En la segunda mitad del 2012, la ciudadanía se convirtió en un actor, inesperado, de la política nacional. Las marchas y concentraciones de 13S y 8N sorprendieron a todo el espectro político y social de este país.
No nos dedicaremos demasiado a analizar lo que esas manifestaciones le produjeron tanto al gobierno cuanto a la oposición.
El tema que nos atañe hoy es lo que le produjeron a los propios participantes de las marchas, y fundamentalmente, a sus organizadores. Esas gemas inesperadas.
13S y 8N
El 13S fue espontáneo, al menos todo lo espontáneo que una marcha de esa envergadura puede llegar a ser. Contó con la organización que proveyeron, primordialmente, administradores de páginas opositoras, desde Facebook, con más bloggeros y twitteros ofuscados. El resultado sorprendió a propios y extraños.
Los administradores y bloggers se convirtieron en las gemas inesperadas.
Podían hacer el milagro de convocar masas a la calle, algo que ningún sector político puede hacer, aún desde el patriótico financiamiento.
La política acudió masivamente al entrenamiento de inferiores, para observar, detrás del alambrado, cómo jugaban esos chicos tan prometedores.
A los mejores, como siempre, los sedujeron con un futuro de primera división. Desde una banca.
La bronca popular, aceitada por los cotidianos desaciertos del gobierno, y de todos los que se quedaron afuera del 13S, imponía una nueva demostración, más contundente.
Tuvieron el buen tino de esperar 2 meses, en plena función del circo oficialista, desde Georgetown y Harvard, pasando por la Fragata presa en Ghana, y ese miedo que CFK indicó, debía tenérsele.
A medida que se acercaba el 8N, todos veíamos que iba a ser mucho más importante que la anterior. Fue un bello orgasmo de ciudadanía. Se inscribió en la historia.
El 8N fue la prueba en el equipo grande. Y las gemas inesperadas reafirmaron que no solo podían jugar en primera, sino que además, podían hacerlo bien.
Firmaron sus precontratos y empezaron a soñar con el estrellato.
Mientras la gente retornaba a casa la noche del 8 al 9, la ciudadanía comenzaba a perder a sus mejores jugadores, que ya soñaban antes con su nuevo club, que con terminar el campeonato con el equipito.
En algún punto se los entiende. Son, mayormente, jóvenes, y están comprometidos con el país. En otro punto se los debe señalar: Dejaron de interpretar el sentimiento ciudadano, y todos quieren ser el 10, el estratega. Y cualquiera sabe que no se puede jugar con once Messis.
22F
El 22F es señalado, por algunos, como la nueva manifestación de la palabra ciudadana. Puede que lo sea. Pero, claramente, no tendrá resultados comparables al de las otras manifestaciones.
Porque será un acompañamiento a las familias de las víctimas, desde la solidaridad, y desde el convencimiento de que todos pudimos viajar en ese tren. Porque, sin dudas, se ha de reclamar por justicia, y será imposible desenganchar el reclamo acerca de la corrupción, que mata. Pero ese evento nada le cambiará ni al gobierno, que se limitará a exponer su plan de obras ferroviarias, ni a la oposición, que sumará sus voluntariosas adhesiones, y sus huecos análisis.
Se estará detrás de los familiares y el respeto a la convocatoria, seguramente, primará.
La chance de máxima, para el evento del 22 de febrero, es, apenas, acaso agilizar el procesamiento e incluso algo de cárcel para Schiavi, o para los Cirigliano.
El poco doloroso sacrificio de un peón.
La dama se mantendrá haciendo su juego el 23, como si nada hubiera ocurrido.
La Reforma tan temida
El temor de todos los temores y la madre de todas las pesadillas es, llegado casi Marzo 2013, la eventual reforma constitucional.
Hay dos corrientes de pensamiento entre los opositores al gobierno.
Una que dice que "ya está, que esto fue todo", parafraseando a Cacho, el de La Paternal, y que el kirchnerismo no tiene chances de meter la reforma. Digamos que es la posición del optimista. Se basan en una segura derrota electoral. No se dan cuenta que, al día de hoy, eso no garantiza absolutamente nada.
La otra dice que son los Kirchner, y que no se puede dormir tranquilo hasta que el nuevo presidente haya jurado. Se basan en las dos recuperaciones, luego de la 125 y del 2009... Indra, la caja, y lo veleta que es el voto popular. Se fundamentan, también, en la falta de confianza genuina que ofrece el arco opositor.
