Mientras el vicepresidente Amado Boudou y el ministro de Economía Hernán Lorenzino esperan en New York que el tribunal se pronuncie sobre la sentencia actualmente en suspenso del juez federal Thomas Griesa —que obliga a la Argentina a pagar 1330 millones de dólares de capital e intereses adeudados desde 2001— se conocieron detalles de la audiencia de este miércoles a la tarde entre los representantes legales del Gobierno y de los bonistas en cesación de pago.
Si bien Lorenzino consideró que debería encontrarse una solución de "cumplimiento factible" y que “terminará primando el sentido común”, el abogado Jonathan Blackman, defensor de la Argentina, se las vio complicadas al momento de defender al país ante los tres jueces que componen el Tribunal: Daniels Barrington Parker y Reena Raggi (republicanos) y Rosemary Pooler (demócrata)
Según detalló el suplemento Deal Book, del New York Times, Blackman pidió: "Por favor, jueces. No le hagan mal al país. Sé que no es fácil. Sé que mi cliente no les cae simpático".
En otro tramo de la audiencia, el New York Times recoge que "por lo menos dos de los tres jueces parecían no tener paciencia con la Argentina", según Anna Gelpern, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Americana, "miraban para arriban y negaban con la cabeza."
Lo que decida la Corte de Apelaciones de Nueva York resultará clave para deducir cómo sigue la pelea de la Argentina contra los fondos buitre. Si falla en contra, “quedan pendientes varias instancias”, aseguró recientemente Boudou. Es que el Gobierno, en paralelo, busca también que el caso sea tratado “en banc”, es decir por el pleno de los jueces de la Corte (trece en total) en lugar de los tres actuales, con el objetivo, además, de ganar tiempo, pero al parecer ese pedido ya estaría rechazado de pleno. Luego, la Argentina tiene la posibilidad de apelar la resolución ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, aunque hay serias dudas de que el máximo tribunal acepte el caso.
Definitivamente un camino difícil para la cruzada del Gobierno por los holdouts.
José María González