La antesala de la elección del domingo se asimila a la previa de un partido de básquet, el más lógico de los deportes, por lo que el interés se centra en el escenario que abrirá ese resultado cantado.
En los comicios clave de la provincia de Buenos Aires, Sergio Massa espera treparse al 40% de los votos y aventaja en el tramo final de la campaña por unos 8 puntos a Martín Insaurralde. Si bien el intendente de Lomas de Zamora logró acortar una brecha más amplia en los últimos días, ya no hay tiempo como para revertir el triunfo de su par de Tigre.
Insaurralde parece no haber sido alcanzado por el caso Cabandié, cuya discusión con un agente de tránsito y un gendarme ganó por varios días la atención mediática.
En cambio el altercado pudo haber complicado a Daniel Filmus en la Ciudad de Buenos Aires. El senador kirchnerista que busca renovar su banca pasó de dos puntos arriba a dos puntos debajo de Fernando "Pino" Solanas de UNEN, si se comparan las últimas dos mediciones de Poliarquía Consultores.
Sin embargo, según afirmó Fabián Perechodnik, director de la consultora a este columnista, el impacto no parece haber sido fuerte para el propio Cabandié, quien está estancado en 21 puntos en la elección para diputados nacionales, es decir no ganó ni cedió terreno. Quizá se haya perdido de avanzar algún tramo.
En ambas competencias porteñas, el PRO se afirmó. Para el Senado, Gabriela Michetti tomó más distancia y oscila los 40 puntos, mientras que para diputados Sergio Bergman superó a Elisa Carrió, quien no puede contener todos los votos que logró UNEN en la primaria, cuando el frente aventajó al PRO.
Lo cierto es que en líneas generales las distintas elecciones provinciales no acarrearán grandes sorpresas y la mirada ya está puesta en el período que sobrevendrá entre 2013 y 2015.
Ese horizonte se acercó estas semanas por la ausencia obligada de Cristina Kirchner a partir de la intervención quirúrgica a la que fue sometida y que la mantiene en reposo.
En contrapartida, comenzó a sentirse un efecto "empatía" con la mandataria: su imagen y la de su gestión mejoraron durante su convalecencia, aunque lejos aún de sus registros de 2011.
También recuperó terreno Daniel Scioli, quien sorprendió esta semana al reconocer que la receta aplicada contra la inflación no había dado resultados. Lo dijo ante empresarios que ahora se animan a formular críticas al modelo económico y también miran con expectativa el escenario político que se abre.
Scioli busca mostrar sutiles diferencias de la Nación sin ganarse nuevamente la enemistad presidencial. Se prepara para quedar bien posicionado en la grilla de largada que se configurará el próximo lunes 28, pese a la segura derrota del oficialismo en la provincia de Buenos Aires.
Entre aquellos que se reunieron en IDEA primó la noción de que entre Scioli y Massa saldrá el próximo presidente, o sea una nueva mutación del PJ para quedarse en el poder.
El panorama es más amplio. Prácticamente todos los analistas coinciden en que las figuras de Mauricio Macri, el socialista Hermes Binner y el radical Julio Cobos saldrán presidenciables después de la elección del próximo domingo.
La pulseada en el PJ
De todos modos, la primera gran pulseada surgirá del PJ. El partido fundado por Juan Domingo Perón tiene convocadas elecciones para el 15 de diciembre, cuando se pondrían en juego sus principales brazos: el nacional y el bonaerense.
Si bien algunos todavía sostienen que no es conveniente cavar trincheras partidarias en las actuales circunstancias, una corriente importante de dirigentes cree que será la mejor manera de poner contra las cuerdas a Massa.
El líder del Frente Renovador debería jugar sin una gran estructura o mantenerse en los márgenes del partido. Por lo pronto, su aliado Jesús Cariglino —intendente de Malvinas Argentinas— viene sosteniendo que competirá por la presidencia del PJ bonaerense. Tendrá que enfrentar a su par de La Matanza, Fernando Espinoza, a quien proponen "pagar" con ese cargo su aporte electoral.
En el PJ nacional, Scioli emerge como número puesto, pero hay otros gobernadores que buscan dar pelea. El bonaerense no desdeña una estructura en la que abrevan gobernadores e intendentes, pero antes de lanzarse a conservar el control del PJ, esperará a ver si la propia Presidenta quiere asumir en el último tramo de su mandato un cargo que anteriormente desechó.