“El poder es impunidad”. Esa frase la inmortalizó Alfredo Yabrán, quien paradójicamente terminó con su propia vida. Como en toda historia de mafia, en esta aparecen “la codicia, la traición, la corrupción, la protección política y, finalmente la muerte”. Esta frase de Nelson Castro nos debe hacer recapacitar: agosto del 2008 fue un mes nefasto para el gobierno de la Presidenta Cristina Kirchner, luego del escándalo de la valija de Antonini Wilson, descubierta por el sentido común de María Lujan Telpuk y no precisamente por los controles que deberían hacerse en aeroparque, ya que esa madrugada estaba la zona liberada y nunca sabremos si fue la única valija que ingresó.
A los pocos días, nos enteramos de la desaparición de “tres jóvenes empresarios” que días más tarde fueron encontrados acribillados, mutilados, golpeados y torturados hasta el cansancio.
Es difícil en cualquier país del mundo matar a tres personas, tenerlas escondidas y luego “montar” una escena del crimen a kilómetros de donde fueron ejecutadas.
Pues bien, este gobierno que hoy desesperadamente busca la reelección de la Presidenta, tal vez lo hace por los graves delitos que tarde o temprano no podrán seguir cajoneando en los tribunales federales. Hay causas como el triple crimen de General Rodríguez y la masacre del shopping Unicenter, que permanecen impunes. Tienen que ver con el lavado de dinero de carteles de la droga instalados desde hace años en Argentina y donde siempre hay un “funcionario” que ampara estas actividades ilícitas.
Poco creíble esto ya que no existe en esta estructura de poder hombre fuerte que pueda manejar ninguno de estos temas. La muerte de Néstor Kirchner marca un antes y un después en el imperio kirchnerista, el cual está golpeado y sus “coroneles” no saben cómo emprender la retirada.
Ayuda mucho la inacción de la oposición, que hace agua en todos los sentidos y pese a los discursos y apariciones periodísticas no logra construir una alternativa que pueda entusiasmar al electorado.
Podríamos contar todos los días un hecho de corrupción o muerte en Argentina, pero hoy voy a destacar las declaraciones de la “viuda” de Sebastián Forza en el juicio oral de Mercedes.
Pese a declarar por más de tres horas, lo único que hizo fue contar lo que anticipamos hace unos meses: la activa participación del ex SIDE Julio Cesar Pose —el día que la SI le puso un anzuelo a Forza—. La defensa de Martin y Cristian Lanata, y Víctor y Marcelo Schillaci festejan, pues Solange Bellone además pone aún más en el ojo judicial sobre la figura de Ibar Esteban Corradi como autor intelectual del crimen. Pero creer que en estas pocas personas debe caer la justicia sería demasiado naif.
La fiscalía tiene en sus manos un excelente trabajo, el cual sigue llevando adelante, pese a que comenzó el juicio oral. Detrás de esta historia macabra hay muchos involucrados: empresarios, funcionarios, policías y políticos. Algunos que siguen —como un poderoso ex ministro— y otros que ya no son parte de este gobierno.
Lo que sí deben tener en claro los jueces es que nadie cuenta toda la verdad. Y la sociedad en su conjunto debe exigir a quienes nos representan más acción y alternativas validas para que la justicia pueda ser de una vez por todas independiente.
Quiero aclarar que, pese a los múltiples llamados de consultoras, estudios jurídicos, representantes de funcionarios y ex SIDE, continuaremos con esta tarea.
Nadie todavía tuvo la “valentía” de querellarnos o enviarnos una simple carta documento. Sería demasiado arriesgado probar que lo que decimos no es verdad.