Se conoció ayer la respuesta de los fondos buitres ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York. La misma resultó negativa a la propuesta argentina para cancelar u$s1.300 millones.
Los acreedores, que tenían tiempo de responder si aceptaban o no la oferta hasta el próximo lunes 22 del corriente, decidieron dar a conocer este viernes su decisión, justo cuando se lleva adelante la Asamblea Anual del FMI en Washington, de la que participa el ministro de economía Hernán Lorenzino.
La propuesta argentina consistía en un bono par a 25 años con amortización íntegra en el 2038, con tasas de interés del 2,35 a 5,25%, y un bono de Discount con vencimiento en 2033 y tasa de interés del 8,25%.
Oportunamente, representantes del Gobierno nacional había adelantado de que en caso de no ser aceptada la propuesta, se apelaría ante la Corte Suprema de los Estados Unidos, en la que el Gobierno local estima ganar, según fuentes oficiales.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional, dejó en claro que la creación de un nuevo índice para medir la inflación, no es suficiente como para dejar sin efecto la moción de censura contra la Argentina emitida a comienzos de este año, por no haber avanzado de manera significativa en mejorar sus estadísticas macroeconómicas.
El subdirector para el Hemisferio Occidental del FMI, Miguel Savastano, explicó que el problema de la distorsión de la realidad económica del país, planteada a partir de la adulteración de sus estadísticas, no se soluciona sencillamente con crear un indicador nuevo que se agregue a los ya existentes.
La Argentina ha tenido para ese organismo, “insuficientes progresos” en cuanto a mejorar la calidad de sus indicadores, y el FMI parece decidido a avanzar en nuevas sanciones que podrían implicar la obstrucción de futuros accesos a nuevos recursos externos.
Nidia Osimani
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