Finalmente, poco después de la 1 de la madrugada de la Argentina, Barack Obama fue reelecto en una disputa muy reñida y seguirá al frente de la primera magistratura de EEUU por un nuevo período de cuatro años.
El dato de color de los primeros números del escrutinio estuvieron vinculados a la victoria del reelecto presidente estadounidense en Massachusetts, estado donde Mitt Romney gobernó entre 2003 y 2007.
Al comienzo de la noche electoral, Romney se había asegurado dos bastiones de su partido, Indiana y Kentucky.
Muchos adjudican la victoria de Obama al voto latino, el cual fue subestimado por su rival Rommey.
Cómo se elige presidente en Estados Unidos
El presidente de los Estados Unidos se elige en una asamblea formada por 538 electores. Esta cifra es igual a la suma de 100 senadores + 435 congresistas + 3 delegados de Washington D. C., que no tiene senadores pero sí delegados. Cada estado contribuye con un bloque de estos delegados o compromisarios, cuyo número es igual a la suma de sus representantes más sus senadores o delegados.
En las papeletas, cada candidato a presidente lleva adjunto el nombre de su vicepresidente y el partido político al que pertenece. Pero estos votos no eligen de momento al presidente, sino que eligen en bloque a los compromisarios de esta opción política que irán después al colegio electoral. Como hay 538 compromisarios en total, un candidato necesita al menos 270 para ser elegido. Lo que se traduce en la mitad de esos 538 o sea 269 + 1 = 270 compromisarios para ser elegido presidente de los Estados Unidos.
Cuando un ciudadano vota por su candidato a presidente, esta persona está votando realmente para instruir al elector de su estado hacia dónde debe ser dirigido su voto en el Colegio Electoral. Por ejemplo, si un ciudadano deposita su papeleta por el candidato del partido republicano, realmente esta persona está ordenando al "elector" de su estado para que vote por ese candidato en la reunión de electores en el Colegio Electoral, lo mismo en el caso demócrata. O lo que es lo mismo, quien gane el voto popular en un determinado estado, conseguirá el respaldo de "los electores" y, por tanto, los votos estatales a ese candidato y su partido.
De darse el caso de que ninguno de los candidatos obtenga más de 270 votos electorales, la Duodécima Enmienda a la Constitución entra a regir y el Congreso decide quien será el nuevo presidente. La combinación de congresistas de cada estado tiene derecho a un voto por estado y una mayoría simple de estados da un ganador.
Según revela Wikipedia, esta situación se ha presentado dos veces en la historia norteamericana. La primera se dio en 1801: fue elegido presidente Thomas Jefferson; la segunda se produjo en 1825, cuando fue elegido presidente John Quincy Adams.
Cabe destacar que el día de las elecciones, al ocultarse el sol en California, alguna corporación de televisión ya ha declarado a un candidato ganador, a medianoche ya ha proclamado su victoria y el perdedor ha concedido su derrota. Pero no será hasta el primer lunes, después del segundo miércoles de diciembre, cuando los electores del Colegio Electoral se reúnan en sus respectivas capitales de estado y emitan sus votos. Sólo entonces comenzará la legislatura de los nuevos presidente y vicepresidente.
¿Por qué existe esta demora entre la fecha de las elecciones y las reuniones del Colegio Electoral? Para encontrar una explicación, hay que hacer historia y regresar a los años 1800. En esa época, tomaba más tiempo contar el voto popular y también demoraban más los electores en llegar a la capital del estado. Hoy en día ese tiempo se utiliza para presentar una reclamación por violación del código electoral, si la hubiera, y para reconteos de votos.
Equipo de Actualidad de TDP