Mar
del Plata, 14 de marzo de 2005.-
Una vez más el gobierno de Néstor Kirchner, quizás angustiado por lo
irreversible que resultan los hechos de la realidad, ha puesto en práctica un
estilo que merece ser incluido dentro del manual práctico de la agitación
antirepublicana .
En efecto, Kirchner en más de una oportunidad durante la
semana pasada la emprendió contra la firma Shell
reclamando realización de un boicot,
a mi modo de ver innecesario porque la población consumidora de
hidrocarburos tiene suficiente discernimiento como para saber donde le conviene
comprar conforme los precios de venta.
Por ello este exabrupto del presidente carece de la entidad
para la cual parece haber sido vociferado, por el contrario el verdadero sentido
se encuentra en la inmediata reacción de los grupos piqueteros que rodearon y
avasallaron los derechos tanto de los empresarios como del público consumidor a
los pocos minutos que el desubicado presidente emitía sus dichos a niños que,
difícilmente, sean consumidores de los productos que comercializa Shell.
No se compadece con la acción de un pretendido gobierno
serio, apelar discursivamente contra la desocupación y sus nefastas
consecuencias para luego promover restricciones xenófobas contra la inversión
extranjera capaz
de ayudar a solucionar ese
flagelo social que el Estado, con
su corrupción y gasto desmedido, en gran parte ha generado .
Peor
aún si esas restricciones se conforman por vías de hecho que remedan, en versión
desarrapada y familiera, las
tristemente célebres S.A. de Ernst Rhome que Hitler ponía en práctica para
resolver, a su estilo,
cuestiones de política doméstica con similar metodología a la que
impusieron los piqueteros de D’Elia y sus camaradas contra la empresa
“marcada” por el discurso presidencial.-
Esta similitud no resulta caprichosa,
tanto las S.A de Rhome como
los piqueteros oficialistas respondían y responden con violencia
más a los “deseos” que a las “órdenes”
del canciller o el presidente y
fueron y son reclutados, según el caso,
de la legión de desocupados que estos gobiernos atesoran
como beneficosa para estos fines en una concepción deformante de la política
y la democracia .-
Eso
sí cabría hacerle una recordación, a quienes llevados por la desesperación
adscriben a estas prácticas aberrantes,
del letal final que les deparó el régimen nazi a las SA cuando, ante la
imposibilidad de disciplinarlas, ejecutó a muchos de sus miembros en una
operación-matanza llamada “la
noche de los cuchillos largos”.-
No
hay posibilidad alguna de creerle al ministro Fernández cuando proclama la
ajenidad del presidente Kirchner con los hechos delictivos perpetrados
por las SA criollas contra
una empresa que lo único que hizo fue ejercer un derecho que le es propio en
una economía de mercado .-
Más aún, teniendo
en cuenta la dependencia económica de los piqueteros frente al estado, que les
paga por no trabajar, y la afinidad
de los grupos atacantes con el gobierno, la orden era absolutamente innecesaria
y, de haber existido, fue sobreabundante .-
DR.
GUSTAVO DEMARCHI
gustavodemarchi@speedy.com.ar