, desde el atril, dijo: “¿Por qué tiene esa cara? Moreno, no me mire como Angelici lo miró a Riquelme.”
Ahora bien, hasta aquí, la anécdota, pero como dijimos al principio, esta nota no pretende contar lo ocurrido, ya que ha sido publicado en varios periódicos y portales de noticias, sino analizar la actitud de Cristina sobre el hecho en sí.
De ninguna manera, y bajo ningún punto de vista se puede defender a semejante personaje como Moreno pero, en honor a la verdad, debemos ver el mensaje entre líneas que nos deja esto:
En primer lugar, queda demostrado lo mala persona que es Cristina. Siempre humillando a quien pueda donde sea y con lo que sea. Típico de una persona resentida y acomplejada.
Segundo: en tal caso, Cristina se debería inculpar a ella misma, ya que “este pobre títere genuflexo” hace lo que le piden que haga, y en tal caso, lo hace como lo puede hacer un tipo con las limitaciones intelectuales de este señor.
Tercero y último: ¿Cómo es posible que la Presidenta no se dé cuenta de que, en definitiva, absolutamente toda la culpa de lo que ocurre es de ella?
Esto es así porque: a) Nadie, ningún funcionario, desde el concejal mas ignoto del más pequeño pueblo de nuestro país hasta el vicepresidente, pasando por ministros, secretarios, senadores, diputados, etc. hace nada sin su consentimiento; b) De última, la responsabilidad es de ella, por delegar tan importante tarea a este señor Moreno, que parece más un personaje de historieta que un Secretario de Estado.
En fin… estas son las reacciones típicas de personas que se creen omnipotentes, autoritarias, absolutistas y personalistas. Jamás van a reconocer un error, y de hecho, a pesar de la situación por la que estamos atravesando, nunca se la escuchó decir absolutamente nada sobre los problemas coyunturales que nos pasan por encima, y lo peor, es que jamás lo vamos a escuchar.
Muy por el contrario, ahora la culpa es de la “cadena nacional de la mala onda”.
Pablo Dócimo
Twitter: @pablo_docimo