Como en normal en el relato K, las cuestiones no pasan por la realidad, sino por cómo hay que adaptar esa realidad para adecuarla al relato. Este es el caso de un artículo del diario Página 12, donde se hace referencia a las críticas que el diputado Alejandro Victoria les hizo a sus pares de La Cámpora, que rechazaron el proyecto para establecer el canon a la trasferencia minera y presentaron otro que Victoria consideró “bastante chavista”. Lo interesante del artículo es cuando hace referencia a quiénes son Álvarez, Gómez y Paiva.
Bajo el título de “Curiosas críticas de un diputado allegado al gobernador, chavistas e inexpertos en Santa Cruz” el diario ultraoficialista refiere a los dichos del diputado Alejandro Victoria quien habló sobre la negativa de los diputados de la Cámpora Leonardo Álvarez, Mauricio Gómez y Martín Paiva, de aprobar el canon a la transferencia minera y por su lado presentaron un proyecto de difícil instrumentación, que considera la obligatoriedad de las mineras a cederle a Fomicruz SR un 10% de sus acciones, lo cual colisiona con cualquier legislación vigente y se infiere que está confeccionado solo con la intención de interponer un escollo al avance real sobre la renta minera. En ese marco Victoria calificó de “chavista” al proyecto de estos diputados y Página 12 recoge el guante y cuenta la historia, dejando claramente establecida la división política de quienes gobiernan Santa Cruz, tanto desde el Ejecutivo, como desde la Legislatura.
En el párrafo final de la nota, expresa el diario “Victoria trazó así una distancia entre los diputados jóvenes y el grupo al que pertenece en el bloque del FpV. La pelea viene de fines del 2011, cuando los militantes de La Cámpora que ocupaban cargos en el gabinete de Peralta se fueron del gobierno tras negarse a avalar un ajuste sobre la jubilaciones. En aquel momento, el diputado Victoria había hecho de vocero del gobernador.
Desde los diputados de La Cámpora no hubo comentarios, aunque referentes de la agrupación señalaron la sintonía de Victoria con los argumentos del macrismo en su ofensiva contra la participación juvenil en política”.
Las falacias
Tal vez sea porque Página 12 no tiene corresponsal en Santa Cruz, porque consulta a fuentes inapropiadas o porque está decidido a contar los acontecimientos mirando un espejo, el diario incurre en algunos errores de apreciación y de datos históricos. Repasemos.
Primero, digamos que hace un exagerado uso de la “juventud”, para caracterizar a los diputados de La Cámpora, casi llevando al lector que no conoce a los integrantes de la Cámara, a pensar que se trata de adolescentes vocacionalmente lanzados tras la utopía de la política perfecta, solo cultivada por la “juventud maravillosa” que inventó Néstor y la derramó a través de su hijo, un militante mudo, con pretensiones de cultivar un perfil político para el cual no heredó ni un àpice de su padre, excepto el apellido.
“…Los diputados jóvenes…” y “…la participación juvenil en la política…”, son frases demasiado “refrescantes” para instalar la idea de que en Santa Cruz existe un ímpetu renovador de la política, cuando en realidad estamos hablando de hombres de entre 35 y 40 años (y más) que operan extraordinariamente mal, en contra del gobierno provincial, por un enfrentamiento personal que tienen con el gobernador Peralta.
El otro dato erróneo que introduce el artículo, es cuando señala que “los militantes de La Cámpora se fueron del gabinete provincial “por negarse a avalar el ajuste sobre las jubilaciones”.
Lo que en realidad sucedió, se lo recordamos al cronista de Página 12, por si no conoce bien los hechos del 29 de diciembre de 2011, es que los “jóvenes” diputados de La Cámpora, habían tomado el compromiso de aprobar unánimemente la reformulación previsional de la provincia y dictar la Ley de Emergencia Económica, cumpliendo una orden directa de la presidenta Cristina Fernández, a través de su hijo Máximo.
