Hoy le proponemos al lector un simple juego de rol. Supongamos, por un rato, que usted es extranjero, y que por alguna extraña razón, de esas que nunca obedecen a razones puntuales, tiene la inquietud de ponerse a observar detenidamente a un país que no es el suyo, que queda en el sur del sur y que se llama República Argentina.
Ese país, hacia 1940, estaba signado por el mundo como una de las futuras potencias. Así como Canadá y Australia, la Argentina presentaba recursos e índices económicos, sociales y culturales que, de proseguir en su camino de crecimiento, inexorablemente lo convertirían en principal referente de su región, y lo sentarían a la mesa de las grandes decisiones mundiales.
Esto lo sabe hasta usted, ajeno ciudadano de un remoto país.
Y también usted, amigo, verifica en la cotidianeidad, que tanto Canadá cuanto Australia, como tantas otras naciones, efectivamente caminaron sin mayores sobresaltos el camino que tenían ante sí. ¿Por qué la Argentina no lo hizo?
Y la respuesta es más simple de lo que parece. Porque esa Argentina en lugar de continuar creciendo y desarrollándose como debía, decidió abandonarse a proyectos mesiánicos.
Decidió desinteresarse de su propio destino como colectivo social, para dormir una eterna siesta cívica hábilmente arrullada por los déspotas, los iluminados, los nuevos padres de la patria.
Panorama desde el puente
Usted ve al país que hace 10 años realizó el mayor default económico de la historia, que reestructuró su deuda y que, luego de casi una década creciendo a tasas inéditas, hoy está nuevamente en riesgo de caer en default. Y se pregunta
- ¿Qué han hecho en estos años con semejante fortuna incalculable?
Usted ve que un presidente, al final de su mandato, instaló a su propia esposa como candidata y la hizo presidenta. Y entonces se pregunta,
- ¿Es que acaso ese fue un matrimonio de iluminados?
- ¿Es que en todo un pueblo de 40 millones de personas no había nadie que pudiera reemplazar al presidente saliente sino su propia esposa?
Usted ve que un mismo partido político gobierna en los ´90 desde la derecha, y en los ´00 desde la izquierda, y se vuelve a preguntar....
- ¿Pero esta gente tiene verdaderamente un camino político claro o es un sello de goma puesto a disposición del primer oportunista?
Usted se entera que en los 90 ese partido reformó nada menos que la Constitución Nacional buscando perpetuarse indefinidamente, y que en los ´10 busca hacer exactamente lo mismo, y más dudas lo asaltan.
- ¿Pero los argentinos no se dan cuenta que viven en una dictadura electoral?
- ¿Cómo pueden convivir entre sí cuando ni siquiera respetan su Carta Magna?
- ¿Cómo permiten que les hagan estas cosas?
Después usted se entera que la mitad de los muchachos argentinos no termina la escuela secundaria, y no puede entonces explicarse cómo ocurre eso en el país que exportó catedráticos a toda Latinoamérica.
Por ahí se le cuela un recorte que dice que hace 12 años el prestigioso cardiocirujano René Favaloro cometió suicidio... y algunas cosas comienzan a cerrarle un poco más....
Un circo hecho país
Usted se levanta del sillón y va a buscar un refrigerio; el tema de la Argentina le parece cada vez más curioso y desea enterarse de más cosas, buscandole explicación a lo inexplicable. Vuelve a su computadora y encuentra que Argentina tiene...
-Una Presidente que en 5 años de mandato jamás le mostró su rostro al pueblo. Aunque parezca mentira, hay tan solo una foto de la presidente sin el grosero maquillaje que le cambia el rostro.
-Una Presidente que se cataloga como "abogada exitosa" para intentar justificar el incremento de su patrimonio en 3450% al cabo de 9 años de gestión pública durante los cuales jamás ejerció como abogada.
Le miente al mundo y nadie le exige explicaciones claras.
-Una Presidente que diserta en las universidades de Georgetown y Harvard y es incapaz de responder a la requisitoria elemental de algunos alumnos.
-Una Presidente que jamás otorgó una conferencia de prensa ni convocó una reunión de gabinete.
-Un vicepresidente que maneja una empresa de emisión de billetes oficiales y que contrata, con el propio gobierno que integra, los trabajos de esa empresa. Un gobierno que, cuando la estafa del vicepresidente salta a la luz, estatiza la empresa para seguir protegiendo al corrupto funcionario.
-Un senador de la Nación que hace algunos años, siendo intendente de su distrito, estuvo prófugo de la justicia y escapó oculto en el baúl de un auto.
-Un líder sindical ícono de la oposición que hace apenas meses bloqueaba empresas y ejercía su fuerza bruta en favor del gobierno.
-Una agrupación civil que invade los colegios primarios y secundarios para hacer proselitismo político en favor del gobierno. Que llega incluso a reemplazar la bandera Argentina de los mástiles, para enarbolar la propia.
-Maestros de escuela que escriben y dirigen obras de teatro, con los niños, para defender al gobierno y criticar a los opositores. Aún a la gente de la calle que se opone al gobierno.
-Toneladas de droga recorriendo libremente la Nación y siendo también importada a Europa.
-Una sociedad dividida entre quienes dicen que este gobierno es fundacional, y quienes dicen que con este gobierno desaparecen la república y la libertad.
-Un gobierno que se ha apropiado del 75% de los medios de comunicación y los ha convertido en órganos de propaganda partidaria dejando de ser prensa.
Y entonces usted concluye....
-Que es inexplicable que ese país continúe existiendo como tal.
-Que si la pasan mal es una suerte de castigo merecido para un pueblo que permitió ser gobernado por los peores.
-Que ese país, llegado al extremo en que se encuentra, tiene serias chances de convertirse en otra república fallida. Le sobran recursos, le faltan demócratas decentes.
Ahora, amigo lector, podemos terminar con el juego.
Yo vuelvo a tomar mi guitarra y tratar de componer esa hermosa canción que jamás compondré.
Usted puede acomodarse frente a la TV; en un rato empieza Boca…
Fabián Ferrante
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