El pasado jueves 23 de agosto, la mítica Casa del Boxeador (Bartolomé Mitre
Hugo Vainesman y Héctor Miguel de UJABRA (RR.PP y Presidente respectivamente), fueron los encargados de distinguir en primer término a Oscar Seleme, por su “trayectoria en el Boxeo” —de 70 años— con una plaqueta en mano. Al tiempo que se descubrió otra, a la memoria de “Tito” Paradiso (Vicepresidente de
Al compás de un menú consistente, regado de buen vino, la noche se abre al diálogo y el recuerdo. Solicitamos a Vainesman, su reflexión sobre el gran homenajeado: “El maestro Seleme influyo en todo sentido. En mis comienzos, además de haber tenido muchas charlas cuando íbamos a los estadios, traté de asimilar todas las enseñanzas que me inculcaba para mi formación como Jurado y Fiscal en el Boxeo”.
Francisco “Oscarcito” (para los amigos) Seleme, es hijo de un inmigrante árabe. Fue boxeador amateur. Participó en 83 combates en su época de pugilista. Apodado “
En su agasajo, contó varias anécdotas que lo pintan de cuerpo entero. Puso tanta enjundia, como ese combate en el Luna Park con Jacinto Yañes, su “hermano” adoptivo por elección. Sabedor de contiendas complicadas, Seleme ensambla frases, enseñanzas y moralejas. Me conmovió sobremanera, el recuerdo de su vocación primaria: “quería ser médico, para curar a mi madre que sufría de asma”; pero llegué sólo hasta 3er. Grado”.
La educación formal de este teórico del ring, no fue óbice para su consagración posterior. Hoy es considerado una celebridad en el universo del boxeo. De verba pausada, lacónico y profundo, sus intervenciones en el debate de este deporte son relevantes y antológicas. Como también su humor, a veces esquivo.
En la cena de homenaje, recordó a quienes fueron sus profesores: “Ícaro Frusca, Héctor Chaumod, Pedro (“Pedrito”) Quartucci, Juan M. Morales. A los cuales les estoy reconocido”.
Incluso, hubo de ensayo de humor negro: “agradezco este premio y los homenajes. Pero veo que todos me los dan en vida. No sé qué va a pasar, qué van a decir en mi entierro” (risas).
Para quien escribe, un singular reconocimiento a su extensa y exitosa trayectoria, lo significa su arsenal de “tips pedagógicos” para las generaciones presentes y futuras. Parte de su obra, su legado. Un verdadero glosario de sugerencias /consejos donde lectores, aficionados y profesionales del boxeo, hallarán respuestas a sus inquietudes. Extraigo de esta “Deontología Seleme”, algunas apostillas para los jurados:
- Puntuar inmediatamente el round, No debatirse internamente.
- Para lograr una mejor concentración, un caramelo en la boca.
- Contar golpe por golpe (correcto y limpio), aún con sistema de tarjetas.
- Ver varias veces la pelea, cuando tenemos alguna duda.
- Siempre hay que cuidar al pupilo: preferible tirar la toalla, para que no reciba golpes en demasía. Porque el boxeador se “apichona”, y no se recupera.
Oscar Seleme, sigue caminando el ring de la vida. Y a su paso, deja sabiduría al andar. ¡Hombre de boxeo! ¡Sigue su huella! El camino forjado por “La Pantera”, consumado está.
Oscar Seleme “Para Todos” (sentado). Los discípulos del maestro pugnan por estar a su lado. Luis Doffi (izq.), Hugo Vainesman (der.), dos reconocidos jurados de boxeo.
Texto /fotos: Gustavo Contarelli
Tribuna de Periodistas ©
(*) En la foto que ilustra la nota se puede ver a Seleme con Gustavo Contarelli, su ex alumno. “Oscarcito es una biblioteca, un templo del boxeo itinerante.”
Muy lindo el artículo homenaje. Todos son pocos, para Oscar Seleme. Mi recuerdo para un Maestro del ring y de la vida, Cristian Leal
Muy buena nota nota Gustavo, merecido homenaje al maestro por excelencia
Muy hermoso el artículo. El maestro Oscar Seleme se merece todo, ya que dio todo por el noble deporte de los puños. Mis respetos hacia él.