A las 18 horas del miércoles 6 de
abril del corriente, tuvo lugar una charla ofrecida por la
Asociación Civil de Defensa Ciudadana
y la Fundación Bicentenario,
en el Club Español, en la cual
ofrecieron una síntesis de lo actuado en la causa
Cromañón. En la misma, hicieron uso
de la palabra los diputados de la Ciudad Jorge San Martino y Soledad Acuña, el
ex juez Mariano Bergés, el presidente de la
Fundación Bicentenario Juan Curuchet, Patricia Bullrich y Fabián
Bergenfeld, titular de la Asociación Civil
de Defensa Ciudadana.
“El jefe de
Gobierno Aníbal
Ibarra
brindó en sus intervenciones en la Legislatura explicaciones alambicadas, para
encubrir la tragedia de Cromañón el hecho más complejo de esta cuestión de
Estado. Cromañón sacó a la luz una auténtica zona liberada, un coto de caza de
determinados sectores empresarios donde se clausuraba un miércoles, para luego
reabrir el viernes.
La Legislatura
tiene en su poder un arma importante, que es el pedido de juicio político a
Ibarra,
una herramienta constitucional indispensable para removerlo”,
afirmó el diputado de
Compromiso para el Cambio Jorge San Martino.
“Cromañón fue un
desastre, no una tragedia. Una tragedia que evidenció la dicotomía entre el
discurso mediocre y la acción política. La Capital Federal tiene diseños
institucionales progresistas, pero para estar cerca de la gente hay que tener
una administración eficaz y se debe velar por la seguridad de las personas.
Ibarra
tuvo el empacho de declarar en sus interpelaciones que “fue una tragedia
evitable, la diferencia está en los espectáculos habilitados y en los que no lo
están”.
Acá los controles
ciudadanos no se pusieron al servicio de la gente, e
Ibarra
no hizo caso a las alertas.
En este momento,
tenemos por un lado a la justicia que está actuando rápido en lo penal, y la
Legislatura debe investigar la responsabilidad institucional de los funcionarios
y del Jefe de Gobierno. Mientras que los ciudadanos, pueden elegir la
revocatoria de su mandato. Entre lo que no respondió y la información que no
brindó, los legisladores tuvimos intuiciones que se están transformando en
certezas, de la responsabilidad de él y su segunda línea en el desastre que nos
compete. Luego de esta investigación, se abre una instancia para el juicio
político. Por eso, la comisión investigadora debe ser un espacio serio y
responsable para llegar a esa instancia constitucional. Con este desastre, se
vio a las claras como el Gobierno porteño no monitorea ni evalúa la gestión de
sus funcionarios. Por eso, los chicos de Cromañón fueron asesinados por el
sistema”, destacó Soledad Acuña,
legisladora de Compromiso para el Cambio.
La tragedia argentina de Once
“Para dilucidar
esto, se debe mantener la neutralidad política porque queremos que se haga
justicia y averiguar la verdad sin claudicaciones. Los jueces intervinientes han
determinado que en Cromañón existió abuso de autoridad por parte de los
funcionarios implicados, incumplimiento de los deberes de funcionario, abuso de
autoridad y cohecho agravado. Todos estos implicados necesariamente deben
prestar declaración indagatoria, incluyendo al propio Jefe de Gobierno Aníbal
Ibarra.
Pues en este caso que nos compete, se da una compleja trama de intereses,
incumplimiento de deberes por parte de los implicados y ofrecimiento de dinero
para que los mismos hagan la vista gorda”, afirmó
el ex juez Mariano Bergés, letrado patrocinante de familiares y víctimas de la
tragedia.
“Cromagñón no fue
un accidente, es la tragedia argentina que debemos transformar. Está planteada
en un nombre y apellido: Aníbal
Ibarra,
que es en sí mismo un sistema que ha penetrado el conjunto de las instituciones
al que llegan y se acostumbran muchos funcionarios, que se adaptan al
antisistema de la dádiva, la coima y la corrupción.
Debe ser el punto
de inflexión del cambio de una sociedad que se organiza para decir basta, y
construir otra cosa. Cromagñón debe convertirse en la mani pulite nacional, que
marque el fin de un sistema y el principio de otro. Esta tragedia fue un hecho
lógico, porque se vivía una cultura Cromañón donde valía todo en la más absoluta
impunidad. Cien días después, seguimos igual porque se intenta ir a la forma y
no al cambio de fondo.
Ibarra
no nos va a dar respuestas, las mismas tienen que traducirse en hechos que
produzcan la sociedad, las organizaciones no gubernamentales y los partidos
políticos. El Gobierno de la Ciudad no monitorea la normativa vigente, porque
para ellos la ley es un instrumento mentiroso utilizado a favor del poder.
Hay que trabajar
para que sea un instrumento al servicio del ciudadano, por eso se dejaron de
lado las advertencias de control porque las mismas provenían de entidades
dependientes. Entonces, para evitar otra tragedia semejante los organismos de
control no deben ser parte del reparto clientelar, sino que se dediquen a
controlar en serio.
Ibarra
no desarmó la corrupción reinante en el proceso de habilitaciones, sino que
negoció con lo peor del sindicato de municipales. Tampoco hizo nada de todo lo
que debería haber hecho, y por eso se perdieron muchas vidas.
Intentó
salvar su aparato político, por zafar él no estuvo al frente de la crisis como
en cambio lo hizo Guiliani cuando cayeron las Torres Gemelas. En las crisis, es
cuando se ven los líderes. Estaba buscando papeles, para ver como salvaba su
carrera política. Buscó formar un gabinete con amplia presencia kirchnerista,
mientras dejaba librados a su suerte a los familiares de los muertos en la
tragedia.
El cambio de
Ibarra,
tiene que ser el principio del cambio de un sistema, de un poder de aparatos a
un poder de la gente, de una utilización corrupta de la ley a una que nos
abarque a todos”, afirmo Patricia Bullrich, de
Unión Por Todos.
Fernando Paolella