Anualmente 25 tifones azotan el territorio japonés, de estos dos o tres llegan a Tokio de lleno con lluvias muy fuertes que duran horas y horas, incluso hasta un día entero. Pero las calles y casas no terminan como en Buenos Aires.
El ingenio y practicidad japonesa hizo que fabricaran hace años una fantástica infraestructura en el subsuelo de Tokio cuyo aspecto es similar a un escenario de un juego de computadora o un templo de una civilización remota.
La estructura consta de pozos 32 metros de diámetro por 65 metros de profundidad interconectados por 64 kilómetros de túneles que forman un colosal sistema de drenaje de aguas pluviales destinados a impedir la inundación de la ciudad durante la época de lluvias (ver fotos al pie).
Es una obra de ingeniería sofisticadísima realizada en hormigón, situada 50 metros abajo del suelo, hecho extraordinario en un país constantemente sujeto a movimientos sísmicos y donde casi todas las infraestructuras son aéreas. Su función no es solo acumular las aguas pluviales sino también evacuarlas en dirección a un río, en caso que sea necesario, según publicó el sitio water-technology.net.
Para eso dispone de 14.000 HP de turbinas capaces de bombear cerca de 200 toneladas de agua por segundo para el exterior.
Este es un ejemplo de la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación aplicada a la prevención de catástrofes ambientales y la solución de problemas para el beneficio y calidad de vida de los ciudadanos, lo cual, hacen más competitiva a una región.
María Luisa Torres