Era diciembre de 1994 y el boxeador argentino Jorge “Locomotora” Castro peleaba en México frente al norteamericano John David Jackson.
Castro era el campeón del mundo y el norteamericano le había propinado una durísima paliza a lo largo de toda la pelea. En el 9º round, Castro seguía cobrando de lo lindo, y el knock out era una foto cercana casi inevitable. Solamente faltaba saber en qué momento Castro caería derrumbado o la toalla volaría desde su rincón.
En uno de los tantos ataques del rival, con Castro contra las sogas, lastimado y vencido, el argentino sacó una zurda alta que encontró de lleno la oreja derecha del rival: lo acostó. Knock out, y el campeón, que había cobrado como para tres generaciones, retenía la corona.
La moraleja de esta historieta sería que la pelea no termina hasta que termina.
CFK contra las sogas
Desde el año 2007, varias veces hemos visto a CFK contra las sogas.
Ni bien asumido su primer mandato, y en la primera mitad de 2008, la batalla contra el campo le deparó un durísimo revés; se dice que incluso llegó a estar cerca de la renuncia esa noche.
Durante las adelantadas elecciones legislativas de 2009, la coyuntura económica de retraso respecto de años anteriores y un armado opositor apenas coherente le hizo poner una rodilla en tierra. Un candidato mediático le llegó a ganar en la mismísima Provincia de Buenos Aires, aún con Néstor Kirchner y Daniel Scioli encabezando las listas de diputados del FPV.
Un año más tarde y cuando todas las encuestas los mostraban con una intención de voto por debajo del 30% y un ballotage seguro, Néstor Kirchner llegó al irresponsable extremo de morirse….
CFK se recuperó por efectos de la victimización y por un repunte de la economía, plagado de demagogia propagandística desde los medios oficiales, y en 2011 obtuvo un impensado 54% de los votos.
Round 12
Desde el inicio del segundo mandato, lo que llamamos round 12, el gobierno de CFK transitó error tras error, ante un 2012 que para la economía se preveía malo, y que en la práctica resultó ser aún peor.
Instaló el cepo al dólar, mandó a prestar declaración indagatoria al que quería viajar al exterior, sacó funcionarios malos y los reemplazó por jóvenes militantes peores, recibió un golpe terrible el 13 de septiembre con multitudes marchando en su contra en todo el país, siguió recibiendo golpes duros en Georgetown y en Harvard, fue sacudida por los fondos buitre con el embargo aún irresuelto de la fragata Libertad, la golpearon las centrales sindicales con paros y movilizaciones y, el pueblo, le asestó la mano más severa que podía imaginar el 8 de noviembre, con la marcha opositora más grande que se recuerde en 30 años de democracia.
Cristina hizo lo que aquél boxeador experimentado y astuto, lo que hacía el gran Cassius Clay cuando estaba sentido: Se burló, ninguneó, y dijo que el congreso del PC Chino era el hecho relevante del 8N.
¿Madura el knock out?
No contamos con la chance de consultar a Osvaldo Príncipi para afirmarlo.
Mucha gente dice que sí. El panorama de final del round 2012 muestra a una Presidente que insulta por TV a los jubilados, a los candidatos espumantes Scioli y Macri probándose abiertamente el cetro de campeón, y estadísticas que dicen que el 54% es verdaderamente historia antigua.
A un mundo que parece, esta vez sí, venírsele encima a la Argentina; no por los problemas de ellos sino por las falencias nuestras; desde aquél atinado uppercut del morocho Obama en marzo, cuando dejó a la Argentina fuera del régimen de preferencias arancelarias y dio el puntapié inicial para el cierre de puertas y pase de facturas desde todos lados.
Vemos a CFK con problemas de boxeador cansado y muy golpeado, apostando al 7D; que comenzó como la madre de todas las batallas y está convirtiéndose, a una semana vista, en otro mero trámite de dilación judicial. Con, apenas, un recital militante.
Miramos al rincón y vemos a los segundos sumamente preocupados.
Uno asegurando que la reforma constitucional es imperativa, otros descartándola de plano; uno que le quiere aplicar cicatrizante y otro que la quiere mandar al frente con las heridas abiertas….y todos, por las dudas, con la valija hecha y la toalla entre las manos…
El comentario de Horacio García Blanco
En un merecido homenaje al entrañable gordo García Blanco, comentarista de Muñoz y Caffarelli tanto en fútbol cuanto en box, creemos que las tarjetas no le favorecen a CFK.
Se anuncian nuevas protestas ciudadanas en Diciembre y un nuevo paro general de las centrales obreras. Un verano complicado a causa del estado de la red energética, una resolución definitiva sobre los pagos de deuda, y ahí nomás finales de Febrero con las ya tradicionales huelgas docentes, que a esta altura constituyen un clásico nacional.
El panorama es decepcionante para la presidente que aún sostiene al inefable Amado Boudou como su vicepresidente, que se recuesta en La Cámpora como reservorio de jóvenes fracasadores seriales, y que como adolescente de segundo año comercial se burla de los viejos llamándolos caranchos y buitres.
Pero nunca hay que olvidarse del zapallazo de Castro.
Porque un eventual repunte de la economía, magnificado desde los medios, para entonces hegemónicos, del gobierno, y una temporal desapretada del cepo al dólar, pueden hacer que muchos que hoy están indignados vuelvan a cruzar graciosamente la calle en el round 13.
Porque un oportuno aumento de las jubilaciones puede hacer que muchos de los hoy indignados caranchos se pongan el broche en la nariz y la voten en el round 13.
Porque si la oposición sigue en las Nubes de Úbeda (no las del de Racing, las de Saadi) atomizada en 30 partidos que tienen más dirigentes que afiliados, esa también puede ser la foto del zapallazo en el round 13.
Y porque, aunque no la veamos, INDRA siempre está.
No vaya a ser cosa que, tal como ocurrió en el 2010, el retador se empiece a probar el cetro antes de que termine la pelea.
Y que un zapallazo certero tuerza el destino de la contienda.
Fabián Ferrante
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