Los Juegos Olímpicos forman parte de uno de los eventos que concitan la atención mundial y que generan una fuente inagotable de anécdotas que circulan por redes sociales, correos electrónicos y conversaciones de amigos.
A fuerza de repetirlas, muchas de ellas han terminado por considerarse verdades indiscutibles, aunque en realidad son solo mitos que nunca ocurrieron. El bloguero Eduardo Arcos desmonta en su sitio Cooking ideas cinco de las leyendas urbanas deportivas más conocidas:
1.- Jesse Owens y Adolf Hitler:
Es muy habitual escuchar que en los Juegos de Berlín de 1936, Hitler evitó felicitar a los vencedores en las distintas pruebas para no tener que dar la mano al atleta negro Jesse Owens, que había ganado cuatro medallas de oro.
Aunque es cierto que Hitler no saludó a Owens, este afirma en sus memorias que recibió una felicitación oficial del gobierno alemán por escrito. Algo que no ocurrió en su propio país, ya que el atleta no fue invitado a las celebraciones organizadas en la Casa Blanca, ya que Franklin D. Roosevelt se encontraba en plena campaña electoral y pensaba que una fotografía junto a una persona negra podría restarle votos en los estados del sur.
2.- La humillación de Alemania:
Unida a la leyenda anterior, suele decirse que los Juegos de 1936 supusieron una gran humillación para la Alemania nazi. Esta cita olímpica fue concebida como una gran operación propagandística para demostrar la superioridad de la raza aria, pero la gran cantidad de medallas obtenidas por atletas negros supuso una humillación para los alemanes. Una simple consulta al medallero desmiente esta afirmación, ya que el país anfitrión obtuvo más metales que cualquiera de los otros participantes y Hitler se mostró satisfecho con el resultado.
3.- El origen de los anillos olímpicos:
Mucha gente piensa que los anillos olímpicos tienen su origen en una piedra encontrada en Delfos, pero su origen se encuentra en la cita de 1936. Carl Diem, presidente del comité organizador de los Juegos, se le ocurrió una ceremonia mezcla de antigüedad y misticismo, en la que una llama olímpica, rindiese homenaje a los antiguos griegos.
Así, ordenó la creación de una piedra en honor a Apolo que se colocaría en las ruinas del Estadio de Delfos, lugar desde el que un atleta partiría con la antorcha, rumbo a Berlín. Tras la partida de la llama olvidaron retirar la piedra, que fue «encontrada» por los historiadores Lynn y Gray Poole en los años 50, dando origen al mito de que los aros olímpicos datan de la época de los antiguos griegos
4.-La audiencia de la inauguración de los Juegos de Londres 2012:
Muchos medios han publicado que esta ceremonia fue seguida por mil millones de personas, aunque se trata de una cifra bastante redondeada al alza. Según los últimos cálculos, la interminable gala de apertura fue vista por unos 900 millones de personas. Una cifra muy respetable, pero que no alcanza los mil millones de espectadores que sí superó la de Pekín en 2008.
5.-La canción de Nadia Comaneci:
Según la leyenda popular la famosa gimnasta usó una canción titulada «Nadia's Theme» para ambientar su rutina en los Juegos Olímpicos de 1976. En realidad, la canción era «Cotton's Dream» y formaba parte de la banda sonora de la película «Bendice a los animales y a los niños», estrenada en 1971. La popularidad que alcanzó el tema tras el triunfo de Comaneci llevó a sus autores a cambiarle el nombre, en una campaña de promoción que la llevó a estar varias semanas entre las canciones más escuchadas.
Redacción de Tribuna de Periodistas