Lo que posiblemente desconozca Página 12, es que aquel 29 de diciembre de 2011, no fue elegido al azar; fue una fecha que históricamente el FPV eligió para aprobar dislates, como el juicio a Daniel Varizat o la aprobación de la renegociación petrolera, suponiendo que las vacaciones de la administración pública le quitarían a los manifestantes, el poder de modificar la voluntad de los diputados que, encabezados por el Vicegobernador Fernando Cotillo, quien entró disfrazado a la Cámara para no ser reconocido, aprobarían sin problemas y en pocos minutos el proyecto que ya había mandado impreso CFK y que solo había tenido que firmar Peralta para luego elevarlo a la Cámara.
Sin embargo, algo falló. Y cuando afuera de la Cámara unas 200 personas se enfrentaron con la policía, a los primeros tiros que sonaron en las calles, los “jóvenes” diputados de La Cámpora, decidieron “cambiar el eje de la discusión (y el argumento)” y con llamadas telefónicas trataron de instalar por los medios adictos de la ciudad, de que “su voluntad”, había sido la de “evitar que se aprobaran estos proyectos”, cuando en realidad esos proyectos entraron a la Legislatura, precisamente, por decisión y empuje de ellos mismos.
Lamentablemente para ellos y para el gobierno, medios como OPI y News, que no mantienen compromisos políticos con ningún sector, pudieron contar con precisión y detalle lo que había sucedido y las pretensiones de La Cámpora de dar vuelta el mensaje cuando “las papas quemaban”, lo cual no fue posible, porque ya todo el país se había enterado a través nuestro, de los verdaderos objetivos que movilizaban a los diputados, en lo que constituyó la primera “operación” política fallida de este grupo “juvenil”, al que hace referencia Página 12.
Lo que vino después fue meramente una acción destituyente, pero sin la inteligencia ni el poder del otrora dueño de la pelota política. La orden impartida desde la oficina ad hoc, constituida en Buenos Aires por Máximo Kirchner y comunicada a través de Matías Bessi, fue retirarle al gobernador los Ministros y colaboradores, para acelerar la caída del gobierno provincial. Sin embargo, fue evidente que faltaba la mano de Néstor Kirchner, porque, no solo no cayó el gobierno (como sí sucedió con Acevedo y Sancho), sino que La Cámpora quedó fuera del gobierno, literalmente marginada de la gestión que hasta ese momento los incluía y solo relegada a gritar en declaraciones periodísticas o a constituirse en un polo de resistencia dentro de la Cámara de Diputados, desde donde le pelean al Ejecutivo palmo a palmo cualquier proyecto, aún cuando se trate de aportarle a la provincia fondos, como en el caso del canon a la transferencia minera.
En resumen, le podemos decir a Página 12 que el verdadero pecado de esta “juventud maravillosa” que bien trata de resaltar desde sus páginas, es, tal vez, haber pecado de soberbia, interpretando erróneamente a la sociedad santacruceña, no bajar a la realidad política y pensar que respondiendo a las órdenes de la presidenta, podrían conseguir cualquier cosa que se propusieran, solo con imponerlo, a la vieja usanza.
Nada de esto han podido conseguir y por el contrario, han logrado desprestigiar los intentos de renovación política, generando más rechazo en la gente que aceptación y bastardeando el concepto de renovación que tantas veces el propio habitante de Santa Cruz ha pedido; de hecho en una encuesta online de esta Agencia, el 43% de los lectores opinaron que esta agrupación política fue responsable de la situación de crisis política planteada a fines del año pasado.
Insultar e insultados
La baja calidad institucional que estos “jóvenes” se han encargado de instalar, quedó demostrada cuando Leonardo Álvarez y Mauricio Gómez, insultaron a voz en cuello a la diputada Selsa Hernández en la Comisión donde se trataba el proyecto que la legisladora había presentado sobre el canon minero y al cual todos estos “jóvenes” diputados se oponen fervientemente, algunos de ellos con estrechas vinculaciones con las empresas mineras.
El día de la última sesión, una vieja militante del PJ provincial, esperó a estos “jóvenes” en el pasillo de la Cámara de Diputados y cuando iban a ingresar al recinto los trató, frente a toda la audiencia, de “traidores” de Néstor Kirchner y los insultó recordándole a uno de ellos, algunos antecedentes personales poco conocidos, que asombró a los circunstanciales testigos, y a ellos, los hicieron poner colorados.
Rubén Lasagno
OPI Santa Cruz