Se preparan para la peor condición y desde allí propalan su mensaje.
Ya sabe usted cual es la corriente que predomina en nuestro barrio.
El kirchnerismo es retroceder nunca, rendirse jamás. La idea de la reelección indefinida la dejarán de lado 5 minutos antes de entregar el mando.
Aquí resulta menester formular algunas preguntas, de esas cuya respuesta debe ser para uno mismo....en un acto de eso que llaman reflexión.
-¿Alguien puede dormir tranquilo por leer encuestas que dicen que CFK pierde las elecciones?
-¿Alguien puede confiar ciegamente en la oposición, de cara a una asamblea constituyente?
-¿Alguien puede poner las manos en el fuego acerca de la condición política de Scioli y Massa?
-¿Alguien puede afirmar que el espectro de centroizquierda, desde la UCR al FAP, no vería con buenos ojos aggiornar la constitución supuestamente neoliberal de la que tanto hablan?
-¿Viendo el desempeño de la llamada oposición, en el congreso, alguien verdaderamente puede descansar sus temores en esa gente?
Es verdad que ya no tiene mayor sentido realizar manifestaciones de reclamos al gobierno. El gobierno es lo que es, ofrece lo que ofrece, y hace lo que hace. Se lo toma o se lo deja.
Pero uno no entiende cómo es que no ven, que si la ciudadanía acudiera masivamente a exigirle a los partidos de oposición un compromiso público y formal, de todos los candidatos a legisladores 2013, la reforma constitucional se caería, entonces sí, de manera irremediable. Y se podría, cuanto menos, dormir tranquilo un par de horas.
No se comprende que no lo hagan, cuando con el solo hecho de manifestar "si no te me comprometés públicamente a no admitir bajo ningún concepto una asamblea constituyente, no te doy mi voto" este asunto del Socialismo del Siglo XXI, Venezuela, Cuba, Irán y la mar en coche, se termina indefectiblemente a fines de 2015, pero desde el propio Octubre 2013 podríamos comenzar a pensar en un país serio, y en serio.
Las gemas, hoy, no pueden pensar detenidamente en estas cosas.
No solamente porque, ahora, algunos egos se han apoderado de la comprensión, sino también porque, hay que decirlo, han sido infiltrados por muchos activistas que juegan para el gobierno o para sí. Profesionales del embarrado de cancha.
La mejor forma de desarticular las protestas ciudadanas, desde adentro, es hacerles creer que, además de organizar con muchas luces una marcha de protesta, las gemas también pueden salvar al mundo, instalar un gabinete paralelo, centros de cómputos ciudadanos, legislar desde un living de Recoleta, crear múltiples grupos y subgrupos de iluminados, y dirigir los destinos de los próximos 50 años de este país, desde un foro de Facebook.
Es una hábil manera de atomizar lo que alguna vez funcionó bien, estando unido.
Es hacerles creer que se puede jugar con once Messis.
Las gemas deben advertir que lo que saben hacer es lo que hicieron.
Que, si les prometieron una banca en diputados, desde esa banca no se actúa con la independencia que barruntan, sino bastante atados a un libreto partidario, que dictan otros. No cambiarán el mundo desde allí.
Alguien debe decirles, hasta con cierta ternura, que si se quedan dormidos, abrazados a la foto del 8N, habrán jugado solo medio tiempo, y no tienen ningún resultado asegurado. El torneo no termina hasta que se termina.
Pueden estar habilitando, por omisión, una reforma...o el reaseguro de impunidad. O las dos cosas.
Podrán decir que las marchas no las hacen las gemas...mil posiciones pueden sustentarse a este respecto.
No sé si las marchas las hacen íntegramente las gemas, pero estoy absolutamente seguro que, sin ellas, marchas no hay. Ni exigencias. Ni garantías.
El nuevo actor social tiene aletargados a los que administraron tan bien su indignación. A los que supieron canalizar con astucia y voluntad su sentimiento.
Confluyeron distintos factores para que esto acontezca. Uno se pregunta, qué deberá ocurrir para que despierten... y jueguen como pueden jugar, haciendo lo que saben hacer....? la gente está ahí afuera, con la indignación intacta, y con todos sus temores en la piel....solo hace falta un despertador de conciencias dispersas. Solamente deben juntarse para tocar, quizá por última vez, todos, la misma canción.
Fabián Ferrante
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